jueves, diciembre 31, 2015

EL TIEMPO Y TÚ

La gente dice que los años pasan más deprisa cuanto más viejo te haces, o cuanto más atrás ves tu juventud. Yo lo creía así hasta este año, y ya van… 2015 ha sido largo e incierto, novedoso y esperanzador. Hubo angustia, fe. Hubo alegría, sacrificio. Vidas fuertes, nuevas vidas. Cambios, tremendos cambios.

Me estoy acostumbrando a ellos. Lleva tiempo, eso creo. Depende de uno, de cómo es uno. A veces pienso que no he nacido para esto. Y a veces creo que la vida me lo tenía reservado en algún momento, como tantas otras cosas que han ido pasando ante mi vista y he sentido bajo la piel a distinta velocidad.

Ella es la mejor parte de mi vida. Sí. Después están los viajes (solo o con ella), la música viva y sin caducidad, un largo paseo y poco más. Mis placeres son sencillos. Ella es un placer sencillo, aunque se complique tanto y crea que aún vivo en el pasado. Se equivoca de pleno, ¡vamos si se equivoca! Me pregunta si hay una canción que me define y luego me las canta todas, al menos el estribillo para que las reconozca. Me pregunta si lo está haciendo bien. Mejor no se puede. Si la amas, no puedes amar a nadie más en la vida. Así que esto es lo que hay. Tú.

lunes, diciembre 28, 2015

BOOTLEG SERIES 46: TOM PETTY'S TREASURES: THROUGH THE CRACKS & NOBODY'S CHILDREN

Ahhh! Grato sabor para cerrar un ciclo más, un ejercicio, una temporada. Hasta aquí hemos llegado para volver pasos atrás (one step up and two steps back), a lo que nunca falla y siempre nos convence. Tom Petty ha retrocedido hasta sus orígenes y esencias, a lo que se quedó guardado y hasta ahora sin escuchar. Dos volúmenes, Through the cracks y Nobody's children, frescos fresquitos, recogen material inédito de Mudcrutch, semilla de Petty y los Heartbreakers, y demos y versiones de Tom y sus chicos. Hay joyas de muchos quilates, curiosidades y alguna broma. Todo pertenece al periodo 1973-1993, dos décadas de una banda ejemplar, de imperecedero rock americano.

Esto es rock and roll, tíos, y lo demás son gaitas, como decimos por aquí.

Feliz 2016 a todos.

sábado, diciembre 26, 2015

GREATEST HITS 180: LOWLY DESERTER (GLEN HANSARD)

¿Qué hace que una canción sea sublime, que destaque por encima de las que ya nos resultan extraordinarias y nos provoque escalofríos de placer y emoción? Supongo que además de acompañarnos días, semanas o meses en nuestra cabeza sin poder darle esquinazo, esa canción nos tiene que poner la piel de gallina mientras la escuchamos y levantar el ánimo, nos hace viajar adonde nadie ha llegado y dejar la garganta en un grito al cielo. Cada año descubrimos nuevas canciones que, al instante, y a la larga con el tiempo que ha de pasar, son la puta hostia en letras mayúsculas. Este año, entre I can't think about it now (Dawes), Leaving the city (Joanna Newsom), Walking on air (Jonathan Jeremiah) o Preacherman (Melody Gardot), ha sobresalido más que ninguna Lowly deserter, de Glen Hansard.

martes, diciembre 22, 2015

BONUS TRACK 157: MOONDANCE (VAN MORRISON)


Unas gotas de nostalgia para llegar al final del año. Sintonizo diales contemporáneos estos últimos meses y ya no encuentro melodías deslumbrantes, nada que me paralice. Ahí va una del pasado, ahora que reeditan estos viejos discos. Estamos en 1970 y Van Morrison graba uno de sus álbumes más logrados. Dejaba atrás el maravilloso, inigualable Astral Weeks y ya preparaba His Band and the Street choir. Moondance es para mí el menos mágico de los tres, pero es una delicia, un manjar de los que se deshacen en la boca en días de madurez. Luminoso, alegre y a la vez cargado de morriña, con sus texturas campestres y su cuerpo jazzístico. Van ya era poderoso y lo demostraba con And it stoned me, Brand new day o Into de mystic. Ay.

domingo, diciembre 20, 2015

BONUS TRACK 156: FIGHT FOR YOUR MIND (BEN HARPER)

