A tenor de un par de fragmentos de actuaciones que he visto, veo a Kravitz como uno de esos artistas a los que el estudio perjudica, porque en directo duplican o triplican su capacidad creativa, su sintonía con el grupo que le acompaña y hasta la emoción que sienten por su música en cada interpretación. Las canciones de Let love rule poseen esas mismas condiciones enjauladas y se liberan, sin duda, cuando Lenny Kravitz las desviste en vivo con el apoyo de una de esas pintorescas formaciones que siempre ha reclutado.
La sombra de Prince recorre las notas del primer disco de Kravitz, no sólo por hacerse cargo de casi todos los instrumentos (recibe puntuales ayudas), sino por la variedad de estilos que encadena desde el primer corte hasta el último. El rock contagiado de psicodelia (Let love rule), el funk más blaxploitation (Freedom train, Blues for Sister Someone), el pop con más gancho (Mr. cab driver) y también el más esponjoso (My precious love) conviven armonizados en Let love rule. En trabajos posteriores plagió demasiado el guitarreo zeppeliniano y se fue echando a perder. Por eso existen músicos distraídos (y las (pedazo)mujeres que han pasado por la vida de Kravitz quizá le han distraído bastante) que al menos guardan viejos recuerdos por los que pueden ser salvados.
3 comentarios:
Fabulosa crítica
me animaré a escuchar este Let love rule...
Lo cierto es que Lenny nunca ha sido de mi devoción pero algunos de sus temas, pocos, son buenos...
Por cierto, fabulosa esa foto de Lenny con...
con...
Adriana Lima!!!!!!!!!!!!!!!
Sí, señor, Adrianitaaaaaaaaahhh. No hay nada como tener un poco de atractivo y ser músico de rock para disfrutar de estos manjares...
Mmmm... no la reconocía. Con esta chica sí que no hay discusión posible. Lenny me gustaba (especialmente "Circus") pero hace muuucho que dejé de escucharlo.
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