viernes, abril 29, 2016

GREATEST HITS 184: SAVE IT FOR A RAINY DAY (THE JAYHAWKS)


Conversaciones a la luz del portal destapan las finas esencias de The Jayhawks a lo largo de sus discos, un breve repaso a las delicias que contienen sus hermosas canciones. Este mes, hoy que la banda descubre su fantástico Paging Mr. Proust, merece despedirse con una de sus bonitas piezas, música que aúna nostalgia y esperanza. Allá por 2003, con Mary Louise Parker en el video, Jayhawks se lucían en Save it for a rainy day.

domingo, abril 24, 2016

CINCO

No está nada mal llegar tan lejos. O tan cerca. Mucho o poco, aún no sé bien cuánto. Algunas cosas parecen tan distantes y otras tan palpables.

No tenía planes y me ofreciste una salida. Cien escalones y allá arriba me esperabas. Para conocernos. A ver a qué lugar nos lleva esta autocaravana.

No es que me negara, me resistía. Me saboreabas al ganarme, tu pequeño triunfo, uno tras otro hacia la gran victoria. No me importó, yo también salí ganando.

Juntamos las sábanas, los libros y los cepillos de dientes. Esta ducha es nuestra, esta habitación y estos juguetes. Así creamos una nueva vida.

Ahora vuelvo atrás mirando adelante. Estuvo bien, desde luego. Hoy lo recordamos y nos reímos. El hogar se hace pequeño y tú lo llenas.

sábado, abril 23, 2016

VOLUME ONE 399: PAGING MR. PROUST (THE JAYHAWKS)


De algunos grupos no te esperas ya que te entusiasmen como lo hicieron hace tiempo, en juventudes idílicas de vivencias añoradas. Pero… nunca es tarde y nada es definitivo. A The Jayhawks, adorados por un público apegado y recelados por una crítica exigente y reacia a los sentimentalismos, yo me he arrimado con retraso, después de una etapa de indiferencia y reconociendo ahora sus reconocibles virtudes. Hoy celebro la imprevista reaparición de la banda con el lanzamiento de su noveno disco, Paging Mr. Proust (2016). Bonito, muy bonito, y bueno, muy bueno.

¿A qué Jayhawks nos encontramos? Mark Olson volvió en 2011 para el inadvertido pero meritorio Mockingbird time, pero esta vez se baja de la nave, donde a Gary Louris le acompañan Tim O’Reagan, Marc Perlman y Karen Grotberg. ¿Y por qué suenan tan bien, tan irresistiblemente bien estos Jayhawks? Creo que en gran parte por la producción equilibrada de Tucker Martine y Peter Buck, con la que el grupo se balancea placenteramente entre la armoniosa calidez (Quiet corners & empty spaces, Isabel’s daughter) y el músculo atmosférico (Ace, Comeback kids). Hoy la banda luce un sonido más huesudo sin perder el delicioso sabor de su carne.

Nota: 9/10

martes, abril 19, 2016

VOLUME TWO 77: PJ HARVEY

Crujen guitarras, chirría un saxofón, inquietan percusiones, raspa un violín, arañan teclados y alerta y se expande una voz que deja en suspenso su eco. Gran parte de los discos de PJ Harvey mezclan sonidos y sentimientos de esta manera, en una misma canción o en el conjunto del álbum. Ocurre en su último trabajo, The hope six demolition project (2016), o en el anterior Let England shake (2011), disco demoledor con el que su nueva muestra comparte radiografías críticas y peregrinajes por la denuncia y el sonrojo. Así, es difícil que PJ siembre la indiferencia. Todo lo contrario. Un extraño y adictivo encanto transmite su música, su discurso y la propia trayectoria que la británica ha moldeado desde que a finales de los ochenta saliera de la granja para colgarse una guitarra y gritar unas cuantas crudas verdades.

