sábado, mayo 31, 2008

VOLUME ONE 138: 100 DAYS 100 NIGHTS (SHARON JONES & THE DAP-KINGS)

Lo que veis no es una reliquia de los cincuenta o sesenta, que no es engañe su simple portada de fondo monocromático que tanto recuerda a las que daban cobijo a grupos y estrellas de soul de aquellas décadas. De soul se trata, eso sí. La negrita pequeñaja es Sharon Jones, acaba de cumplir los cincuenta y dos y después de años de ostracismo y supervivencia como corista de músicos de blues, soul, funk y gospel, acaba de encontrar el éxito que antes nunca tuvo. Entiéndase por éxito el que ahora le permite empezar a ser reconocida y admirada en el entorno de su música, grabar discos (tiene tres desde 2002) y sumarle kilómetros a su existencia girando con una banda propia, The Dap-Kings. Yo la descubrí ayer, Javier volvió a acertar de pleno desde el mostrador con su recomendación y la empaqueté para llevármela a casa.

Este disco que vemos delante es el tercero de la señora sureña, nacida y criada en las calles de Augusta por las que trotó también James Brown. 100 days 100 nights (Daptone Records, 2007) respira exquisito soul callejero y pulido R&B contagioso. No contiene la dinamita de una Betty Davis pero se enlaza al pasional pulso de la maravillosa Bettye Lavette. Los Dap-Kings son trajeados jovenzuelos ya curtidos en bandas neoyorquinas y arrimados incluso a Amy Winehouse a los que en absoluto les viene grande la empresa. El conjunto presenta un equilibrio preciso que vuelve a conducir al oyente a los parajes naturales (calles calurosas, fiestas mojadas de sudor) que dibuja esta música tan entusiasta.

El disco viene acompañado por otro compacto muy especial e igualmente marchoso, más si cabe: una mezcla de canciones y comentarios del programa radiofónico Binky Griptite's GhettoFunkPowerHour con música del sello Daptone. Glorioso.

Nota: 8/10

jueves, mayo 29, 2008

VOLUME ONE 137: ANYWHERE I LAY MY HEAD (SCARLETT JOHANSSON)

Me eché a un lado, escapé de la primera canción que empezó a sonar, de las imágenes que la acompañaban, de la propia chica durante una temporada (lo cual no es fácil), y una semana después de que llegara a todas las tiendas me decidí por dedicarle la confortable soledad de una noche lluviosa a este disco, Anywhere I lay my head (Rhino, 2008), cantado por la actriz Scarlett Johansson y producido por David Sitek, miembro de la banda neoyorquina TV on the Radio. Ni la banda de Sitek es de mi gusto ni la chica, intuía, tiene pinta de buena cantante; cierto. Además, se han lanzado ambos de cabeza a ponerle voz y música intrincada a canciones de Tom Waits, salvo una compuesta por él y ella. ¿Sacrilegio? En absoluto, todo vale en torno a Waits y me da que no le ha desagradado el resultado al propio genio. Pero la sensación final que me deja el álbum después de dos atentas escuchas espanta el miedo previo, aunque sin poder borrar tampoco un incómodo efecto de intranquilidad. No es un disco horrible, tampoco excelente; no es irritante hasta tener que maldecirlo, tampoco sencillo como para merecer aplausos.

Me gusta que Scarlett haya confiado en músicos que huyen de la sencillez y la primera fila de la popularidad para crear una superficie sonora que para nada casa con la imagen precisamente popular de una actriz estelar de Hollywood. Aquí no hay baladitas ni estructuras sobadas, no hay estribillos de manual ni clichés de radios comerciales. Lo que hay es ruido y capas de sonidos de la naturaleza, leves distorsiones y velos gruesos de adorno musical con percusión y viento. Scarlett y Sitek han ido a su bola, incluso han escogido temas muy secundarios del amplio catálogo de Tom Waits. Bien.

Me gusta menos que ese manto de música misteriosa tienda a ahogar las canciones pese a no lograr oscurecer su enfermiza hermosura (I don’t wanna grow up, Town with no cheer, Falling down o Fannin Street, las dos últimas con apoyo vocal de David Bowie). También la voz nada seductora de la actriz protege sus claras limitaciones artísticas gracias a los efectos de la sobrecargada producción. No está mal este disco de todas formas, se agradece su riesgo y marginalidad, aunque yo no lo recomendaría. A la crítica experta le habría gustado más si lo hubieran firmado unos Flaming Lips, por ejemplo.

