viernes, febrero 27, 2009

VOLUME ONE 176: IT’S BLITZ! (YEAH YEAH YEAHS)

Yeah Yeah Yeahs llegan hasta su tercer disco, el momento en el que muchas veces han surgido dilemas en la historia de la música. ¿Y ahora qué?, ¿por dónde seguimos?, ¿por los caminos ya recorridos o tomamos un desvío?, ¿mantenemos nuestro estilo o le damos un retoque? Si el grupo o el solista se repiten, puede que acaben gastándose hasta llegar al aburrimiento y a la falta de creatividad; si le dan un nuevo aire a su música, es posible que los primeros y más fieles seguidores condenen el atrevimiento al tiempo que otros menos acérrimos aprueben el cambio, sea brusco o ligero. Yeah Yeah Yeahs se han decidido a mantener el fondo y variar la forma en It’s blitz! (2009). Podríamos decir que ahora han llevado su punk de vanguardia a la discoteca. Pero no hay que asustarse…

Aunque mi pulso y mi espíritu es tradicionalmente rockero, no le hago ascos a ciertas aventuras electrónicas, las justas. It’s blitz! es una de las que me han agradado… lo justo también. El primer contacto con las nuevas canciones del grupo neoyorquino es chocante, ya que por un lado parece no quedar rastro de aquella economía de instrumentos con que asaltaron la escena independiente a comienzos de década, y por otra parte su nueva música golpea en seco con maquinaria, sintetizadores y juegos sonoros que convierten una buena parte de los diez temas del álbum en piezas bailables y sudorosas. La voz juvenil de Karen O pierde algo de furia para dar paso a una mayor sensualidad. Las formas del grupo siguen siendo atrevidas (Zero, Shoft shock, Dragon queen), rebajadas ahora por un guiño a una comercialidad electrónica que no tiene por qué ser denunciada.

Nota: 6/10

miércoles, febrero 25, 2009

VOLUME ONE 175: HOLD TIME (M. WARD)

Por fin, un poco de frescura musical en este comienzo de año. Se despeja la niebla que cubre mi optimismo porque además se avecinan novedades suculentas. El aperitivo es este Hold time (Merge, 2009) de M. Ward, una delicia sencilla y al mismo tiempo adornada con un liviano y fresco maquillaje. Me cae bien este joven californiano, tiene atractivos y dispares contactos además, desde Howe Gelb hasta Norah Jones pasando por Cat Power, Conor Oberst y Jenny Lewis, con quienes ha colaborado en discos. Hold time es el séptimo de su trayectoria desde su bautismo en 2001 y contando el proyecto paralelo en el dúo She & Him.


No acierto a distinguir si algunos mensajes musicales son fáciles o difíciles de crear y transmitir. Lo que conozco de la obra de M. Ward sirve de ejemplo y su último trabajo reafirma esta confusión. En apariencia, sus canciones son agradables burbujas de country-folk a las que les sientan bien ocasionales vestimentas pop. Se aprecian en ellas estructuras clásicas y algunos sonidos tradicionales fortalecidos por percusiones o arreglos novedosos, más modernos. Lo que desprende el resultado es una vaporosa sensación de tranquilidad que ayuda a saborear los temas con cuidado y satisfacción. Parece sencillo, pero creo que en realidad es más complicado. Hold time rescata a lo lejos a Johnny Cash y a The Beach Boys, a los que la voz corriente y amable de M. Ward y su música bronceada por hermosas cuerdas de guitarra ayuda a actualizar. Jaibird, Fisher of men, Oh lonesome me (con Lucinda Williams), Epistemology, Shangri-La y Outro son estupendas.