Su obra expulsa suciedad y virulencia en dosis calculadas, aunque también se suaviza para recogerse en incómodas reflexiones. Por eso conviven el punk, el rock, el pop y un blues un tanto bizarro en una propuesta que alumbra discos brillantes (Dry, To bring you my love, Stories from the city, stories from the sea) y también frustrantes (White chalk, A woman a man walked by). Como ocurrió hace cinco años, ahora con su nuevo proyecto, Polly Jean Harvey me seducirá durante unas semanas.

viernes, abril 15, 2016

VOLUME ONE 398: CALL IT WHAT IT IS (BEN HARPER & THE INNOCENT CRIMINALS)

Convenía con un músico fiable el otro día en que Ben Harper es tan brillante como reprochable. Los dos lo admiramos mucho. Apreciamos sus pasos y nos llena su música abierta, unas veces intensa y otras delicada, a veces tan sutil como inflamable. Es raro que tropiece, no hay una canción desaprovechable en sus repertorios, pero… Los matices surgen porque pensamos que en prácticamente cada disco quiere jugar demasiadas bazas y eso puede impedirle ganar la partida. Cabe preguntarse si eso es positivo o no, que sus álbumes salten del soul al blues, del funk al rock y del reggae al folk o que lo mezclen todo sin dar con la tecla perfecta. En ocasiones, actuando así, ha estado sublime: Both sides of the gun (2006).
 
Harper lleva un año girando con su mejor banda, los Innocent Criminals, con la que se reencontró tras dos álbumes de estudio con el trío Relentless7 y otros dos en la buena compañía de Charlie Musselwhite y su madre Ellen Harper. La reunión ha traído un nuevo disco con material nuevo, Call it what it is (Stax, 2016). ¿Qué tal? Fenomenal, como era de esperar, como yo esperaba. Rock stoniano, funk veraniego, soul cálido, blues crudo. Call it what it is, Pink balloon o Shine son para degustar. Sigo pensando que Ben Harper es demasiado bueno.

Nota: 8/10

miércoles, abril 13, 2016

SOUNDTRACK 182: MOM

Los personajes de la ‘sitcom’ Mom son mal ejemplo, seres poco recomendables. Tienen un pasado y un presente más que reprochables: la protagonista es una divorciada exalcohólica y las amigas con las que acude a las reuniones anónimas también; ha empezado a estudiar tarde y sus relaciones sentimentales no son para presumir; su madre, con la que se reencuentra al comienzo de la serie tras varios años sin contacto, fue drogadicta y ahora se presenta ante su puerta para encontrar un tejado; su hija da a su bebé en adopción en la primera temporada y luego rompe con el novio; su exmarido, un patán colgado con el que comparte la custodia de su hijo, se transforma en un patán patético al juntarse con la hija de un millonario; ahora viven madre e hija juntas, que se pican, se reprochan, se enfadan y se quieren. En las tres temporadas que lleva la serie ha habido muerte, enfermedad, conflictos familiares y generacionales. Aunque no lo parezca, Mom es una comedia, sí, de las de risas enlatadas.

Chuck Lorre, responsable de otras 'sitcoms' como Cybill o The Big Bang Theory, es uno de sus creadores y guionistas. Y dos buenas actrices como Anna Faris en el papel de hija y Allison Janney, la entrañable CJ Cregg de West Wing, como la madre, sus protagonistas principales. Los guiones alternan situaciones predecibles con desenlaces inesperados y en ellos está la clave de que los dramas encajen tan bien con las risas, como polos próximos del escenario de la vida. De un modo que pasa de la rudeza a la sutileza, de la carcajada a la desolación. Mom es equilibrio llevadero, aire frente al ahogo.

sábado, abril 09, 2016

VOLUME ONE 397: PAREJAS


Sin proponérmelo, en esta semana pasan por los auriculares las voces acompasadas de tres dúos, tres parejas musicales. Uniones impulsivas, experimentos compartidos, comunión de sangre. Una se escucha y se olvida, su disco no llega al aprobado (4/10); otra se entrelaza entre mimos, sugerentemente (7/10); y la otra, delicada y crepuscular, se merece un notable alto (8,5/10).

Un 4 para Teddy Thompson, en decadencia a cada disco que graba, arrimado a Kelly Jones. Little windows, casi media hora de country en pareja de sabor añejo, pretende ser dulce y le faltan terrones de azúcar.

Un 7 para Jesca Hoop y Sam Beam (Iron & Wine), cruzados en una atmósfera de ensueño y armonías, picante y preciosista en Love letter for fire, con el refuerzo de músicos de altura, entre ellos Glen Kotche (Wilco) en la percusión.

Un 8,5 para los hermanos Matthew y Jill Barber, canadienses, de los que hasta ahora no sabía nada. Él tiene tablas, poco más puedo decir. The family álbum es una preciosidad vocal y sonora, de cielos abiertos, guitarras cálidas y violines nostálgicos. Hay versiones y un tema es sobresaliente, maravilloso, The sweeter the dawn.

lunes, abril 04, 2016

VOLUME ONE 396: REAL MIDNIGHT (BIRDS OF CHICAGO)

A este disco le tengo gran cariño. Las razones sentimentales son íntimas e indestructibles, no se cuestionan.