Nota: 6/10

miércoles, mayo 28, 2008

GREATEST HITS 45: HURDY GURDY MAN (DONOVAN)

A quienes la música no les da para lujos y caprichos se les olvida fácilmente sin merecerlo. Es la extensa clase media del rock la que contiene muchos artistas de primera fila que por diversos motivos, desde la muerte fulminante hasta la progresiva autodestrucción, el poco interés que suscita en el público o los designios torcidos del destino, aparecen mencionados en los apéndices o sus nombres están escritos en muy pocas líneas. Donovan puede ser uno de ellos, comparado con trovadores de nunca acabar desde sus comienzos y sin el respaldo popular que nunca les faltó a otros. Quizá tampoco lo buscó o nunca le hizo falta.

Me parece un tipo extraño Donovan, el hippie escocés que un día se le daba por componer una tierna cancioncilla folk y al siguiente se convertía en un harapiento icono del flower power. Sus canciones no son fáciles, vacilan de estilo a estilo, pero tiene algo, un latigazo imprevisible quizá, que las convierte en atractivos jeroglíficos. Yo descubrí Hurdy Gurdy Man, incluida en el disco del mismo título del año 1968, con la película Zodiac (David Fincher, 2007). Es una canción intrigante de fantasmagórico clima, un tema que transmite ‘viajes’ sensoriales o rollos chungos. Por eso se le pega a uno sin poder quitársela de encima.

domingo, mayo 25, 2008

160 GB

Cualquier edad es válida para hacer las maletas en busca de lo que sea, de un poco de luz, por ejemplo. Romper con lo que tienes y construir nuevas pertenencias. Pueden durar cuatro meses o quizá toda una vida, ¿quién sabe? Guarda lo que aprecias en donde puedas, hazle sitio en el equipaje. No te olvides de llevar contigo todos tus discos, al menos los que quieras que te acompañen tan lejos, los que siempre te puedan echar un cable. Aunque nunca vuelvas a escuchar alguno de ellos, siempre sabrás que están contigo. Buen viaje.

sábado, mayo 24, 2008

BOOTLEG SERIES 13: THE COMPLETE REPRISE RECORDINGS 1971-73 (CRAZY HORSE)

Hace años tuve en mi poder pero pronto extravié el primer disco de Crazy Horse, la banda de Neil Young sin Neil Young. Ahora lo he recuperado gracias a la colección completa en un doble cd con añadidos antes archivados de los dos primeros trabajos del grupo para el sello Reprise a comienzos de los setenta, The Complete Reprise Recordings 1971-73 (Rhino, 2006).

Crazy Horse dio cabida a más personal del que reclutó Mr. Young en sus discos y giras. Además del bajista Billy Talbot y el batería Ralph Molina, los guitarristas Danny Whitten y Frank Sampedro acompañaron a Neil durante cuatro décadas, pero el grupo californiano abrió sus puertas a futuros pesos pesados como el también guitarrista Nils Lofgren y el teclista y compositor Jack Nitzsche; Ry Cooder incluso se pasó por las sesiones del primer disco para dejar la impronta de su slide en un tema. Crazy Horse (1971) presenta este personal (salvo Sampedro), por eso es el mejor de los cinco discos de estudio que publicó la banda a lo largo de todos estos años. El álbum, ilustrado en su cubierta por el hocico desenfocado de un caballo enloquecido, es un compendio de piezas en las que hubiera encajado perfectamente la voz de Neil Young y que van del rock garagero al country rock tabernero y que contiene el precioso legado por el que se recordará al malogrado Whitten, la balada tantas veces versionada I don’t wanna talk about it. El segundo disco, Loose (1972), en el que sólo continúan Talbot y Molina, parece un disco pariente de los que por aquellos años grababan The Byrds o Quicksilver Messenger Service, aunque el conjunto es más irregular y desequilibrado por la variedad de detalles que remiten también a Stephen Stills o al propio Young.

