martes, mayo 01, 2007

VOLUME ONE 66: GRINDERMAN (GRINDERMAN)

Por decir algo en su favor destacaré que mantiene una productividad bastante alta desde mediados de los ochenta junto a su banda casi inseparable; además, en los últimos años ha compaginado las tareas con su grupo con la composición (The proposition) y la participación (Winged migration) en bandas sonoras y ahora con proyectos paralelos. Detrás de Grinderman está Nick Cave (Nicolás Cueva, como lo llama algún mítico) y parte de sus Bad Seeds.

Ahora toca la colleja figurada, pues no me atrevería a una literal en el cogote de un gigante de presumible carácter malhumorado como Mr. Cave: su dramatismo volcánico y los gritos enfervorecidos que salen del fondo de su garganta me resultan cargantes y aburridos. Ese tono afectado, grandilocuente en vivo, de varias de sus canciones, compensado a veces con deslices más sobrios y preciosas canciones, me distancia bastante de Cave, me pesa más el exceso que su contención. Y exceso también lo hay en Grinderman (Anti, 2007), once temas (con bonus en otras ediciones) de un Cave que da marcha atrás hasta desenterrar sus primeros álbumes de los ochenta, sucios, puercos diría, toscos y feos.

Con una producción más contundente que entonces, el australiano regresa al garaje engrasado y luciendo amplio mostacho prolongado en perilla. Sólo un par de cortes (When my love comes down y (I don’t need you to) set me free) que parecen descartes de su anterior Abattoir blues/The lyre of Orpheus dan un poco de brillo y paciencia a un muy oscuro Grinderman. El chirriante punk rock por el que se deciden ahora Cave y sus socios es tan repulsivo como el macaco ¿masturbándose? que aparece en la cubierta. Caos antipático en todo un veterano al que no le importa presumir de un trabajo de principiantes.

Nota: 3/10

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