Birds of Chicago (JT Nero y Allison Russell) ha sido uno de los más gratos descubrimientos que he tenido en los últimos años, eso para empezar. Real midnight (Five Head Entertainment, 2016), su segundo trabajo de estudio, es novedad desde febrero aunque se grabó el año pasado. Gran parte de su coste se financió con la voluntad de los amigos y otras aportaciones altruistas. Fue el último disco que salió de Garfield House, en South Pasadena, el hogar en el que ha vivido Joe Henry en más de una década y donde ha producido gran parte de su obra y algunos de los mejores álbumes de músicos sobresalientes (Solomon Burke, Bettye LaVette, Ramblin' Jack Elliot, Hugh Laurie, Mary Gauthier, Rodney Crowell, Bonnie Raitt...). Quien pase a menudo por este blog será conocedor de mi debilidad por Mr. Henry y no le sorprenderá que confiese que me haya emocionado insospechadamente al enterarme de que Joe deja Garfield House. Espero que allá donde siga grabando su música no deje de producirme tanto placer.

Birds of Chicago, en cierto modo, saltan de categoría con Real midnight, aunque a la larga su trabajo se confunda entre tantos por la fugacidad del consumo y lo que dura el saboreo de la música, incluso para quienes ponemos empeño y parsimonia (cuando se puede) en ello. Los rigurosos paladares mantendremos el bocado más tiempo en la boca. El disco trota por el folk y el country con la tranquilidad de los rastreadores de caminos. Las voces de Allison y JT mueven canciones de bellas melodías, con exquisitos pianos y percusiones que acarician. Falta quizá un par de piedras pesadas que destaquen, pero no importa. Agradable de escuchar cuanto más se pincha, que es cuando lo bueno parece mejor. O lo es.

Nota: 8/10

domingo, abril 03, 2016

SOUNDTRACK 181: JANIS. LITTLE GIRL BLUE

El rock and roll crea estrellas frágiles, juguetes que se rompen con facilidad. Algunas son débiles instrumentos en manos de fenómenos incontrolables o seres abocados a la soledad más cruel, la que se agacha tras la apariencia de festiva compañía. Janis Joplin era todo eso: estrella, juguete, instrumento, fenómeno y una persona hundida en la soledad después de cada fiesta. Dejó otro hermoso cadáver a los 27 años, en 1970, y una vida que detrás de las risas y el exceso fue desesperadamente triste.

Se aprecia esto en Janis. Little girl blue, documental dirigido por Amy Berg y narrado por Chan Marshall en la voz que pasea por las líneas de las cartas escritas por Janis cuando dejó su Texas natal, se adentró en la florida San Francisco y se embarcó en una carrera musical de fulgurante éxito y prematura destrucción. El film toma para el título uno de sus temas más demoledores, colofón de un relato que no cuenta casi nada que no supiéramos y explora con demasiada rectitud la clásica historia de artista sorprendente que encuentra su sitio deslumbrante en el circo del rock y acaba vencida por el torbellino en que se juntan el ascenso, la caída, las drogas y el alcohol.

Janis quería ser feliz, lo gritaba desesperadamente en sus cartas. Su risa escondía una profunda pena. Eso falta en el documental, garra y desesperación, mejor mostradas en el también reciente Amy, sobre Amy Winehouse, otro juguete estropeado y al final roto.

viernes, abril 01, 2016

LIVE IN 187: SABIO CHRIS

Paso por estas líneas y aplaudo al leer esto: “Es por la música por la que lo abandonas todo”. O esto: “Al final, lo único que te queda son las experiencias y la música”.

Lo dice Chris Isaak, un músico de fiar, un tipo de los que caen bien, con el que me gustaría tomar algo. Me brindó uno de los conciertos en los que más he disfrutado, una noche en un parque de Ourense. Tiene 13 álbumes y va camino de los 60 años. Todos esos discos tienen un puñado de canciones buenas de verdad.

La entrevista es corta, da la sensación de que el poco espacio impide imprimir respuestas más largas. Pero las publicadas revelan dependencia fiel al oficio y la carretera, añoranza de lo que nunca se tuvo, y respeto a lo que queda para la posteridad: la música. Sabio Chris.