domingo, mayo 31, 2009

VOLUME ONE 190: THE BRIGHT MISSISSIPPI (ALLEN TOUSSAINT)

Crece mi estima por Joe Henry, como queda claro en los posts en los que su nombre y su obra se entromete a propósito de la alusión principal a otros protagonistas de este blog. Todo lo que ha hecho o que en el futuro haga este músico y productor norteamericano será detectado por mis radares y luego examinado con suma atención y esperado placer. En agosto sacará nuevo álbum, que espero que sea equiparable en calidad a los maravillosos Scar y Civilians. Pero mientras, Henry sigue comandando la producción de interesantísimos músicos a los que enriquece con el acompañamiento de sus propios instrumentistas habituales y con los que viaja de manera fascinante por distintos y reconocibles parajes de la música americana.

El último socio de Joe Henry es Allen Toussaint, toda una institución de la música de Nueva Orleans, autor y productor de innumerables éxitos en las décadas de los cincuenta y sesenta. Toussaint, pianista de vocación, tiene además una producción propia, bastante espaciada en años, y en el actual se ha dejado conducir por Joe Henry para darle forma a un hermoso álbum de inspirada tradición local, la de la Nueva Orleans más calurosa y seductora, The bright Mississippi (Nonesuch, 2009). El trabajo se beneficia de la impagable presencia de artistas de la talla del trompetista Nicholas Payton, el clarinetista Don Byron o el guitarrista Marc Ribot, colega del mismísimo Tom Waits. En el piano y el saxo colaboran Brad Mehldau y Joshua Redman, ni más ni menos. El conjunto recrea el ambiente puro de esa ciudad bañada de música por sus poros, vibrante y sobrecogedora al mismo tiempo, denominación de origen con la máxima calidad.

Nota: 8/10

miércoles, mayo 27, 2009

LIVE IN 74: FRIVOLIDADES… ¿DISPARATES?

Las figuras más notables de la música popular, pasajeros del tren del rock and roll y del pop, han experimentado algún que otro salto sin red por los géneros en ocasiones de manera más que sorprendente. No les ha importado arriesgarse hasta el extremismo ni les ha preocupado generar el rechazo de la crítica o incluso de buena parte de sus fans más incondicionales. Con una sólida carrera a sus espaldas se han permitido la frivolidad de pisar terrenos donde nunca antes habían estado para demostrar que están capacitados para ir más allá de sus propios moldes, asombrar a su público más cercano o aproximar al que se le resiste y atreverse a desequilibrar coherente o incoherentemente el rumbo de sus carreras. David Bowie, Elvis Costello, Neil Young, Lou Reed, Pete Townshend, Robert Plant o Rod Stewart han sido algunos en ponerse extrañas máscaras. El más reciente en cambiar de registro ha sido Iggy Pop. (Lo que ha hecho un bastardo como Chris Cornell con su última propuesta, un insultante disparate llamado Scream, no tiene nombre ni perdón).

Mis oídos y otros sentidos se tropiezan o se mantienen firmes ante ciertos desvíos como los de David Bowie (Low sí, Earthling no), Neil Young (Everybody’ rockin’ sí, Trans no) o Rod Stewart (Body wishes sí, sus entregas del cancionero standard americano no). Otras patochadas de Costello y Reed provocan un rechazo atroz. Por no hablar de la pueril costumbre de dedicarse a cantar villancicos navideños adaptados más o menos a un estilo propio pasados por el filtro de la pulcritud. Y Preliminaires, lo último de Iggy (y verdadera razón de esta rápida reflexión), supone un decepcionante desconcierto.

A uno de los reyes del punk rock le apetece ahora disfrazarse de crooner, arrimar su música al jazz y a la canción francesa, adaptar algún clásico además, aparte de recurrir a la reinterpretación de temas de bossa nova, darle incluso algún aire de pop nocturno sofisticado. Admite que se ha inspirado en la obra del escritor francés Michel Houllebecq y se ha guardado en el baúl todo su repertorio de muecas y contorneos, gritos y retortijones. Preliminaires es un disco tan insulso como inapropiado, una rareza en el fondo insignificante. No hay quien se lo crea. Me parece que no se cree ni Iggy mismo.

