jueves, octubre 30, 2008

LIVE IN 64: PLANT LOS PLANTA

Si estuviéramos en su pellejo a lo mejor pensábamos de otro modo. Por lo de pronto, para iniciar un debate a distancia, posicionémonos desde el punto de vista del fan: yo apoyo a Robert Plant en su negativa a salir de gira con Led Zeppelin y grabar un nuevo disco. Ahí esta la noticia.

Tendrá sus motivos, los oficiales y los extraoficiales, la explicación pública y el ‘off the record’. Intento penetrar en su pensamiento: ¿Por qué no dejamos descansar el pasado tal como está? Aquello fue hermoso, fue nuestra fiereza en escena, nuestro sexo a destajo, las drogas a granel, el alcohol en garrafas y la música en cada gota de sangre. Y fue único, fue irrepetible. Nos marchamos, dejamos de ser jóvenes para caminar como hombres. Volvimos de vez en cuando alguno de nosotros, con las camisas cerradas y los pantalones limpios. ¿Lo haríamos bien de nuevo? Desde luego. Pero nos recuerdan como antes, como lo que fuimos una vez y seremos siempre. Mi imagen (la vuestra) en el epitafio será la de aquel melenudo sin arrugas poseído por una música cuyo látigo no volverá a excitarnos de la misma manera.

Page y Paul Jones quizá piensen: ¡Joder, cuánto lo echamos de menos! Necesitamos esa descarga en los huesos, navegar por las teclas y domar las cuerdas. Nos resistimos a morir tan pronto, podemos reconstruir viejos himnos y crear himnos nuevos. Todavía podemos mear de pie y creer que podemos follarnos a cualquiera. Y nos van a pagar una de pasta…

Hay cosas que no se pueden cambiar, cantantes vivos que no pueden encontrar recambio: Jagger, Bono, Robert Plant.

martes, octubre 28, 2008

LOS DÍAS CORTOS Y EL SURF

Puede que los expertos digan que las olas en la playa de mi ciudad y mi infancia alcanzan una altura decente para ser cabalgadas cuando el mar invita a ser abordado por los surfistas. La marea no estaba alta ni baja, el viento dejaba de ser manso y el cuello necesitaba ya la protección de una bufanda. Los pasos me invitaron a detenerme en la barandilla y mirar desde arriba los peces de neopreno entre la espuma. Las olas rompían lejos y parecía difícil encontrar el momento ideal para deslizarse en su garganta. Esperaron con paciencia agarrados a sus tablas y yo busqué entre cientos de canciones una de Jack Johnson o de Donavon Frankenreiter. Todo el año es verano cuando navegan despacio sus guitarras impermeables y las voces de seda.

Los relojes han vuelto una hora atrás hasta que dentro de medio año vuelvan a ser adelantados. Aquí, a las seis pide paso la noche y las calles se llenan de luces y brillo, de un ir y venir abrigado que sale y entra en los cafés y en las tiendas. Un café caliente y una lectura en el anonimato de una mesa, la compañía perfecta cuando las obligaciones no reclaman tu empeño. Lito escoge y Jack Johnson (mira por dónde) empieza a cabalgar. Los días son cortos y he de cumplir con el sueldo. Las noches son largas y tendré que perderme en sus curvas.

sábado, octubre 25, 2008

GREATEST HITS 58: HANGING ON THE TELEPHONE (BLONDIE)

Esta tía estaba buenísima. Ahora es una señora que sale en las películas de Isabel Coixet. La edad la ha hecho fofa y… señora. Yo era un crío entonces, pero esta y otras canciones del grupo forman parte de mi archivo de recuerdos infantiles, reavivados a veces por una sintonía publicitaria o unos cuantos segundos de una nueva película. Los Blondie de Parallel lines (1978) son estupendos, unos marchosos poperos con vísceras punkorras, unos chavales de encanto cool en una época eclipsada por el cauce de la música rock. El tiempo entierra muchas canciones de aquellos años. Ésta no.

