lunes, enero 29, 2024

VOLUME ONE 653: POLAROID LOVERS (SARAH JAROSZ)


En poco tiempo, hay vocalistas que forman parte íntima de ti, mujeres a las que un día te cruzas en los caminos de exploración musical y pronto se te pegan para no soltarte de ahí en adelante. Digamos una de ellas, por ejemplo, Sarah Jarosz, todavía una joven de Texas que en Nashville ha encontrado reposo para sus pasos. Tiene caliente su séptimo álbum, una abrigada colección de excelentes composiciones que se abren desde el sosiego a terrenos más espaciosos, a públicos más amplios. Sarah tendía a expresarse en acústico, con reposo y delicadeza, y en este Polaroid lovers (Rounder, 2024) no se pierden esas cualidades, sí se desvía un poco el enfoque, más robusto de sonido, un americana más pop que se inyecta de elegancia y fina sensibilidad. Jarosz canta en las alturas y puntea las cuerdas de vicio. Es tierna y sólida, y en este gran disco cuenta con una alineación de lujo que en el lloriqueo de las eléctricas eleva las canciones a bellas cimas de emoción y entusiasmo (Jealous moon, Dying ember, Mezcal and lime y esa celestial Days can turn around que revive la divina Harvest moon de Neil Young). De ti ya no nos apartamos, Sarah.

Nota: 8,5/10

sábado, enero 27, 2024

VOLUME TWO 121: THE SMILE


Si en las divisiones a las que la vida se presta jugamos, en el terreno de la música, a situarnos dentro o fuera del barco Radiohead, a mí me encontrarían en el agua. He subido varias veces a cubierta, pero me he mareado a bordo, así que hace ya tiempo que desistí de probar a ser parte de la tripulación Radiohead. Prefiero evitar los extremismos y esta banda parece haberse ofrecido a ellos desde que nació: o eres creyente o no crees en nada, o adoras o detestas... Me siento más cerca de esta segunda postura, pero aún lejos de hacer justicia al término del desprecio. En cambio, en cambio... no puedo negar que las barreras se han difuminado al prestar atención de nuevo a The Smile con la aparición de su segundo álbum, Wall of eyes. No, no ha sido mala elección. Se sabe: el proyecto que Thom Yorke y Jonny Greenwood han puesto en marcha con el concurso del baterista Tom Skinner lejos de giras y recintos, lejos del contacto con el público; un trío que navega entre corrientes próximas a las de Radiohead, que moldea inquietantes paisajes sonoros, distorsiones, abstracciones, capas sinuosas de atmósferas libres que se retraen o explosionan. Sí, esta vez subo a bordo de esta embarcación paralela donde Yorke y demás me tienen confortablemente aturdido.

domingo, enero 21, 2024

VOLUME ONE 652: PAGAN CHURCH (JOHN CRAIGIE)


La hemeroteca de este blog guarda no una sino dos entradas dedicadas a John Craigie, nombre del que no se encuentran muchas reseñas y hombre al que confirmar entre las más lúcidas esferas de la música americana. Cualquier línea de esas dos referencias anteriores encajaría con la que merece este tercer capítulo, Pagan Church (Zabriskie Point Recs, 2024), un álbum más donde se cruzan el folk eléctrico y el blues, con un chorro de soul refrescante, con ingenio depurado. Cada disco anterior de este californiano desplazado a Oregon que ha pasado por estas páginas dejaba la sensación de que a este hombre no le costaba esfuerzo construir hermosas canciones, alegres bromas; con su nuevo trabajo el método se perfecciona quizá porque Craigie, como respaldo, cuenta con una sólida banda con la que compartió escenarios los últimos años, TK & The Holy Know-Nothings, que dota a este álbum de cálida camaradería. Se nota en cada latido, en cada faceta instrumental de esta iglesia pagana, que John Craigie es un tipo digno de mayores alturas.

Nota: 8,5/10

jueves, enero 18, 2024

VOLUME ONE 651: IECHYD DA (BILL RYDER-JONES)


Ahora que parezco ir a bordo de un tren que se sale de las vías o que avanza a menor velocidad, me sorprendo ignorando una buena parte de nombres de músicos que tienen nuevos discos en el mercado. ¿De dónde salen estos? ¿Este a qué suena? ¿Quién conoce a esta?, me digo antes las páginas, las webs... Antes se me escapaban menos, solía estar más al corriente, pero ahora, enfrascado en tareas, no me queda otra que ser más selectivo. Pruebo entonces con este desconocido para mí, Bill Ryder-Jones; no sé, quizá fue ese rincón de pueblo vacío de almas y adornos lo que me incitó a darle al play. En otro momento, con un ánimo distinto, este Iechyd Da (Domino, 2024) se me habría salido de la memoria antes de haber llegado al final de su escucha, me habría desenchufado de sus pasajes de languidez, de los cambios de ritmo que agitan algunos temas, de la voz legañosa de su autor, de cierta pomposidad en algún arreglo. Pero resulta que este hombre, ya un cuarentón de estreno que en su día cofundó The Coral, me ha entrado por el lado bueno, discreto y delicado en el recitado, entre el susurro y la somnolencia. Nos desea buena salud en el título de su quinto álbum, una extrañeza que se apunta al arrebato... algo que comprenderán escuchando y volviendo a pinchar una joya como If tomorrow starts without me.

