viernes, marzo 30, 2007

VOLUME ONE 61: SKY BLUE SKY (WILCO)

Agarraos, estamos ante uno de los mejores discos del año...

No lo digo yo, lo dirán a partir del mes de mayo, cuando salga a la venta y se publiquen las primeras críticas oficiales, las revistas especializadas que tan bien les suelen tratar. Bien, Wilco tienen nuevo disco, Sky, blue sky (Nonesuch, 2007). Y sí, está bien, muy bien, mañana quizá esté mejor...

Hay que entrar precavido en cada nueva obra de la banda asentada en Chicago, una formación que se ha ganado el respeto y un escalón de culto merced a las más que agradables reseñas que los expertos les vienen dedicando desde finales de la década pasada. Sólo por este motivo, insisto, debe prestársele una prudente atención, porque en este tipo de casos suelen ser habituales reacciones y expresiones como que “no es para tanto”. Eso mismo pienso yo, aunque sin negar las estimables condiciones de un grupo nunca perfecto pero siempre interesante por incomparable. Así que después de padecer Yankee Hotel Foxtrot (2002), despejarme en A ghost is born (2004), y congraciarme con el directo Kicking the television (2005), mantenía mis dudas respecto al nuevo cielo azul que sondea Jeff Tweedy y sus colegas.

Quizá consciente de la elevada condición en que lo sitúan los críticos, Wilco moldea ahora un calculado y muy bien rematado trabajo de artesanía, una porcelana sin apenas fisuras y a la que es imposible encontrarle defectos graves. En Sky blue sky no hay experimentos irritantes ni bromas ruidosas como en los dos discos anteriores. La contención elimina la sobrecarga cubriendo cada canción y unos soplidos de melancolía planean por los temas más pausados, como el inicial Either way, el siguiente You are my face o el que da título al disco. Hay también guitarras heredadas de Neil Young (¡qué presente está en tantos hijos bastardos!) en Side with the seeds y un poco de blues emborrachado en Walken. El tercer corte, la pieza maestra del disco, Impossible Germany, resume el carácter recogido de toda la obra y con sus piruetas que recuerdan incluso al mejor Santana de los setenta, resucitan a Wilco en su mejor momento, cuando Being there (1996). O ahora.

Nota: 8 /10 (mañana quizá 9/10)

1 comentario:

el dijo...

Bueno, entonces también para Tribecasessions uno de los mejores del año, o eso parece...

Saludos desde un ascensor de cristal!!!