Crazy Horse nunca presumieron de elegancia ni destreza. No eran genuinos pero sí se sentían perfectos, como confiesan, cuando se arrimaban a Neil Young y se miraban los unos a los otros en un escenario. Su aparente tosquedad no es razón para darles la espalda ni concederles el olvido.

jueves, mayo 22, 2008

SOUNDTRACK 63: INDIANA JONES… AHORA

Su abuelo lo llevó al cine. Tenía 8 años. Salió entusiasmado de la sala, emocionado aún por la aventura en la que se había metido, perseguido por una piedra gigante, por aquellos moros con cara de pocos amigos en callejones estrechos, caído a la fosa de serpientes bajo el desierto, escondido en el submarino de los nazis y atado a un palo mientras el arca aquel expulsaba sus demonios. Volvió a ver la película una semana después, con su abuela y una amiga. Repitió con niños de su edad. Repitió con sus padres. Repitió una quinta vez, aunque no recuerda con quién como acompañante. En el mismo año. Tres más tarde el aventurero del sombrero y el látigo le invitó a otra aventura que vivió otras tantas veces como la primera, en exóticos palacios y catacumbas malditas protegido por la oscuridad de un cine. Volvió el héroe cinco años más tarde, aunque el niño, más crecido, se reencontró con él sólo una vez en la búsqueda sagrada desde una sala de estar. Las películas descansaron en su recuerdo. El héroe se jubiló. Hasta hoy.

Hoy ha vuelto Indy, el doctor Jones. El niño es hombre y ha querido sentirse un poco como entonces. No ha podido. No es tan fácil. Le ha alegrado reencontrarse con el aventurero de su infancia. Se ha entretenido, ha sonreído. Quizá es bastante, quizá es justo. Pero ya nada es como entonces. Aquello nadie se lo puede arrebatar. De esto puede prescindir. No pasa nada. El cine, como la vida, sigue su curso hasta la próxima sesión.

lunes, mayo 19, 2008

GREATEST HITS 44: VIOLET HILL (COLDPLAY)

Y después los llaman aburridos.

Esta es la versión completamente distinta del videoclip original que la banda montó a su peculiar antojo después de que el primero se filtrara en la Red antes de tiempo. Lo que esto avecina tiene buena pinta. Dentro de unos días saldremos de dudas.

domingo, mayo 18, 2008

LIVE IN 55: CÁPSULAS NACIONALES

Contra cierto sinsabor general que me producen algunas escuchas recientes de música internacional, recurro a unas pocas píldoras nacionales, a ver si mejora la salud. No mucho.


Me gusta Najwa Nimri. Me parece una actriz solvente y una belleza intimidante,
de las que hasta da vergüenza mirar dos veces. No me parece
en cambio una buena cantante y el adorno electrónico que protege sus canciones disimula unas carencias de voz que ella tampoco se esfuerza por ocultar. Dicen quienes la han visto en directo que su prestancia ante el micro, el saber estar de una actriz consolidada, mejora su repertorio. Lo creo. Se ha reencontrado con Carlos Jean para publicar Till it breaks, el nuevo álbum de Najwajean. La obra navega en un mar de pop balanceándose hacia el suave rock electrónico, un mustio acento de baile, e incluso el punk rock. Esa indefinición hace olvidable el disco, aunque tres buenos temas como Crime, Don’t try y Singin’ hacen agradable el trabajo.

Otro tanto para Russian Red, lo que sea que es que esconde a Lourdes Hernández y a Brian Hunt. Navega por el espacio virtual y cosecha referencias positivas. Las comparaciones son acertadas: Feist, Hope Sandoval y hasta Joanna Newsom, porque la voz de la chica, mona ella, es aniñada. Gusta, para escuchar en el campo. Es folk compungido, del que tanto se prodiga por los paisajes yanquis, del que tanto teme uno (no hay razón para ello) cuando se prodiga por los paisajes de la España nuestra. Nice thick feathers, Kiss my elbow y No past land son tremendos temas. El conjunto no es para tanto. A ver qué respuesta le dedica el público nacional. Me cae bien, que ya es bastante.