Parece que fue hace más tiempo, mucho más tiempo, cuando aquel compañero en la residencia de estudiantes me recomendó a un tal Ben Harper. Escucha este álbum, me dijo, Fight for your mind (1995). Lo conseguí grabado en cinta y lo escuché con el mismo cuidado con el que el disco parece grabado, con una modestia callada y una fina brillantez entrevista en canciones que dejan rastro (Another lonely day, Excuse me Mr. Give a man a home). ¿Aquello qué era? Sonaba embriagador el bajo, hechizante una guitarra weissenborn y tranquilizadora la voz de Harper, por entonces sin armar al completo a sus Innocent Criminals. Pasados los años y los discos (y algún glorioso directo para no olvidar), Ben Harper nos ha brindado obras magistrales, grandeza musical a raudales.

miércoles, diciembre 16, 2015

GREATEST HITS 179: KNOTS (LISA HANNIGAN)


La música interrumpe nuestras rutinas de manera evocadora. En una tienda en la que te paras un momento para comprar un regalo y donde la radio murmura una canción de alguien a quien menos te esperas en ese momento. Lisa Hannigan, por ejemplo. Te viene París a la mente, y aquella librería a orillas del Sena donde ella y su mandolina o ukelele te regalaron un maravilloso concierto entre libros viejos y nuevos. Canciones deliciosas e intensas tiene Lisa, como la colorida y explosiva Knots.

domingo, diciembre 13, 2015

VOLUME ONE 383: CINCOPAREDES (CINCOPAREDES)

Este es un supergrupo de autores exigentes, creadores rigurosos, cada uno en su círculo, entregados al arte íntimo de la composición. Cincoparedes, todo junto. Lienzos en blanco, folios hambrientos de música y letra. Cinco intérpretes de A Coruña unidos por una pasión que motoriza sus vidas. Nando Deibe. Luis Moro. César De Centi. Silvia Penide. Félix Arias. No, no son nuestros Crosby Stills Nash & Young (y Joni Mitchell, podríamos añadir), ni lo pretenden. Entre los cinco suman casi veinte álbumes y muchos años de carrera musical con sus bandas o con el apoyo cercano de sus guitarras y sus voces. Ahora juntos acaban de fabricar el primer disco como quinteto, el reflejo de una emocionante actuación que ofrecieron a comienzos de este año al cálido cobijo del Teatro Rosalía de su ciudad.

Se sienten bien, se compenetran con natural entendimiento. Hay un vínculo presente pero invisible en las canciones que interpretan, un estímulo de unión y música compartida que reactiva temas propios para convertirlos en temas conjuntos con nuevos matices y una brisa diferente. Son músicos agraciados con el detallismo aprendido del talento de los maestros que les orientan (los clásicos y los no tan clásicos, los de siempre y los que les suceden), y cada uno aporta voces de fondo, finas cuerdas, delicada percusión, dos o tres teclas. De eso se trata.

Cincoparedes, el álbum, está muy bien tocado. Cada pared ofrece tres canciones, quince en total. Se degustan como ingredientes de una cena sabrosa y ligera, con un regusto de melancolía. Pero carece el disco de una unidad reconocible, el resultado definido de un conjunto de fuerzas musicales con propia entidad. Contiene canciones demasiados limpias y algunas demandan un poco más de nervio y autoridad (el abrigo de un bajo, unas pocas guitarras eléctricas o percusiones más sonoras). Su música desprende aparente sencillez, esa ilusión que esconde verdadera complejidad.

viernes, diciembre 11, 2015

GREATEST HITS 178: THE BARRY WILLIAMS SHOW (PETER GABRIEL)

Ahora buscan mareas de likes y tweets y enlaces compartidos y fiebre retroalimentada, unos detrás de otros, y análisis absurdos y audiencias corruptas, cerebros planos y crisis de exigencia delante de la televisión o de una pantalla de teléfono. Vivir para informarse. O deformarse. Familias rotas, tragedias traumáticas, sangre empaquetada. Y programas de promesas, camisas blancas o de cuadros, látigo rebelde y vieja casta. Lo contó Peter Gabriel en su última gran canción, esta del álbum Up de 2002, su última obra meritoria. Puso el rostro de tiburón el actor Christopher MacDonald. Lo tradujo en imágenes bizarras y enfermizas Sean Penn. Colgé este tema hace más de ocho años. Lo he recordado. Aún se puede rescatar y actualizar.

miércoles, diciembre 09, 2015

NO LIST

Porque quienes nos confesamos con un blog queremos dejar constancia de lo que más nos conmueve a lo largo de un año en la música que consumimos sin apenas descanso, siempre caemos en la tentación de seleccionar entre mucho y listar poco para la posteridad.

