lunes, marzo 30, 2009

GREATEST HITS 69: SOUTHERN MAN (MERRY CLAYTON)

Nos fuimos abriendo hueco hasta alcanzar el fondo, junto a la atalaya desde donde el altavoz se excitaba cada vez más. Los cuerpos se rozaron unos con otros y el sudor salpicó el aliento para confundirse con nuestra piel. Luismi recordaba el tema que había sonado semanas atrás y yo desconocía la versión que iba a pedir. Para mí Southern man es la canción de Neil Young, vociferada con rabia en el After the gold rush y detonante del mítico cruce de afectos y discrepancias con Lynyrd Skynyrd, quienes respondieron al canadiense en Sweet Home Alabama. Southern man también lo canta Merry Clayton, cuya aportación más memorable al rock and roll son sus voces tórridas en el Gimme Shelter de los Stones. Su interpretación de la pieza de Mr. Young es también magnífica. Una pena que no se vea más imagen que la que ahora os dejo.

sábado, marzo 28, 2009

GREATEST HITS 68: STATE OF LOVE AND TRUST (PEARL JAM)

Un 10 para Ten. Una reedición de 5 estrellas. Sucios siempre.

miércoles, marzo 25, 2009

VOLUME ONE 181: TIGHT KNIT (VETIVER)

Crece mi admiración por este grupo. No dejo de restregarme los restos que en mi recuerdo dejan las tiernas versiones de Thing of the past (2008) y ya me dejo empapar por el acogedor mimo que desprenden las canciones de Tight knit (Sub Pop, 2009). Andy Cabic y su banda se acomodan en la mecedora delante del fuego y dan rienda suelta a su imaginería acústica. Folk indie, orientación acertada para situar la música sana y diáfana de Vetiver.

Su cuarto disco va atornillándose en tu interior con la suavidad de la miga del pan. Se disfruta en sus celestiales ejemplos de creación más convencional (Rolling sea, Everyday) y en sus cápsulas de ingenio psicodélico (Down from above, At forest edge). Es seductoramente tentador, da ganas de escucharlo otra vez en cuanto llega a su final para comprobar si es tan bello como parece.

Nota: 8/10

domingo, marzo 22, 2009

VOLUME ONE 180: ASTRAL WEEKS LIVE AT THE HOLLYWOOD BOWL (VAN MORRISON)

Algunas obras maestras son siempre rotundas obras maestras cuando no pierden ni una partícula de su espíritu. Cuarenta años después lo sigue siendo Astral weeks, tanto el disco que Van Morrison compuso en 1968 como las mismas canciones de aquella obra que interpretó el año pasado sobre el escenario del Hollywood Bowl de Los Angeles. Un monumento.

Van The Man balbucea, se salta palabras, cambia los versos, parece perderse en los remolinos que va creando el encadenado de estrofas. Pero Astral weeks, Beside you, Sweet thing, Cyprus Avenue, The way young lovers do, Madame George, Ballerina y Slim slow slider (con el fantástico añadido de Listen to the lion y Common one) conservan prácticamente con los mismos instrumentos que hace cuatro décadas y un ligero revestimiento de pulido sonoro la mágica atmósfera de una dimensión creada para que nuestros corazones descansen en la más cómoda de las paces.

Qué gran noticia, que hasta el león sonríe.

Nota: 10/10

jueves, marzo 19, 2009

SOUNDTRACK 78: EN TERAPIA

La vida es dura y En terapia se encarga de recordárnoslo. ¿Es tan dura? En la vida hay enfermedades, guerras, accidentes, desastres naturales, crímenes, pobreza… pero estos golpes de la vida no los trata En terapia, la serie del canal Fox de televisión, sino los problemas que conllevan el amor y el sexo, la educación, la soledad, la incomunicación o la convivencia. El doctor Paul Weston y sus pacientes radiografían sus almas para exponer los virus que las corrompen y tratar de hallar una cura contra sus llantos.

En En terapia llora todo el mundo, salvo el psiquiatra Paul Weston (un inmenso Gabriel Byrne), cuya propia vida no es inmune a las lágrimas. Llora Laura (Melissa George), la paciente de los lunes, que recurre al sexo porque no sabe amar. Llora Alex (Blair Underwood), el aviador del Ejército responsable de un mortal bombardeo. Llora Sophie (Mia Wasikowska), la gimnasta adolescente con tendencias suicidas y rebeldía afectiva. Y lloran Jake (Josh Charles) y Amy (Embeth Davidtz), un matrimonio que de tanto amarse acaba odiándose, una pareja que no puede vivir rota ni tampoco unida. Con tanto lagrimón, el propio doctor, descolocado por una revelación doméstica, necesita compartir sus penas y las de las personas a las que trata con Gina (Diane Wiest), una colega de la que llevaba tiempo distanciado.

