Los Piratas fueron un grupo resultón a ratos con un par de temas reconocibles de regusto melancólico. Ahora Iván es un solista más afligido, o serio, de los que corren las cortinas para que entre menos luz en la superficie de sus canciones. Así, su álbum de hace dos años era un paseo a paso lento, decaído con tendencia al abatimiento, que perdía toda la energía de Los Piratas y desvelaba a un autor que si bien se apartaba de los terrenos que había recorrido durante mucho tiempo se decidía por circular por otras vías más pesadas, asuntos cansinos y temas apagados.
En Las siete y media repite la ruta con el mismo tedio que en su predecesor trabajo. El tono dolido (Tristeza, Extrema pobreza) es quizá más farragoso, con tendencia a la compasión, algunos desvíos a la pomposidad, absurdos juegos de voces y sólo un pequeño vistazo atrás en Días azules, tema compuesto para la película del mismo título de Miguel Santesmases y el único que al recordar a Piratas da validez al dicho de que cualquier tiempo pasado fue mejor.
PD: Además, y esto, que quede claro, es una apreciación personal, el autor me sigue pareciendo un pésimo cantante, cuya voz de ganso y el prolongado arrastre con que termina algunos versos no hace más que quitarle méritos a las canciones que firma.
1 comentario:
Últimamente te la estabas buscando ... y ya te la has ganado.
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