Me pregunta alguien (no me acuerdo quién) si he escuchado a Sr. Chinarro. No, respondo. Hasta ahora. Qué delito. Qué horror. Al paredón con el que recita desganado sobra las bases maestras del indie pop más vomitivo. Me vuelve a doler la cabeza.

viernes, mayo 16, 2008

EL PRESENTE

El otro día me detuve ante una revista. En su portada miraban serios y distantes dos viejos en primer plano. ¿Quiénes son estos tipos?, me pregunté. ¡Ostras, Plant y Page! Yo no había nacido cuando ellos mandaban ahí arriba y sus melenas danzantes, el gesto afeminado de Robert y la seducción acosadora de Jimmy sobre su guitarra, armaban a una banda hasta alturas legendarias. Años después yo descubrí a Led Zeppelin, algo tarde, cuando ya no eran grupo con vida. Los dos se juntaron de nuevo, sacaron discos con su firma y por separado, y el año pasado reclutaron a John Paul Jones y al vástago de su batería fallecido para resucitar (de algún modo) el pasado.

Pero el tiempo no se detiene, habla en los rostros y en los cuerpos. Sólo los recuerdos pueden impedir que nos vayamos haciendo viejos. ¿O no?

miércoles, mayo 14, 2008

BOOTLEG SERIES 12: SOUL FEVER (MARIE QUEENIE LYONS)

Podríamos llamarla ‘arqueología discográfica’; sería una ciencia y una pasión, la de desenterrar obras de culto y acercarlas al oyente; con fines comerciales, claro. Lo lleva haciendo un tiempo el sello español Vampisoul, concentrado en rescatar del olvido o darle formato de compact disc a muchos trabajos de música negra de las décadas sesenta y setenta. Soul, funk, rock latino, lounge y las distintas combinaciones que aceptan estos géneros se encuentran en su catálogo. Una de sus novedades más reciente es Soul fever (1970), un venerado LP convertido ahora en CD y distribuido por Vampisoul para recuperar la memoria de una muchacha negra a la que se le perdió el rastro hace décadas, Marie Queenie Lyons.

Cuenta el cartón que guarda el disco actualizado que Lyons se esfumó de la tierra después de la grabación de Soul fever. En los años anteriores había cantado para King Curtis y sido empleada por artistas como Fats Domino, Jackie Wilson y James Brown, quien pudo haber impulsado la contratación de la bella Marie para grabar su único álbum en Deluxe, un sello ligado a King Record, hogar discográfico del padrino Brown.

Muchos años después de todo aquello yo oigo hablar por primera vez de Marie Queenie Lyons, compro Soul fever a ciegas y me encuentro con una de esas magníficas joyas que el tiempo engrandece. La desaparición de la chica escondió para siempre el boceto de un volcán. Las doce canciones que grabó, incluida una atípicamente fresca versión del sudoroso Fever, oscilan entre el funk ardiente de comienzos de los setenta y el soul inocente de los albores de la década anterior. Ella misma también canta con una variada gama de actitudes, en unos temas parece inofensiva mientras que en otros se calienta vigorosamente hasta transformarse vocalmente en un varón al estilo de una Janis Joplin sin llegar al ardor de una Betty Davis. Gran descubrimiento.

lunes, mayo 12, 2008

LIVE IN 54: MARCHITA JUVENTUD

No pedimos genios adolescentes (tampoco es sano), ni prodigios de la naturaleza en pañales artísticos. Los que surcamos los mares de la música como ávidos oyentes en busca de nuevos tesoros perdidos o por encontrar queremos de vez en cuando, más pronto que tarde, tropezar con hallazgos relucientes, artistas nuevos que nos animen a tenerlos fichados para darle oportunidad a sus futuras canciones. Pero algo falla: o las rachas de nuevas bandas de mocosos están condenadas a conformarse con sus patosas cualidades y a explotarse el acné, o nosotros, ¿demasiado exigentes?, nos vemos superados por la desconfianza que acompaña a la edad.

Dos ejemplos: Panic at the Disco y The Last Shadow Puppets. De USA y UK. Tienen álbum este año, con portadas sugerentes, de las que animan a probar lo que hay dentro, y contenidos paupérrimos: power pop de saldo con gotas de country barato en el primer caso, pastiche retro británico con orquesta de inclinaciones sesenteras en el segundo. En Panic tocan cuatro flequillos diseñados con disfraces de mayores. En estos Puppets se junta un chaval de Arctic Monkeys y otro de The Rascals. Un desastre de Oeste a Este.