viernes, octubre 24, 2008

VOLUME ONE 162: CARDINOLOGY (RYAN ADAMS & THE CARDINALS)

El que faltaba. Cumple con su cita anual, pero parece que por el placer de ser fiel a su regularidad, que no porque tenga nuevas mercancías que la urgencia reclamase. Me sigue importando en cierta manera, pero a este paso y si no se desmarca de la banda que desde hace tres años ha tomado como propia, va a acabar hundido en el profundo fondo de la indiferencia. Poca cosa tiene de que presumir ahora Ryan Adams. Es él y The Cardinals desde Cold roses (2005), disco que marcó su decadencia creativa, su anodino apagón. Si volviese el Ryan Adams de Gold, Rock N Roll y Love is hell, perfecto, pero no, éste que reaparece como las estaciones en cada calendario es el Ryan Adams de los vulgares Cardinals.

Cardinology (Lost Highway, 2008). Así bautiza el de Jacksonville su décimo disco tras la ruptura ya lejana con Whiskeytown. Ahora manda en una formación del montón (no me extraña, está Neal Casal) con la que no ha hecho más que borrar año a año los destellos de su primeriza destreza compositiva. Le pasa a este disco lo mismo que a sus cuatro trabajos anteriores, cargados de temas grises, muertos muchos de ellos, a los que el cantante condena ahora con la puñetera manía de ponerles fin después del segundo estribillo, justo cuando parecía que las canciones tomaban cuerpo y sustancia antes de llegar a los dos minutos y medio de duración. Por eso Magick y Like yesterday no se saborean en Cardinology con el optimismo que sus arranques proponían. Una pena una vez más.

Nota: 4/10

lunes, octubre 20, 2008

BOOTLEG SERIES 15: COWBOYS IN SCANDINAVIA

Las vaqueras que conocí hace poco me pusieron en contacto con estos vaqueros escandinavos de porte macizo y espíritu afligido. El sello Fargo juntó hace tres años casi una veintena de ejemplos del estilo americana (más o menos) que en la década presente vienen escuchándose y empaquetándose desde Suecia y Noruega. Allá por el norte helado subsisten huellas de Tim Buckley, Townes Van Zandt o Gordon Lightfoot, si es que alguna vez pisaron aquella nieve. Aparecen en Cowboys in Scandinavia. The New Folk Sounds Of Northern Europe.

Dice la información del disco que Lee Hazlewood, un huidizo autor country de los sesenta y setenta, se instaló en Suecia en 1970 para dar forma a una obra de culto posterior llamada Cowboy in Sweden. El impacto que causó el disco en aquellos días, poco después del Sweetheart of the Rodeo de The Byrds y en vísperas de las primeras delicias de los Eagles. Al parecer, la experiencia dejó marca en el territorio y con el paso de los años muchos cantantes y compositores nórdicos que en los setenta aún no eran ni proyectos de criaturas tomaron aquellos discos como inspiración para cultivar una cosecha de interesantes carreras. A mí me sonaban unos pocos. Con éstos y con los que completan la colección puedes percibir una delicada sensibilidad musical, voces personales de ecos lastimeros al servicio de canciones sencillas.

Si algunas películas de Bergman como Pasión, Persona, La hora del lobo o Secretos de un matrimonio se rodaran hoy en día, podrían tener como adecuada banda sonora las canciones de Christian Kjellvander, Christer Knutsen, José González, Junip, Tobias Fröberg, Thomas Dybdhal, Mattias Hellberg o Tarantula.

sábado, octubre 18, 2008

SOUNDTRACK 68: los COEN

Ha ocurrido varias veces que al hablar con amigos o conocidos del cine de los hermanos Joel y Ethan Coen yo destaco las películas que ellos olvidan o ataco las que ellos más defienden. A mí me encanta El gran salto, por ejemplo, y me espanta Barton Fink. Es difícil llegar a un acuerdo. Quizá nadie los odie, quizá nadie los adore, pero sus films, en general, gustan. Al público, a los críticos y a los programadores de festivales de primera categoría, a los que dan prestigio con la proyección de sus nuevos trabajos.