lunes, mayo 25, 2009

CUMPLEAÑOS

¿Cuántos? Los que hagan falta. Todos hasta nunca acabar. Nunca has tenido edad, por eso sé que nunca te perderé. Cuando no sepa a qué lugar dirigirme me guiaré por una canción, por los versos que recite tu voz. Una manta contra el frío, una luz para la oscuridad, una sonrisa contra el dolor, un amigo contra la soledad. Felicidades por hacernos felices.


miércoles, mayo 20, 2009

VOLUME ONE 189: WILCO (THE ALBUM) (WILCO)


Ya flota en algún nivel de la esfera el último trabajo de estudio de Wilco. Dentro de un mes será un elemento más palpable (para el que quiera invertir más sentidos en el disco además del auditivo). Su música, la de este grupo generalmente reverenciado, parece flotar casi siempre, o al menos a mí me transmite esa sensación difícil de describir, la de sostenerse entre el techo y el piso. Es juguetona y caprichosa, le entra un ataque epiléptico en el momento más inesperado y a continuación se suaviza, templa su calculada fiereza. Lo demuestra el grupo en sus directos y con pinceladas en la armadura de sus discos. En Wilco (The Album) (Nonesuch, 2009) también se percibe sutilmente. Es un buen disco éste, el octavo de la banda. Le ocurre algo similar al anterior, Sky blue sky (2007), que entra debilitado en el oído pero va enderezando su cuerpo poco a poco. Y a mí me gusta, más cuanto le doy nuevas escuchas.


No tiene un temazo antológico como aquel Impossible Germany del disco previo, pero Wilco (The Album) se alimenta de otros sabrosos bocados; alguno hay que masticarlo, como Wilco (The Song) o Bull Black Nova, mientras que otros se deshacen en la boca sin mover la mandíbula, como Solitaire, You and I o el precioso I’ll fight. Traspira nervio reposado, calma y contenida emoción. Son Wilco, sin más, a mí me cuesta arrimarlos a viejas fuentes o a otros contemporáneos.

Nota: 8/10

martes, mayo 19, 2009

LIVE IN 73: THE BLACK CROWES, AZKENA ROCK 2009

El sensacional, apasionante, formidable y entrañable concierto de The Black Crowes en la edición 2009 del Azkena Rock Festival eclipsó el resto de directos. No los presencié todos, unos no me interesaron y a algún grupo ya lo había visto en otro momento. Me quedo con las buenas sensaciones que me produjeron Howlin’ Rain y un jovial y entregado Eli ‘Paperboy’ Reed, aplaudo a Elliott Brood, Dan Auerbach y a Juliette Lewis con su nueva banda y entierro en el olvido por completo a The Freeks, The Breeders y Woven Hand.

El plato fuerte, la principal atracción del festival fueron unos colosales Black Crowes, convertidos en alguna fase de su actuación en una especie mixta de formación a la que podríamos frívolamente bautizar como Allman Crowes, entretenida con sus largos y evocadores desarrollos. Los hermanos Robinson y su banda nos brindaron una lección magistral de profesionalidad y actitud. Fuimos partícipes de las tablas de unos músicos que no necesitan sintonizar con un público entusiasmado más que con la eficacia perfecta de su tradición musical y el carisma sencillo de su líder, un Chris Robinson alegre y danzante que supo saludarnos desde arriba como más nos agrada: “Hello, Rock and Roll people”. Distantes pero iluminados estuvieron sus guitarristas, Rich Robinson y Luther Dickinson, enfrascados en amigables duelos de blues rock. Por la sangre de los cuervos circulan los genes que definen a las grandes bandas de la historia del rock y los Black Crowes son una de ellas.

Y como culmen, el repertorio fue fantástico. Temíamos que, como en su nuevo álbum en directo, desgranarían el disco Warpaint y le añadirían unos pocos cortes más. Pero se adaptaron a las condiciones de un macrofestival y regalaron a una audiencia española a la que hacía una década que no visitaban con las notas de sus mejores temas: Sting me para empezar, Twice as hard para continuar, Soul singing, Wiser time, Thorn in my pride, Hard to handle, Remedy… y tres piezas del estupendo Warpaint. Inolvidable.

domingo, mayo 17, 2009

600 / VACACIONES (II)

Este es el post número 600 de este blog. El autor nunca pensó si iba a llegar tan lejos y ni siquiera ahora piensa si es corto el camino que ya ha recorrido. Quién sabe, ya se verá. La música que sigo escuchando, las películas o series que pasan delante de mí y las cosas que me ocurren o suceden a mi alrededor siguen animándome a dejar testimonio de mí mismo es este espacio que comparto con todo el que lo desee. Una vez más, gracias a todos.