Nota: 7,5/10

domingo, enero 14, 2024

GREATEST HITS 332: CRYING, LAUGHING, LOVING, LYING (LABI SIFFRE)

Este post complementa al anterior. The holdovers (Los que se quedan) es su vínculo. En un momento de la película suena una canción que, dirías, es la primera vez que escuchas, un tema encajado en una escena que te atrapa de inmediato, te seduce al instante. Y enseguida echas mano del móvil y descubres de quién se trata: cierto, la canción pasa sobre ti con el ímpetu de los descubrimientos memorables. ¿Quién es Labi Siffre? Consultas y te enteras de tres o cuatro datos básicos... y te quedas sobre todo con este título maravilloso que ahora nunca olvidarás.


sábado, enero 13, 2024

SOUNDTRACK 278: GIAMATTI


Lo ves y dirías que podría ser el vecino cascarrabias del tercero, que pasaría por el anodino vendedor del ultramarinos. El friki de la tienda de comics, un abogaducho del montón, un compañero gris de la oficina que nunca invita a café. Un don nadie entre la multitud que colecciona monedas antiguas o primeras ediciones. O que es un nada querido profesor que no quedará en el recuerdo de ninguno de sus alumnos. El rostro, los rostros, son los de Paul Giamatti, uno de esos actores que has visto conquistar películas él solo con su discreta presencia y su poderoso talento, de los que esconden su carisma en la sencillez con que se transforman en personajes entre antipáticos, turbios y patéticos.

Quizá muchos empezamos a fijarnos en Giamatti entre quienes cantaban en Duets, o entre las viñetas de American Splendor, o en las catas de vino de Entre copas. Antes su hoja de servicios recogía anecdóticas apariciones en cine y televisión desde primeros de los noventa, y roles secundarios en filmes de más peso (Salvar al soldado Ryan, El show de Truman). Después, hizo sombra a actores principales aunque sus personajes carecieran de atractivo o se erigió en el mejor argumento de sus largometrajes (La joven del agua, Love & Mercy, Vida privada, El mundo según Barney...). Y en la muy reciente Los que se quedan (The holdovers) este actor se enfunda el disfraz de uno de esos personajes inmortales, entre odiosos y entrañables, que se hacen inolvidables. Paul Giamatti entre los grandes.

miércoles, enero 10, 2024

GREATEST HITS 331: WINTER (THE ROLLING STONES)

Pídeme que te diga una canción de los Stones que me fulmine de placer cada vez que la escucho, que me eleve de euforia por su belleza; que no sea de las que tú conoces de toda la vida, tampoco una cara B sino un tesoro enterrado, una joya camuflada entre esmeraldas y rubíes. No tardaré ni dos segundos en decirte Winter. Quizá porque me siento helado estos días y la noche temprana me recoge de nostalgia aunque falte la nieve en mi ciudad. O será que añoro una hoguera de verdad junto a la que tomar un café cargado mientras se quema la madera. Pues eso me dice Winter cuando Watts apura los platillos y sube de imprevisto un arreglo de cuerdas al que se monta la guitarra crepitante de Mick Taylor. Seguro que es frío frío invierno, gime Jagger y me abrazo a mí mismo para entrar en calor.

 

sábado, enero 06, 2024

LIVE IN 298: RYAN X 5


Me he perdido con Ryan Adams. ¿Seguimos (muchos, pocos) siguiendo su rastro? Me cuesta creer que los que lo hacíamos antes aún nos mantengamos. No sé bien si es indiferencia lo que ahora me provoca o desinterés, hartazgo o apatía. Sea lo que sea, hace que vuelva la vista varios años atrás para verme atento a sus pasos, a sus discos frecuentes, para descubrirme en el presente casi desconectado a él. ¿Triste? Más bien sí. Hasta Big colors en 2021 supe de su producción, pero desde entonces se sacó tres discos de la manga sin apenas publicidad, otros dos con los que versiona enteros (y con desigual fortuna) álbumes colosales como Nebraska y Blonde on the tracks. Y ahora, aún sin quitarse de encima esa gastada cazadora vaquera ni domar el cabello estropeado, empieza el año con otros cinco discos de golpe volcados en las plataformas musicales: 77 temas, un directo con temas del álbum Prisoners, esbozos de canciones que con suerte sobrepasan el minuto, temas anodinos y discretos, algún chispazo de brillo. ¿Se acuerdan de aquel empachoso Salmón de Calamaro? Pues eso, algo parecido. ¿Le daremos una (cinco) oportunidad al repudiado Ryan?

miércoles, enero 03, 2024

GREATEST HITS 330: TIME (PINK FLOYD)

Cada vez que escucho The dark side of the moon, en mi medio siglo de vida, medio siglo después de que el disco se convirtiera en objeto de consumo, tengo la sensación de circular por las etapas de una vida. En sus 43 minutos me evado para sobrevolar a la vez entre una multitud y levantarme en una cima como el monarca solitario de su reino. Este álbum es un conjunto en sí, una idea o concepto cuya fuerza descansa en el bloque que forma, algo indivisible y atemporal que ha trascendido épocas, estilos, corrientes. A la hora inevitable de extraer de ese bloque un elemento sobre los demás siempre he tenido oscilaciones hacia un lado u otro, hacia Time o hacia Money, canciones que una vez bramé en medio de masas poseídas por la música subyugante de Pink Floyd. Hoy... los relojes de Time.