Olvidados estos bocados de música joven, a veces rebobinamos hacia generaciones demasiado emancipadas hasta volver arriesgarnos a conocer la próxima aventura que empañe nuestros días. En esos viajes atrás, los que este blogero emprende a veces y luego comparte (Havens, Otis, the Staples, Faces…), no siempre las flores mantuvieron vivo el jardín, pero es más grato y fácil reconfortarse con las viejas semillas que nunca se marchitan.

viernes, mayo 09, 2008

NADA ES SAGRADO

Nada es sagrado. La falta de vergüenza, el dinero o la simple flexibilidad de los derechos de autor eximen de culpa el atrevimiento de quien lleva a cabo la reconstrucción de un trabajo original, la copia, el plagio, la versión u otros variantes. Después, no pasa nada, todo sigue su curso sin que nadie tenga que mirar de frente a un pelotón de fusilamiento. Hubo días en los que me importaba la transformación de ciertas obras que consideraba intocables, películas y canciones, sobre todo, que creía que no debían ser tocadas. Ahora ya no.

Optó a un Oscar y se creyó en el derecho de calcar plano a plano un clásico de terror insuperable. Después del caudal de críticas que encajó alguna de sus películas posteriores ganó el gran premio del festival de festivales. Perdonado. Aquella canción protestó la lluvia atómica y casi cincuenta años más tarde se le ha cambiado el idioma para bendecir el agua en el año de una exposición universal. No hace falta castigo. Capra y Minneli han sido ridiculizados, pero ¿alguien se acuerda?

Aviso: no he escuchado aún las versiones de Tom Waits que ha reunido en un disco la actriz Scarlett Johansson con la ayuda de un nada fiable productor, aunque ya me han llegado a la vista y al oído críticas feroces dirigidas a la precoz estrella a la que ya le va sentando mal tanto protagonismo al mínimo de sus estornudos. Waits, genio incomparable donde los haya, tampoco está libre de que su obra se someta a lavado y centrifugado. Si él lo consiente su cartera no va a cerrar la boca. ¿Que la chica lo reinterpreta mal? Puede ser. ¿Que no canta bien? Pues Waits… aunque no nos importa. No son pocos los grupos y autores que han destrozado canciones originales, desde Robert Plant a Bono en compañía de la cabecilla de The Coors, pasando evidentemente por Sonic Youth. Enfado de hoy, olvido de mañana.

Comentaremos en breve ese disquito de Miss Johansson, a quien uno querría ir perdiendo un poco de vista salvo en sus sueños más reservados.

miércoles, mayo 07, 2008

BONUS TRACK 45: RICHARD P. HAVENS, 1983 (RICHIE HAVENS)

La primera vez que escuché y vi una actuación de Richie Havens fue en el homenaje del 30 aniversario de carrera de Bob Dylan que numerosos músicos le rindieron al autor en el Madison Square Garden de Nueva York a comienzos de los noventa. La espumosa versión de Just like a woman que se marcó Havens, arropado solamente por su guitarra y su voz melancólica hundida en la bruma me cautivó durante días. La obra de este cantante norteamericano comencé a explorarla bastantes años después. Havens parece obsesionado con las versiones, las de Dylan y The Beatles especialmente (tiene un álbum dedicado a ellas por entero), temas que se han convertido en componentes del repertorio de sus discos de estudio y de sus apariciones en vivo. Quizá esa insistencia ha desvirtuado el conjunto de su obra, en realidad modesta y poco trascendente, aunque de una tremenda carga expresiva.

Pero alguno de sus trabajos es realmente soberbio, como el cuarto de su carrera, que tituló Richard P. Havens, 1983 (Verve, 1969), donde Beatles ganan por 4-1 a Dylan en el marcador de ‘covers’, Donovan y Leonard Cohen tienen también revisitación y en el que temas del propio Havens como The parable of Ramon y For Haven’s sake producen una confortable sensación de liberación espiritual. El cantar de Richie es recogido pero intenso, su emoción interpretativa es creciente y su inconfundible forma de rasgar la guitarra, marcando los acordes con el pulgar como si a veces estrangulara el mástil y convirtiendo la caja en un elemento percusivo, ejercen un efecto hipnotizador; el que después de tanto tiempo anima a no perder de vista el folk íntimo de Richie Havens.