Nota: 8/10

lunes, febrero 23, 2009

GREATEST HITS 66: CORDUROY (PEARL JAM)

Sí, el jazz y… ciertas cosas que me reconcilian con esa pasión por la música que últimamente encuentro marchita. Pearl Jam, por supuesto. Hacía tiempo que no los desempolvaba en el blog y ha bastado la escucha contundente de uno de sus temas en el local de un gran amigo para dejarme remover por las aguas rugientes del rock and roll. Corduroy no es de mis canciones favoritas del grupo, pero sí me encanta oírla casi siempre en el arranque de uno de sus directos, cuando Pearl Jam aún no ha empezado a sudar ni a quitarse las chaquetas. La cohesión vibrante de las tres guitarras y el inconfundible vértigo con el que los dedos de Mike McReady cabalgan por las cuerdas a partir de los tres minutos elevan Corduroy al altar de los temazos de la banda en vivo.

jueves, febrero 19, 2009

LIVE IN 70: EL JAZZ COMO ESCAPE

He tenido que buscar una escapatoria y la he encontrado en el jazz, una vez más. Su caprichoso rompecabezas está siendo un pequeño salvavidas estos días, no sé hasta cuándo, y (algunos sabéis) no soy un fanático de este género ni un ávido consumidor. Pero me gusta acudir a sus brazos para desinfectarme de vez en cuando. La última plaga me ha debilitado y desanimado. Ninfas del folk, trovadores inflados, cuartetos rupestres, jefes de la canción o formaciones que del empleo abusivo de las máquinas sacan insoportables pastiches de distorsión… cualquier cosa de las que he escuchado últimamente me ha producido un efecto vacío y desalentador. La música… sin ella no podemos vivir, pero con ella tampoco.

No he buscado entre las obras más grandes, ni tampoco entre las de los más grandes. Tres fantásticas y económicas reediciones de Blue Note me han ayudado estos días a quitarme de encima los componentes tóxicos de una música que va perdiendo su alma. Dexter Gordon (Our man in Paris), Donald Byrd (Slow drag) y Grachan Moncur III. (Evolution). No está mal, ¿no? Pulsar el Play y dejarse llevar.

martes, febrero 17, 2009

SOUNDTRACK 76: RICO OSCAR

Hace un año expresaba mi desilusión por la selección de películas aspirantes al Oscar al mejor film de 2007, la mayoría de ellos estrenados en 2008 en España. Ahora tengo sensaciones opuestas, dichosamente reconciliadas con el cine de alta calidad. Las cinco candidatas me parecen excelentes películas, virtuosas, dinámicas, dramáticas, arrebatadoras, irresistibles… soberanas muestras de pericia cinematográfica y ejemplos que confirman que el romance entre el espectáculo y el arte, la diversión y el reflexión, recobra su mejor estado de salud.

Mi nombre es Harvey Milk descubre un nuevo perfil camaleónico de Sean Penn, contenido pero inmenso en la piel del primer cargo público norteamericano declarado abiertamente homosexual en la década de los setenta. Detrás de las cámaras, Gus van Sant se aleja de absurdos y plomizos experimentos para narrar con ternura y agilidad la eclosión y el ocaso del personaje.

El desafío: Frost contra Nixon es la transformación de Ron Howard en primo de Oliver Stone o el hermano de Michael Mann. Comparaciones al margen, el irregular director reproduce la obra teatral que mostró el enfrentamiento televisivo entre el ex presidente Richard Nixon y el presentador David Frost. El brío de un perfecto montaje y el duelo colosal entre los actores (enorme Frank Langella) engrandece la cinta.

Slumdog Millionaire es la favorita al premio gordo. La avalan los numerosos premios y el vitalismo de su propuesta, tanto en la forma, vivaz y enérgica, como en el fondo, optimista ante la miseria y la adversidad. Danny Boyle dirige con alegría un cuento bonito aunque poco creíble, pero del gusto general del gran y del pequeño público.

El lector describe las huellas que una relación pasional vivida en la adolescencia deja marcadas en un hombre incapaz de olvidar. Una Kate Winslet merecedora de todos los premios del planeta presta su patético personaje a la reflexión moral sobre el deber y la conciencia y subraya con su trazado la constatación de que la lectura es uno de los máximos placeres del ser humano.