Entrar en la serie no es fácil. Cada episodio (y son 43 los de la primera temporada) transcurre en tiempo real y en una misma habitación (salvo esporádicas salidas al exterior o entradas fugaces en habitaciones distintas). Dura entre 21 y 26 minutos y enfrenta cara a cara a dos personajes (tres en algún momento) que se intercambian confesiones y reflexiones, dudas y diagnósticos. Si la forma no se digiere como un obstáculo, entonces el espectador entrará también en la consulta y se someterá a análisis. Porque verá en las experiencias de los personajes situaciones familiares que cada día se encuentra en su propia existencia o que han marcado sus pasos para siempre.

El ser humano es débil, no sabe lo que quiere. Su control es de pronto un caos. Ama lo que desconoce sin saber cómo hacerlo. Gran serie.

martes, marzo 17, 2009

EL ANZUELO


Esto le gusta. No lo recordaba tan agradable. Hace años le ocurrió algo parecido, pero entonces no sabía medir las distancias ni controlar la confianza. No distinguía la lluvia detrás de los cristales y todo era mucho más claro que oscuro. Nadie merece un trono aunque se lo dediques.


Ahora es distinto. ¿Distinto? Bueno, según el momento. Pero no es igual que entonces, eso sí. Puede mantenerse atrás y abrir la coraza a ratos sin que nadie se lo pida. Le pueden confundir con un profesor que de esto va sabiendo un rato. Las puertas del colegio siguen entreabiertas.


A veces le entran dudas. Es decir, no le gusta que le guste. Pero al final, después de tanto pensar e imaginar, siempre habrá una voz que le diga algo que no espera, un gesto que le invite a regalar un abrazo sin que necesite otro de vuelta. ¿O sí?

sábado, marzo 14, 2009

GREATEST HITS 67: DEEPER WELL (EMMYLOU HARRIS)

Estas palabras parecen elevarse desde las profundidades de un pozo para extenderse como una maldición sobre las cabezas de quienes las escuchan. Cual conjuros endemoniados, cubren espectros que sobrepasan nuestros sentidos. La percusión acolchada, el rasgueo temerario, los tonos espesos y la voz suprema de una sacerdotisa medicinal. Emmylou Harris, muy bien arropada por Daniel Lanois y el escuadrón que parió Wrecking Ball en 1995.

jueves, marzo 12, 2009

VOLUME ONE 179: MR. LUCKY (CHRIS ISAAK)

Hombre, Chris, tú por aquí. ¡Qué agradable reencuentro! Hace unos meses dije en otro post que no existe un disco malo de Chris Isaak y que cada uno regala unos cuantos temas maravillosos, bocados de lujo para un gourmet ajenos a las modas y a vaivenes de actualidad. Mr. Lucky (Wicked game, 2009) también. Es lo mejor que se puede decir del duodécimo disco de este afable autor californiano. Pero en cierto modo puede entenderse al mismo tiempo como lo peor del trabajo, la fijación (nada reprochable) a unas líneas que nunca ha abandonado y que conllevan una relación rutinaria con la composición poco dispuesta a la creatividad. A mí me ocurre con algunos autores, de todas formas, que me siguen convenciendo cuando esa fidelidad constante a su estilo no sufre batacazos ni ofrece muestras de cansancio.

Isaak tiene programa en la tele desde hace años, una particular hora donde suena música y realiza entrevistas. Lo emite el canal Bio Channel norteamericano. Por eso ha estado descansando siete años quizá sin escribir nuevas canciones, con las que ha ido salpicando la banda sonora de su espacio televisivo. Están reunidas algunas en Mr. Lucky, otro disco cordial del bueno de Chris, plagado de nuevo de brisas veraniegas, swing, rockabilly y fresco rock and roll. El tipo mantiene erguido el tupé y le sigue funcionando la voz de maravilla con 52 tacos, una bendición carismática que hace todavía más sabrosa su música. Esa nueva colección de temazos la forman Cheater’s town, We let her down, Summer holiday, Very pretty girl y Big wide wonderful world.

Nota: 7/10

miércoles, marzo 11, 2009

SOUNDTRACK 77: A DOS METROS BAJO TIERRA (2ª temporada)

El cine es cada vez más aburrido y distante, me exige una paciencia que se apresura a quebrar y me aleja de sus contenidos. Mejor no se fíen de mis impresiones, voy entendiendo menos. Continúo enganchado, sin la dependencia con la que algunos se esclavizan al cine, a la pequeña pantalla, a algunas series concretamente, aunque sigo sus argumentos a mi ritmo, sin aceleraciones. A finales de octubre terminé la primera temporada de A dos metros bajo tierra (2001-2005), la fabulosa serie de la cadena HBO; anteayer finalicé la segunda inundado por una sensación muy similar a la de hace cuatro meses, dolido y satisfecho, tan conmovido como angustiado.