lunes, mayo 05, 2008

VOLUME ONE 136: MUDCRUTCH (MUDCRUTCH)

Más buenas noticias de quien, cuando las trae, nos hace un poco más felices. En un ejercicio de nostalgia Tom Petty ha resucitado a la banda que antes de que los Heartbreakers vieran la luz como sus acompañantes, allá por mediados de los setenta, recorría los bares y locales de Florida en persecución del éxito. Se hicieron llamar Mudcrutch, pero nunca llegaron a grabar un disco; Tom se colgaba el bajo y los futuros Heartbreakers Mike Campbell y Benmont Tench agarraban una guitarra y vigilaban los teclados; Tom Leadon y Randall Marsh completaban la formación, cuyo rock primerizo parecía prometedor, como revelan algunos fragmentos del documental rodado por Peter Bogdanovich, Runnin’ down a dream (2007). Más de treinta años después Petty ha reunido a Mudcrutch en Mudcrutch (Reprise, 2008). Y el tiempo no ha estropeado nada.

Este disco tardío pero nunca inútil posee, entre otras virtudes, la de desmarcarse de la huella de Tom Petty & The Heartbreakers, aunque temas como Scare easy o The wrong thing to do recuerden inevitablemente a la banda (por algo Campbell y Tench se apuntan al reparto principal de créditos). En conjunto, Mudcrutch es un trabajo paralelo de Tom Petty y su grupo con parte del personal distinta que decide recorrer vías y aromas parejos pero no idénticos, próximos al soleado country rock que derivó décadas más tarde en el americana (Queen of the go-go girls) o incluso al folk de vertientes psicodélicas (Crystal river). La cotización del disco sube como la espuma, sobre todo si el oyente se deja tragar por el remolino en que le mete un tema como Lover of the bayou, un versión de The Byrds convertida desde ahora en el TEMA DEL AÑO.

Nota: 8/10

sábado, mayo 03, 2008

VOLUME ONE 135: SUNDAY AT THE DEVIL DIRT (ISOBEL CAMPBELL & MARK LANEGAN

Mark Lanegan no reposa el culo. En menos de un año se ha unido puntualmente a Soulsavers, ha publicado disco y girado con Greg Dulli bajo el nombre de The Gutter Twins y se ha reencontrado con Isobel Campbell, con quien dos años atrás había demostrado que las parejas imposibles son posibles en esto de la música. Son buenas noticias aunque los resultados sean dispares. Del óxido electrónico ha pasado al espeso rock de catacumba y ahora experimenta un completo cambio de registro al lado de la que fuera edulcorada princesa pop en Belle and Sebastián. Sunday at devil dirt (V2, 2008) es la continuación de Ballad of broken seas (2006).

En cierta medida viene a ser eso, una continuación, un segundo capítulo de brillante artesanía sonora y paisajística de un dúo pintoresco que se susurra estrofas bajo una capa atmosférica de turbadora calidez. Además de prestar sus deslizantes e inofensivas palabras, Isobel compone y arregla en el apartado creativo, de nuevo dejando clara su debilidad por el legado poético del Ennio Morricone que musicalizaba westerns; Mark se erige en voz dominante, por momentos cercana a la que recorría sus obras I’ll take care of you y Field songs.

Este Sunday at the devil dirt despega con un manojo de cortes que parece guardado por la pareja desde Ballad of broken seas. A continuación se transforma sutilmente en un cofre de canciones más climáticas y retorcidas, como la espectacular Back Burner, con un coro agonizante de voces gospel en un desierto abandonado mientras la garganta tenebrosa de Lanegan amenaza sin subir el volumen. El tramo final revive la calma inicial con temas menos intimidantes (Trouble, Sally don’t you cry) que hacen acogedora su natural aridez. Escuchadlo en calma, libres de inquietudes, para gozarlo en su desnudez.

Nota: 8/10

jueves, mayo 01, 2008

GREATEST HITS 43: IN THE AIR TONIGHT (NONPOINT)

A veces surgen versiones que tapan al tema original. Hendrix mató a Dylan desde la atalaya. ¿Quién se acuerda de Phil Collins cuando Nonpoint gritan más alto? Desde Miami.