Con el paso de los años y de sus películas yo mantengo una distancia vacilante con los Coen. Creo que son capaces de lo mejor y de lo peor. Veo a los hermanos Coen en el centro de una equilibrada balanza cuyas bandejas sostienen buenas y malas películas (películas que me gustan y que no me gustan, debería decir); ninguna me entusiasma, ninguna la aborrezco (bueno Barton Fink…). Aplaudo, eso sí, la habilidad para armar y desarmar géneros más allá de los resultados. Lo que parece una comedia no tiene ninguna gracia, lo que parece un thriller se transforma en un drama. ¿De qué trata?, me intereso antes. Es una de los Coen, me digo después de verla. Lo cómico alcanza niveles surrealistas en sus guiones y debajo del aparente absurdo de las situaciones hay en realidad bastante inteligencia retratando comportamientos inverosiblemente humanos, moviendo los hilos y guiando la historia. Tengo además la impresión de que actores como Jeff Bridges, George Clooney, Tom Hanks y recientemente Brad Pitt se lo pasan de miedo distorsionando su imagen a las órdenes de los Coen.

En la bandeja del BIEN: Arizona Baby, Muerte entre las flores, El gran salto, Fargo, El gran Lebowski, O Brother, The ladykillers y Quemar después de leer.

En la bandeja del MAL: Sangre fácil, Barton Fink, El hombre que nunca estuvo allí, Crueldad intolerable y No es país para viejos.

miércoles, octubre 15, 2008

VOLUME ONE 161: LITTLE HONEY (LUCINDA WILLIAMS)

No me dio buena espina enterarme hace poco de que Lucinda iba a publicar tan pronto un nuevo álbum, sólo año y medio después de su magnífico disco anterior, West. No sabría explicar los motivos que mantienen mi confianza en algunos músicos admirados que se toman poco tiempo entre grabación y grabación, y por qué de otros artistas que también me gustan y hacen lo mismo no me suelo fiar tanto. En veinte años grabó cuatro discos minoritarios que la mantuvieron casi enterrada y ahora que desde 1998 ha alcanzado una admiración de culto que sobrepasa los contornos del country-folk-rock americano, ya ha firmado cinco álbumes y un directo. Adelante, que siga, su trabajo me gusta, a veces me encanta. Pero el presentimiento que tuve esta vez se ha cumplido y Lucinda Williams no sólo se ha desbordado, sino que lo ha hecho esta vez sin medida.

A Little Honey (Lost highway, 2008) le falta homogeneidad, le falta airear su olor o enseñar la lengua para que sepamos a qué sabe. Para empezar, se hace muy largo; cuando las canciones superan los cuatro minutos ya están agotadas y las dos que van más allá de los seis minutos se eternizan de aburrimiento. La autora de Louisiana, por su parte, no acierta esta vez a calibrar el tono de sus canciones; ahora rockea, ahora blusea, ahora se enfada, ahora se hunde, ahora se ríe, ahora llora; la pereza habitual de su recitado parece incluso convertirse en dolor de estómago, especialmente en el tramo final del disco, soporífero. El peor de los despropósitos es que se fíe de su dudoso amigo Elvis Costello, cuya cancerígena aparición estropea una canción que prometía elogios.

No todo es censurable en Little Honey. Su primera mitad contiene algunos dignos testimonios, crudas canciones de las que transpira amargura, rencor o dolor, como Little rock star o Honey Bee. Otra más, Heaven Blues, se canta desde el fondo del local entre whiskis y naipes con la verja del local bajada, justo antes de que Lucinda digiera la resaca. Son destellos tras la niebla de una mujer a la que me gustaría volverle a escuchar otro Essence (2001).