Los Fisher me han invitado a compartir las experiencias con las que conviven, mecidos de un lado a otro por los golpes y las caricias que producen el amor y el sexo. La soledad de los miembros de esta familia y de sus seres más cercanos ha sido también mía, como su indecisión, su vacilación y, por supuesto, su incertidumbre imposible de sortear. Salvo algún esporádico sobresalto, esta segunda temporada se ha centrado en los detalles, o si cabe, en el modo en cómo los personajes han ido dando brazadas por diferentes estados de euforia o de desánimo.

La muerte, cómo no, sigue rondando por la funeraria de Fisher e Hijos. La muerte es su negocio, también el vecino que viene a pedir azúcar en el momento más inoportuno. La muerte los hace mirar al pasado y aventurar el futuro, porque su presente no es más que una capa imprecisa de confusión. Nate (mítico) camina en el borde del precipicio, David (enternecido) no sabe bien si sus pasos resistirán, Claire (adorable) no encuentra ningún camino, Ruth (entrañable) espera sin saber qué o a quién, y Brenda (venenosa) apuesta al rojo sabiendo que el negro es el color ganador. No es una familia perfecta, claro que no, pero es maravillosa.

Sensacional.

lunes, marzo 09, 2009

VOLUME TWO 44: JJ CALE

JJ Cale está de vuelta para entregar un nuevo disco, Roll on (2009), el que hace el número 16 en su listado de trabajos de estudio sin contar las recopilaciones. Es otra buena noticia. No faltará en mis estanterías. Antes de prestarle mi primera escucha, he querido repasar la rica obra (o al menos una buena parte) de este elegante autor de Oklahoma, un tipo de apariencia poco amistosa, con la mirada casi siempre guardada tras unas gafas de cristales ahumados, al que las sonrisas se le extraen con tenazas, y del que me encanta su simpleza genial.

La entra
da que JJ Cale tiene en wikipedia resume su figura y explica brevemente y con claridad los rasgos de su estilo, un sello que lo acompaña desde sus primeros días y al que nunca ha hecho traición. Me permito reproducir unas frases con las palabras muy precisas: “Cale es uno de los pioneros del Tulsa Sound, mezcla de blues, rockabilly, country y jazz. El estilo personal de Cale ha sido definido como “relajado”, y se caracteriza por ritmos shuffle, cambios de acordes sencillos, voces dobladas y letras incisivas e inteligentes. Cale también es un guitarrista muy particular, caracterizado por su forma de puntear y sus solos moderados y ligeros. Sus grabaciones reflejan la sencillez y la falta de artificios de sus composiciones, que son normalmente grabadas enteramente por Cale, ayudándose de una caja de ritmos para el acompañamiento”.

Exacto. Uno escucha a Cale y encuentra sencillez, relajación, ligereza, moderación. Desde Naturally (1971) hasta To Tulsa and back (2004). Estas cualidades que en él son virtudes lo han convertido en un artista de culto y respeto general, no un autor raro apto para extraños paladares sino para estómagos inteligentes. Algunas de sus canciones las hicieron suyas Lynyrd Skynyrd y Eric Clapton (la misma Cocaine), con quien grabó un fantástico disco en 2006, The road to Escondido. Desde comienzos de los setenta grabó en solitarios una serie de discos cortos y precisos, estupendos (Naturally, Really, Troubadour). Desde el 79 espació más los trabajos y con Guitar man (1996) y especialmente To Tulsa and back recuperó la aureola reverencial que merece. Confiamos en que Roll on no nos decepcione.

viernes, marzo 06, 2009

VOLUME ONE 178: MIDDLE CYCLONE (NEKO CASE)

Tenía ganas de darme un paseo con Neko Case, tomarnos unas copas y perderme en su pelo rojo. Aparece tres años después y me da marcha esta virginiana nada virgen. En menos de una semana me he servido cuatro tragos de Middle cyclone (Anti, 2009), su nuevo trabajo, grabado de nuevo en Tucson con personajes de la zona. La tía ha logrado reunir a Gelb, Burns y Convertino en el mismo disco (aunque no siempre juntos) para darle colorido sonoro a una música que sigue mimando con ese tenso timbre de voz reluciente. Otras dos colaboraciones de excepción adornan Middle cyclone, las de M. Ward y ese errante músico de la supervivencia que es Garth Hudson (The Band) sentado ante unas teclas.

