Había dejado un poco aparcada esta vertiente musical (aunque el jazz va ahora entrando con moderado empuje en mis venas), pero en mi último viaje a una gran superficie comercial me decidí por regresar al sonido callejero y peligroso que emana de esa música negroide nerviosa y sudorosa. Sin pensarlo mucho me decidí por el tercer volumen de una colección del sello Brown Sugar llamada The Manifesto of Groove que reza así: Cold Sweat, from jazz to soul ‘n’ funk to blaxploitation. En efecto, todo eso, estos cuatro estilos tan próximos el uno al otro, conviven con una agradable armonía en las canciones que artistas como Isaac Hayes, Jimmy Smith, Roy Ayers, The Bar-Kays o James Moody grabaron para los sellos Stax, Vanguard o Prestige en aquellas décadas. Esta colección no sólo permite disfrutar de una música muy divertida, sino comprobar el habilidoso compadreo de estilos gracias a la genialidad de autores magníficos apoyados por (de nuevo ‘anónimos’) músicos de acompañamiento no menos excelentes.
Por cierto, 'groove' es una palabra que me encanta. Significa ritmo, aunque algunos estilos animosos y ligados a la música de baile emplean el término como si fuera un propio subestilo caracterizado por el uso de línea rítmicas que se desarrollan con fluidez y sin interrupciones. Así que espero poco a poco, sin prisas, ir completando este Manifesto del Groove.
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