Nota: 5/10

martes, octubre 14, 2008

GREATEST HITS 57: DREAMIN’ OF YOU (BOB DYLAN)

¡Qué grandiosa manera de anunciar una nueva recopilación, otro glorioso Bootleg Series! Entre el inabarcable contenido de su caja fuerte guardaba este magistral tema descartado para una obra maestra. Lo comparte ahora con todos en su Volume 8, que en unos días tendrá por aquí su comentario. Algunos de nosotros somos un poco como ese Harry Dean Stanton sin rumbo fijo pero con una obsesión en el itinerario.

Dreamin’ of you.

domingo, octubre 12, 2008

DE PASO

En la vida hay gente que pasa y gente que queda.

No existen reglas para marcar a unos y a otros, todo depende de quién te crees que eres tú y de quién es en realidad la otra persona. Así sabremos quién aparece un día y desaparece cualquier otro o quién se quedará hasta el final de los días.

Quizá fue poco el tiempo que estuvimos juntos, quizá fue demasiado. Seguiremos pasando las páginas de un libro que nunca acaba, tú al final o al principio, yo al principio o al final. Yo no te di nada, tú me diste lo suficiente.

Ojalá nos hubiéramos conocido en otro momento, ni tú ni yo habríamos sido entonces los mismos que ahora. Tú buscas el paraíso cercano y alguien que lo comparta, yo lo busco en las voces que no conozco.

Yo no me olvidaré de la gente que parece que pasa pero en el fondo se queda.

(Gene Clark, Chris Robinson o Faces sirven para poner música a este post)

viernes, octubre 10, 2008

VOLUME ONE 160: …OF MONARCHS AND BEGGARS (DIRTY SWEET)

Este disco es uno de los grandes descubrimientos de 2008. Grandeza. Ojalá lo recuerde así, con este término, dentro de un tiempo, el año que viene por ejemplo, o dentro de media década, cuando sea. Ahora que los conozco no me hace falta saber más de ellos, no necesito más que verlos ahí a los cinco chicos desastrados de San Diego con sus pelambreras y mostachos, las camisetas apretadas, las patas de elefante y los cuerpos sudorosos. He puesto en marcha su disco una vez y otra hasta cinco o seis (he perdido la cuenta) y me basta el rock resbaladizo que discurre por sus arterias.

Son Dirty Sweet, nuevos bárbaros de la cerveza y el billar, descendientes prodigiosos de Black Crowes, Allman Brothers, Blind Melon, Thin Lizzy o Grand Funk. Bueno, muy bueno es en este caso que surjan tantos espejos en los que mirarse cuando han servido de inspiración tan lícita y pasional. Esos reflejos se proyectan en …Of Monarchs and Beggars (Seedling Records, 2008). Si trato de encontrar un debut tan brutalmente genuino tengo que recordar entonces al que hace unos años brindaron Wolfmother. Ojo al tema Long line down, una proeza inconmensurable no sólo de este año, sino de esta década.

Nota: 9/10

miércoles, octubre 08, 2008

VOLUME ONE 159: DIG OUT YOUR SOUL (OASIS)

Otros que vuelven sin haberse antes marchado son Oasis. Ya no entro a valorar si alguien los echaba en falta. Regresan los Gallagher & Co. con su séptimo álbum (sin contar rarezas ni directos) tres años después de su anterior trabajo. La vulgaridad confundía los anteriores discos, cargados de temas olvidables y desganados. Ellos mismos han admitido hace días que después de sus primeras dos obras se vieron superados por la pérdida de calidad. Puede que de entusiasmo también, arrogante entusiasmo. Coincido, aunque reivindico The masterplan (1998), fabulosa colección de caras B. El caso es que Oasis están aquí de nuevo con canciones nuevas y demostrando que en ocasiones les salen muy bien.