Esta vez soy yo el que se va. Muy poco tiempo. El justo para no añorar nada. Porque antes y después hay una despedida en un dormitorio a oscuras y una bienvenida con la voz ahogada en sonrisas, hay un beso de buenos días y un abrazo de buenas noches.

miércoles, mayo 13, 2009

BONUS TRACK 66: MOONTAN (GOLDEN EARRING)

Los giros que da la vida… Me pasé media etapa universitaria escuchándole a un amigo sus insistentes recomendaciones para que escuchara algún disco de Golden Earring y nunca le hice caso. En su habitación me ponía alguna canción de la que pronto me olvidaba. Yo me desviaba hacia otras cosas, seguía otra música y entonces (he de reconocerlo) no era yo muy dado a explorar nuevos territorios o a descubrir artistas de otros tiempos. Pasaron los años y creo que nunca más volví a oír hablar de Golden Earring, a lo mejor sólo leí alguna alusión a ellos en el artículo de una revista. Ahora sí he probado y me he encontrado este magnífico Moontan (1973).

Esta banda holandesa nunca tuvo mucho éxito. Radar love, un vibrante rock con fases de percusiones que parecen tribales, un recitado sencillo y un eficaz guitarreo, fue quizá su tema más sobresaliente desde el punto de vista comercial, y por el que aún encuentra incansables melómanos que lo reconocen en ciertos bares y se lanzan a recordar que algún día le prestaron atención a esta banda. Moontan incluye este modesto hit. Pero también este álbum, incrustado en un momento de la década en la que el rock duro de los jóvenes airados se va haciendo más adulto y la influencia del progresivo salpica las tendencias inconformistas de otros grupos, contiene otras canciones que gustan de beber del glam (Suzy Lunacy), la psicodelia (The vanilla queen, Are you receiving me?) y el festivo y bien compenetrado encadenado de guitarras (Just like Vince Taylor). Nunca es tarde… ahora tampoco.

martes, mayo 12, 2009

GREATEST HITS 71: BEST OF YOU (FOO FIGHTERS)

Las imágenes nos zarandean. Agresividad y ternura. Nacimiento y supervivencia. Reposo y agitación. Guitarras musculadas, percusiones traqueteantes y bramidos suplicantes. Best of you hay que cantarla gritando, hay que sentirla como un delirio.

Me reencontré con esta canción hace unos días. No la había olvidado pese a escucharla poco. En las últimas horas, en cambio, me he empachado un poco de ella. Me atrevería a decir que difícilmente Foo Fighters compondrán una canción mejor. La música del grupo de Dave Grohl me ha entrado siempre por un oído y salido por otro. Ha estado en la segunda división de todo el hard rock derivado del fenómeno grunge. Algún tema de cada disco despierta la atención justa para reconocerlo entre una selección escuchada durante varias horas en varios locales, pero nada más. Best of you, incluida en el álbum In your honour (2005), será, al menos para mí, un brutal techo que sobreviva a la propia banda.

lunes, mayo 11, 2009

LIVE IN 72: CLEM SNIDE (Vigo, 9-5-2009)

Peculiar concierto el de Clem Snide. Con su actuación en Vigo cerraron una gira española que los mantuvo por Europa dos meses. Dos horas dedicó Eef Barzelay y su grupo, esta vez con formato de trío y ante una modesta audiencia, a presentar unos cuantos temas de su magnífico último trabajo, Hungry bird, junto a un nutrido repertorio en el que no faltaron piezas estupendas de Soft spot, End of love o Your favourite music. Alguna que otra nueva canción (lo más flojo de la selección) y otros temas incluidos en la obra en solitario del autor completaron una velada a la vez agradable y extraña, sobria en momentos íntimos y freak en otros más disparatados, en la que no quedó duda alguna del carisma que gasta el simpático solista, excelente cantante y refinado músico que es Eef.