De lo contrario, sin blog, guardaría mis personales y bien fundamentadas preferencias para compartirlas con mi hermano al final del año sin llevarme las manos a la cabeza por lo desacertadas (a veces disparatadas) que me parecen las listas que publican los medios especializados sobre lo que consideran la mejor música de todo un año.

Ya he visto unas cuantas, y … Tienen cabida disparidad de géneros en ciertos medios: todo revuelto, lo que despista por los bruscos contrastes en la ordenación; o por separado, que aún vale, pues nos centramos en lo que tiene presencias y esencias comunes.

Ocurre todos los años: primero, que lo que más me gusta no entra en lo que más gusta a esos medios, medios con los que tengo bastantes afinidades, vaya; segundo, ¿qué coño tiene de sobresaliente o extraordinario este o aquel álbum para entrar en lista de 10, 20, 50 o hasta 100 mejores discos del año, cuando hay discos que en los números mensuales de la revista han contado con la misma valoración que otros que sí están incluidos en el megalistado final?

(Kendrick Lamar, Julia Holter, Sleater-Kinney, The Weather Station, Alabama Shakes, Sufjan Stevens, Florence + The Machine… unos pocos ejemplos que causan sorpresa, risa o indignación)

Uno termina por aplaudir listas alternativas que se dejan ver por ahí y son más divertidas, como los mejores discos que el cronista cree que la crítica experta va a seleccionar pero él no hará, o los discos que pudieron haber sido los mejores del año y se quedaron a mitad del camino, o los discos que estuvieron a punto de entrar en la quinteto o la docena ideal...).

No, este año no habrá lista. Lo que más me ha gustado ha quedado reseñado atrás en este espacio. El orden, es lo de menos.

sábado, diciembre 05, 2015

BONUS TRACK 155: FIELD SONGS (MARK LANEGAN)


Qué placer recuperar lejanas sensaciones y comprobar que siguen intactas. Turbiedad, inquietud, soledad y amenaza permanente. A propósito de Mark LaneganSub Pop acaba de reeditar los cinco álbumes que el músico grabó en el sello independiente de Seattle entre 1990 y 2001, los cinco primeros de su carrera al margen de los añorados Screaming Trees. Field songs (2001) fue el último del manojo. Siguió a una premonitoria colección de versiones, I’ll take care of you, un año antes, que anticipaba la atmósfera hechizante y narcótica que contiene este estremecedor disco. Sí, en cuanto crees que la voz enterrada de Mark transcurre por vías placenteras el clima muta en tinieblas; cuando acarician cristalinas las cuerdas luego murmullan muelles crujientes. Temazos hay varios: One way street, No easy action, Love, Fix. Lanegan interpretó el disco al completo con la compañía única de un guitarrista hace años en Santiago. Distante, la vista caída o cerrada, intimidante, soberano.

Quizá sea este su mejor trabajo, el más redondo, aunque yo le tenga mayor cariño a Whiskey for the Holy Ghost.

jueves, diciembre 03, 2015

JOE AT 55


Si yo fuera amigo suyo, y mucho me gustaría, le habría felicitado estos días. Suele acordarse en su FB de quienes hoy cumplen o cumplirían años (de artistas, sobre todo músicos) con un breve comentario de respeto y admiración. Él acaba de llegar a los 55 y aún le quedan más años y discos con los que agrandar su sensacional carrera. Lleva mucho tiempo siendo el faro de mis travesías musicales, un refugio en el que esconderme y deleitarme. Con su obra y la que mima y fabrica para el buen oído de otros músicos de lujo (Rodney Crowell, Bettye Lavette, Allen Toussaint, Susan Tedeschi, Lisa Hannigan, Bonnie Raitt, Ramblin’ Jack Elliot, Hugh Laurie, Solomon Burke). O con regocijos como este, Like she was a hammer. Felicidades, Joe Henry.

miércoles, diciembre 02, 2015

GREATEST HITS 177: NYC MAN (LOU REED)


Si tuviera que mencionar a personas o personajes unidos íntimamente a New York, él sería de los primeros. Sí. Por la Factoría, por Velvet Underground, por el lado salvaje y la aguja de heroína, la chica de Coney Island, el álbum New York, Brooklyn, Smoke/Blue in the face y unas cuantas cosas más. Y esta canción. Su título es suficiente para trasladarnos a la gran ciudad, parques, aceras mojadas, neones sin sueño, gigantes de hormigón y un sentir único de irrelevancia y grandilocuencia. En discos suyos que carecen de la posteridad que se les otorga a otros aparecen joyas como esta, NYC man. Lou Reed la guardó como segundo corte del Set the twilight reeling de 1996. Vale para siempre.