Dig out your soul (Reprise, 2008) recupera al cobijo de un nuevo sello a ese grupo que se desmarca de su fabricada imagen caótica para centrarse en el detalle de su trabajo, en la grabación y la experimentación, en el juego de texturas y la riqueza compositiva. Desfilan por este disco los ecos propios del grupo, esos signos de identidad con los que parece que llegarán a la tumba para hacer reconocibles sus canciones (Bag it up), esos fraseos cansados y recitados prolongados. Los Gallagher alternan voces y cubren su música de gravedad sonora saturada (Soldier on) y ritmos tan pegadizos como ásperos (I’m outta time, High horse lady, Falling down). Una apuesta al caballo de siempre, pero dopado esta vez.

Nota: 7/10

lunes, octubre 06, 2008

LIVE IN 63 / VOLUME ONE 158: BUNBURY, EN VIVO Y EN ESTUDIO

Dediqué parte de la semana a escuchar el último disco de Enrique Bunbury, el que le devuelve a las andanzas musicales en solitario tras el colapso que sufrió hace tres años y con el que puso fin a sus agotadoras giras ambulantes. Vuelve Bunbury, lo que no significa que para mí sea una gran noticia. Pero esta vez tenía cierta fe en que su regreso iba a resultar más satisfactorio que su previo recorrido. ¿Por qué? Porque Hellville De Luxe (así se llama su nuevo álbum) venía acompañado de apuntes e informaciones que lo acercaban a los territorios musicales americanos, demostrando de nuevo que la inquieta vena creativa del autor zaragozano al menos es de apreciar y aplaudir. Además, esta vez pensaba asistir a un concierto suyo que iba a dar en mi ciudad, el primero en el que me lo encontraría enfrente después de una lejana actuación de los Héroes del Silencio a comienzos de los noventa en el Coliseum de A Coruña.

Vamos con el disco primero. (Con el CD, no con el vinilo, porque a Bunbury se le ha ocurrido discriminar esta vez a los compradores/consumidores de CDs al privarles de cuatro canciones más que sí incluirá en la edición del doble LP; me referiré entonces al trabajo sencillo de once temas que es Hellville De Luxe)

Podría decirse que éste es el ‘disco americano’ de Bunbury que sucede a su densa etapa fusionista y mestiza. Sonidos, estructuras, entonaciones y fluidos musicales que recuerdan a Springsteen, Mellencamp, Petty o Dylan flotan en el ambiente, tratados con respeto y leal admiración, sin ánimo de repetirlos ni explotarlos impersonalmente. Al menos una mitad del disco bebe de esas raíces rockeras con energía y rigor, filtradas por el estilo vigoroso de un Bunbury generalmente más contenido que en trabajos anteriores. Es en esos temas donde el disco alcanza una admirable fuerza, sobre todo en Bujías para el dolor y esa inicial El hombre delgado que no flaqueará jamás, un tema soberbio que me atrevo a decir sin temblar que es el Hurricane (Bob Dylan) de Bunbury. La dinamita que explota al principio se convierte después en una sucesión de petardos, porque el disco aún contiene dignos temas como Si no fuera por ti o El porqué de tus silencios antes de desinflarse y perderse en temas olvidables.

Nota: 7/10

Vamos con el concierto, de nuevo en el Coliseum de A Coruña, el 4 de octubre de 2008.

Carlos y Dufresne fueron la ejemplar y agradable compañía. Bunbury, delante, se entregó sin escatimar sudor, pasión, carisma, cariño y agradecimiento hacia su público. Todo eso no se le puede negar. El sonido, fantástico. La puesta en escena, eficaz pese a fallar (como el propio autor avisó) el mecanismo que proyectaba imágenes y vídeos. La banda, sólida, aunque en ocasiones con sonidos guitarreros de más. Las dos joyas de Hellville De Luxe coronaron la actuación. También Apuesta por el (puto) rock and roll. Lady Blue y Viento a favor llevaron el concierto a momentos poderosos. Flamingos fue el álbum más recurrido. A la actuación le ocurrió algo parecido a lo del último disco. Empezó muy arriba con cuatro temas, bajó, subió de nuevo con El hombre delgado…, descendió cuando acudió a los cortes de Pequeño, se volvió a levantar y también acabó perdiendo aire. Pero bien, bien por Bunbury, por su oficio y el amor que mostró a su profesión.