Y El curioso caso de Benjamin Button es la hermosa y extraordinaria historia de un ser imposible y adorable, el espectador inverso de las alegrías y tristezas que depara una existencia. El impecable trabajo de David Fincher reafirma su condición de genio del cine.

sábado, febrero 14, 2009

GREATEST HITS 65: INDIAN SUMMER (THE DOORS)

Lejos de los clásicos permanecen callados más tiempo otros tesoros. Este tema de The Doors me capturó de inmediato, me hizo adicto a su reposo colgante. Es un oasis de ensueño que se deshace entre los dedos al agarrarlo, una canción medicinal, como lo es también The Spy, entre las burbujas blueseras que contiene Morrison Hotel (1970), el penúltimo y gran disco de la banda. Jim cantaba más cansado, su barriga le pesaba y la voz empezaba a agrietarse en una triste catacumba. A la vuelta de la esquina esperaban los peores presagios, pero Morrison tuvo tiempo aún para convetir cuatro sencillos versos en una nostálgica obra maestra.

"Eres la que más amo / más que a todas las demás / que conocí en el verano / verano indio"

Espero que te guste, Willard.

viernes, febrero 13, 2009

GREATEST HITS 64: LAST GOODBYE (JEFF BUCKLEY)

Todavía me cuesta creer que nunca más volveremos a oírle una canción nueva. En la tristeza de su mirada se oculta la obra nunca enseñada de un autor perseguido por la maldición. En su caso no me parece un consuelo volver a escucharlo cada vez que tengo ganas si sé que no volverá a regalarnos su música y su voz. Sobre la alfombra de los mitos camina Jeff Buckley, el mejor de los músicos que pudieron haber sido muy grandes.

Para los últimos adioses o las primeras bienvenidas esta canción está muy bien.

jueves, febrero 12, 2009

TRES AÑOS

Un chasquido y el tiempo se propaga a la velocidad de la luz. Ya no lo recuerdo con añoranza, ni siquiera lo recuerdo. Duró lo que duró, fue lo que fue. El tranvía sigue avanzando y no siempre lleva a los mismos pasajeros. A veces parece que fue ayer, a veces parece que ocurrió hace siglos. Pero siempre lo veo lejos.

Ahora cambiaríamos de acera, o si no pudiésemos hacerlo a tiempo bajaríamos la vista al suelo o la dirigiríamos a cualquier punto perdido del vacío. Para qué retomar un saludo si no quedan ganas de hablar, si no hay nada que contar. Durante un año aún seguiste existiendo, al siguiente te perdiste en el niebla, en el último ya no eras ni fuiste.

¿Dura tres años? Puede. No me gustó aquella novela, salvo el título. Desde entonces he abrazado una acomodada libertad que de vez en cuando amaga el reto de querer ser corrompida. Ya no hay aguijones clavados, hay algún hormigueo deslizante y ganas inciertas.

lunes, febrero 09, 2009

LIVE IN 69: STAND BY ME… AROUND THE WORLD

“La música es grande”, dicen a mi espalda mientras escuchan esta canción y ven este vídeo. A lo mejor os lo han enviado por correo. Si no es así, comparto la ocasión de disfrutar esta experiencia a través del mundo. Acudo de nuevo a este tema para comprobar que la música une sentimientos en cada rincón del planeta y que su calor nunca va a dejar de darnos abrigo.

Playing for change es un “movimiento multimedia creado para inspirar, conectar y conseguir la paz en el mundo a través de la música”. También es el título de un documental de Mark Johnson y Jonathan Walls sobre los músicos callejeros en EE.UU, estrenado en el Festival de Sundance en 2003. En abril de 2008 estrenaron en el Festival de Tribeca un nuevo documental titulado Playing for Change: Peace Through Music, del cual se extrae esta canción, Stand by me, de Ben E. King.

“No importa quién seas. No importa a dónde vayas en tu vida. En cualquier lugar y momento habrá alguien que cuente contigo”.

sábado, febrero 07, 2009

ARTE

Cualquier cosa es arte, cualquier cosa es bella a los ojos de la emoción del alma. Un pequeño detalle o un gran gesto. La mano que tapa un estornudo, el espacio entre dos dientes, la manera en cómo suena tu nombre en la voz de otra persona, una hoja en blanco, el olor de la tinta, las curvas de una guitarra, un susurro, las ruedas sobre un camino de tierra, un vaso de agua, la piel, el cielo del verano, la oscuridad invadida por la luz de una pantalla… El curioso caso de Benjamin Button.

viernes, febrero 06, 2009

GREATEST HITS 63: LIFE IN TECHNICOLOR (COLDPLAY)

Divertido vídeo. Hermosa canción.