El disco navega calmado, conducido con sumo tacto desde la sala de máquinas por una autora acomodada en cierta melancolía. Algunos cortes se desnudan cuando parecen pedir un poco más de abrigo; otros juguetean con cambios de ritmo y ricas percusiones o hallazgos instrumentales de lo más inesperados que llenan las canciones de extrañas atmósferas. Unas cuantas se me han pegado al oído y tengo que escucharlas varias veces: This tornado loves you, People got a lover nerve, Fever, I’m an animal, Prison girls, The Pharoahs… Vuelves a ponerte el disco otra vez y te enamoras de alguna más.

Nota: 8/10

jueves, marzo 05, 2009

GREATEST HITS 63: THE MAN COMES AROUND / AMERICAN IV (JOHNNY CASH)

De noche. La lluvia roza la ventana. Sólo falta la chimenea dentro para sentirse a salvo de todo en la cabaña. La música empapela la sala. Su voz son los dedos que recorren suave la espalda… Este disco es una de esas siete, ocho, nueve (o las que sean) maravillas de la Tierra.

Cash estaba en las últimas, pero las canciones eran respiración asistida. Grababa con Rubin desde el 94, encerrado en su estudio, abierto a la intimidad del bosque y abrigado por los lazos resistentes de la familia. Temblaba cada vez más su voz en las American Recordings, casi todas ajenas y pasadas por su nuevo filtro, un bautismo retocado para llevar a su árido y cálido terreno a Neil Young, Hank Williams, Depeche Mode, Soundgarden, Eagles, Nine Inch Nails, Leonard Cohen, Kris Kristofferson, Beck, U2… Pero qué buenas son las del primer volumen, las del segundo (Unchained), las del tercero también (Solitary man), incluso las del póstumo quinto (A hundred highways). El cuarto, The man comes around (2002), es bendición aparte. Con Hurt al frente del desfile, I hung my head detrás y todas las demás a la misma altura. Fiona, Nick, Don como acompañantes vocales. Los Heartbreakers Mike y Benmont en los pedales, Smokey, Marty, Frusciante… Hermosa despedida, “nos volveremos a encontrar”.

Nos dejaba menos de un año después.

domingo, marzo 01, 2009

VOLUME ONE 177: NO LINE ON THE HORIZON (U2)

Ahora que ya lo he escuchado tres veces, que mañana lo compraré y tardaré en volver a meterme dentro, me limitaré a un breve comentario; que los análisis crueles o halagadores los hagan los entendidos. El slogan debería ser este: “El peor disco de U2”. Resulta que ahora caen injustos golpes sobre la ‘bomba atómica’, desde luego más inspirada en su conjunto que este ‘horizonte sin línea’ descompensado. Es que yo ya no sé qué tipo de música hace ahora el grupo, ¿hacia dónde la oriento? Será que echo demasiado de menos que algo nuevo que salga de ellos me recuerde mucho a War o The Joshua Tree.

Me gustan algunas cosas: que este nuevo disco no me recuerde a ningún otro (habrá imbéciles que se equivoquen al decir que han vuelto a hacer lo de siempre, falso); algunas guitarras finas de The Edge y otras sin tanto filo, más agresivas; y el último tema, sublime. Hay más cosas que no me gustan: la voz gastada de Bono, como se comprobará en la gira; ornamentaciones orquestales; torpes o feos fragmentos de canciones; una apertura sin fuerza; y dos temas nefastos, el 8 y el 9.

Nota: 5/10 (raspado, y no sabría decir exactamente por qué)

CAMARADAS

En esto de las personas, en cómo se conectan y desconectan, en cómo se relacionan, en cómo se entienden o se repelen, no comprendo nada. No soy de ciencias ni de letras. No entiendo de reglas. No las hay. Lo que importa es el momento. Me alegro por todos aquellos que aprovechan el momento. Después, que venga lo que venga… Me alegro, es verdad, por mucho o poco que dure el tiempo en que no nos vemos. Salud y abrazos.

Desde el otro lado me dice quién es en realidad, que no es nadie, que no pertenece a nadie y que tenemos que darnos cuenta de que no es tan importante como pensamos. Es cierto. Me encanta. Pero, ¿a qué lugar me la llevaría? En una o dos horas es el ser más adorable del planeta, pero después queda todo lo demás. Habrá que tener un voto de confianza… y un poco de fe en cómo ella, así, nos transforma sin destrozarnos, nos embellece sin pensarlo.

Vamos a mirar más allá, más allá del escote obsceno y de los contornos blandos. Ahí, más allá, se encuentra lo que no nos atrevemos a gritar, lo que nos vuelve locos y humanos, lo que no tiene explicación fuera de nuestras cabezas, fuera de una razón a la que le gusta distorsionarse y agarrar todo aquello que la acabará abandonando. Buenas noches. Un beso. No hay nada tan real como un beso.