sábado, octubre 04, 2008

SOUNDTRACK 67: LA PEOR CANCIÓN DE JAMES BOND

Debería pasarlo por alto, pero me tomaré este post como un aviso, una advertencia para todo aquel que caiga por estas líneas y sepa lo que no debe mirar o escuchar. No deja de ser publicidad aunque no quiera dársela. La publicidad negativa es en ocasiones un impulso más fuerte que el cúmulo interesado o no de virtudes encadenadas. Así que este es mi consejo: no escuchéis la última canción compuesta para la nueva película de la saga James Bond, interpretada a dúo por Alicia Keys y Jack White y titulada Another way to die.

El mismo James Bond me va cayendo cada año más gordo aunque haya cambiado el tipo y el rostro. Incluso su aparente humanización me resulta falsa y me sigue molestando bastante la insultante facilidad con la que sabe acompañarse en el catre por esculturas de otra galaxia. Ahora, aunque le ponga cara y cuerpo un zopenco como Daniel Craig. Lo de las canciones también va de mal en peor. Garbage, Madonna, Chris Cornell… (qué buenas parecen aquéllas de A-Ha o Duran Duran) y ahora estos dos para abrir el film Quantum of solace, que se estrenará en cines en breve. ¡Qué pedo de canción la de la negrita dolorosa y el fantasmal amago de geniecillo! No saben cómo arrancar el tema, que se pierde en la cuenta de introducciones instrumentales marcadas por la pauta general del resto de canciones de la serie; se acelera, se frena, se enciende, se apaga y, desde luego, no parecen entenderse dos veces condenadas al divorcio, la de ella muy distraída y la de él envenenada. Una vergüenza.

Me guardo la libertad de adjuntar el vídeo y pensar rápidamente en otra cosa o disfrutar de cualquier otra canción.

jueves, octubre 02, 2008

500

Tribecasessions cumple 500 posts. ¿Muchos? ¿Pocos? Cada uno pensará… Lo hace al mismo tiempo en que celebra su tercer aniversario. Aquella tarde de comienzos de octubre en la oficina de Isra… la de cosas que han pasado. Este blog festeja sus tres años y sus 500 posts con una canción sobre las canciones, una canción que aún no se ha cantado. Sólo le falta la música que cada uno lleve dentro. Gracias a todos.

Me sacas del atasco sin abrir la puerta

Me ayudas a pensar que llevo a los niños al colegio

Enciendo el fuego y las bestias esperan afuera

Son dueñas del bosque durante el invierno

Esta es tu cosecha

Este es mi alimento.

Me haces volar sin alas ni viento

En los números me pierdo

A las palabras no me acostumbro

De los hechos no me fío sin cautela

¿Para qué sirve el dinero si no es para comprarte?

Te quiero incluso si no he de pagar nada.

Me llevas a las Antípodas sin dejar el sitio

No aceptas cerrojos ni viajes de vuelta

Allá en cualquier parte habrá un plato rodando

Habrá un bufón con bocina

En ti sé reconocerme

En tus notas y en cómo se convierten en mi casa.

¿Sabes lo que me das?

¿Tienes idea de cuánto te debo?

No me pongas a prueba

Saldrás perdiendo

Esperaría por ti en el aeropuerto

Con mis maletas como armario

El tiempo que fuere

Apuesta por mí

Sin arriesgar tu dinero

Soy yo quien te pide más

Pero si estás es suficiente

Llévame a bailar

A oscuras y por encima de la tierra.