No hay más que decir (al menos hasta que los herederos de Otis Redding, Alvertis Isbell y Allen Jones denuncian a Eli ‘Paperboy’ Reed por plagio y le extraigan algo de la fortuna que le llega hasta las cejas).

martes, febrero 03, 2009

LIVE IN 68: ASTRAL WEEKS, LIVE AND REVISITED

Esta es una buena noticia, pero tengo mis reservas. La semana que viene saldrá a la venta un disco más de Van Morrison, pero no será uno más y ya está, sino un trabajo muy especial, la interpretación en directo del álbum Astral weeks, de 1968, íntegro y cuarenta años después en un par de actuaciones que el autor irlandés ofreció el pasado noviembre en el Hollywood Bowl de Los Angeles (y que repetirá en el Madison Square Garden de Nueva York a finales de este mes). Hice alusiones en un par de lejanos posts a este disco sensacional de Van Morrison, una de las cumbres musicales y emocionales de todos los tiempos por siempre y siempre amén.

Por eso mismo tengo ciertas dudas y una intrigante expectación hacia esta revisitación en directo que, desde luego, no faltará en mi discoteca. Sigo escuchando Astral weeks, el original, y me emociono enormemente. La dulzura con que acarician los oídos los lamentos melancólicos de Morrison y sus reposadas armonías y arreglos me conmueven como a un colegial enamorado, como a un romántico incurable. Y aún no sé si volveré a sentir semejantes emociones cuando dentro de poco vuelva a escuchar estas adorables canciones recuperadas por su propio autor tanto tiempo después de su creación.

BOOTLEG SERIES 18: LOVE IS THE SONG WE SING: SAN FRANCISCO NUGGETS, 1965-1970

Hace poco regresé a San Francisco a través de una gran película, Mi nombre es Harvey Milk. Me gusta esa ciudad, me gusta recorrer sus calles de celuloide en Bullitt, Harry el sucio, ¿Qué me pasa, doctor? o Zodiac. Me haré ilusiones de pisarla mientras la contemple a distancia. Su sonido también me encanta, su banda sonora de los años sesenta especialmente, la segunda mitad, para ser más concreto. Tengo alguna música de aquel tiempo en casa, pero existe tanta, tanta, que no deja de sorprenderme la amplitud que abarca el océano del rock and roll y la imposibilidad de abarcarla toda. Una muestra de esa música se encuentra en una lujosa caja de cuatro discos que de sólo mirarla en el escaparate dan ganas de lanzarse hambriento sobre ella, Love is the song we sing: San Francisco Nuggets 1965-1970 (Rhino, 2007).

Esta es una fantástica colección, sí señor. Existen muchas otras parecidas con libros informativos, fotos antiguas muy poco difundidas y diseños muy bonitos. Da gusto escuchar, en la mayoría de ocasiones por primera vez, aquella música del amor, de aquellos veranos cubiertos de flores y bañados en viajes sensoriales más allá de la razón y la contemplación. El grueso de las canciones que incluye esta caja pertenece a bandas que tuvieron una vida efímera cuyos nombres han quedado enterrados bajo el peso de la historia. Grupos o autores como Kak, Grass Roots (con una memorable versión de Ballad of a thin man), Mother Earth, Salvation, The Charlatans, The Beau Brummels, The Great Society, The Mystery Trend….poseían aquel sonido psicodélico irrepetible, a veces profundo, a veces ligero, que ni la más fielmente entregada de todas las bandas actuales que pretenden revivir aquella música es capaz de conseguir. No faltan algunos clásicos de Jefferson Airplane, Janis Joplin, Santana o Quicksilver Messenger Service, que enriquecen la oferta nostálgica de un tiempo que muchos de nosotros no pudimos sentir en nuestra carne.