Es que la música de Clem Snide se degusta precisamente con calma y refinamiento. Es suave y espaciosa, tirante a veces hasta resultar afilada, sobre todo cuando a su líder se le da por hablar de “sentimientos tristes”, “amar lo desconocido” o recrearse con la muerte o alguna otra desgracia. Otras veces es cínico e irónico y entonces sus temas parecen bromas sofisticadas. Pero siempre da la impresión de que a esta música americana de Clem Snide la cubre una emoción de nostalgia apesadumbrada a la que sienta de maravilla esa voz afectada de Eef Barzelay. Él y su guitarra, siempre la misma en el concierto de Vigo, pero muy bien acompañada por el bajista y un versátil percusionista, le dieron cuerpo flexible al listado de canciones. Levantaba los brazos el autor después de cada canción como si hubiera ganado una simple prueba atlética. Claro que le felicitamos aunque no le colguemos ninguna medalla.

sábado, mayo 09, 2009

GREATEST HITS 70: BULLFROG BLUES (RORY GALLAGHER)

Este hombre era una máquina, una fuerza de la naturaleza. Rory Gallagher transmitía con su guitarra feroz y su voz encarnizada todo el veneno sano y renovable que circula por las venas y arterias del rock and roll. Se metía al público en el bolsillo con su entusiasmo auténtico, acercándose a la gente para salpicarla de sudor o compartir un whiskey o una cerveza.

El primer contacto que tuve con Rory hace muchos años fue el torrencial directo Live in Europe (1972). Messin’ with the kid y este espectacular Bullfrog blues encumbran su propia estrella y la impagable energía brutal de su trío único y, yo diría incluso, irrepetible.

miércoles, mayo 06, 2009

VOLUME ONE 188: TOGETHER THROUGH LIFE (BOB DYLAN)


He dejado correr unos días para que las nuevas canciones bienvenidas de Bob Dylan fueran madurando en mi cabeza, en mi recuerdo; para que su regusto no se quedase en una efímera sensación y se prolongase más tiempo y con mayor profundidad más allá de los márgenes que guardan mi admiración por el músico y autor más grande del planeta. Ahora puedo decir que la música de Together through life (Columbia, 2009) es una bendición.

El tiempo pasa y algo siempre queda: los brotes de genialidad, una magia que no se ajusta a ningún momento y a ningún lugar, una emoción imperecedera. Dylan se ríe al terminar el recitado de una estrofa en un par de temas. Milagro. Es un disco alegre, con sus blues y sus serenatas, con su pulso retro, sus campos de cultivo y la carretera a través del espejo retrovisor que devuelve la imaginación a los años cincuenta. Este viejo arrugado y distante señor le ha cambiado algunos adornos a su disfraz mutante para demostrarle al mundo, sin la necesidad de hacerlo, que en sus manos y en sus versos, en su voz podrida de melancolía y kilómetros, aún descansa el amor perdurable hacia la tradición y la habilidad envidiable de adaptarla a cualquier época distinta.

Uno tras otro desde 1997, los nuevos álbumes de Dylan parecen rejuvenecer su figura y su genio. Together through life, donde reaparece Mike Campbell a la guitarra y debuta David Hidalgo al acordeón para unirse a sus más recientes legionarios, lo incrusta más en el olimpo. Desde Behind here lies nothin’ hasta It’s all good.

Nota: 9/10

viernes, mayo 01, 2009

BONUS TRACK 65: FIRST STEP (FACES)

Rockeros por un lado, mods por otro, y ambos bien condimentados en Faces. 1970. El primer paso es First step, el primero de los cuatro fantásticos álbumes de los chicos de la taberna, Rod, los dos Ronnie, Ian y Kenny. Me debilito con sólo mencionarlos, de algún modo entrañable y romántico me toca el alma este grupo.

Rod Stewart ya tenía dos discos por su cuenta y con Ronnie Wood antes le había dado empuje arenoso a las aventuras grupales de Jeff Beck. Ronnie Lane e Ian McLagan acababan de dejar en la cuneta a Small Faces. Se quedaron con las ‘caras’ y le dieron juntos a las cervezas y al whiskey bañados en blues añejo y rock sudoroso con una pizca desnuda de folk caluroso. La batidora creó un jugo delicioso, el que sirve este First step, esquivo a veces a pesar de abrir sus fauces embriagadoras.

Wicked messenger destapa las esencias. Stone las agita. Around the plynth las retuerce. Flying las libera. Y Three button hand me down las esparce en todas direcciones. Fantástico.