martes, marzo 27, 2007

VOLUME ONE 59: THE SERMON ON EXPOSITION BOULEVARD (RICKIE LEE JONES)

No contaba yo con dedicarle un post a alguien como Rickie Lee Jones, artista ligada al pop y al jazz desde los últimos años setenta, emparentada musicalmente con Joni Mitchell y en otro tiempo pareja sentimental del Tom Waits más noctámbulo; ahí la tenéis a ella de espaldas sobre el coche acosada por el trovador de la madrugada en la contraportada del maravilloso Blue Valentine de 1978, o agarrada a su cuello en la cubierta del Foreign affairs del año anterior. Pero no es este el motivo (aunque valdría) para abrir un espacio en este post a esta peculiar autora de juventud errante y pasado también etílico. Rickie Lee tiene trabajo nuevo, un sorprendente álbum de contenido espiritual y canciones vacilantes que saltan del folk confesional al pop templado, de los juguetes vanguardistas al rock estrujado tan propio de… Tom Waits.

El experimento se llama The sermon on Exposition Boulevard (New West, 2007), el resultado de los contactos entre la autora y el peculiar artista multimedia Lee Cantelon. Éste plasmó sus inquietudes metafísicas y dudas religiosas en el libro The Words, a cuyos textos Jones dio voz hablada primero para una grabación prevista, pero no tardó en convertir en la materia bruta de nuevas canciones. Así, el disco tardó en gestarse varios meses bajo la producción de Rob Schnapf (Beck, Elliott Smith) y el propio Cantelon.

El par de obras anteriores de Rickie Lee Jones que he escuchado no me gustan, pese a las buenas críticas que en su día merecieron y el respeto que hoy mantienen. Eran los discos de una autora de vivencias maduras y voz juvenil, pop standard y suave jazz de gusto bohemio. Pero en este novedoso ‘sermón’ introspectivo la ex musa de Waits y su colega de andanzas Chuck E. Weiss se transforma en una cambiante artista que sabe adaptarse con agilidad a los avances que autoras de su generación o incluso más veteranas ya han afrontado. Su voz sigue siendo frágil y parece que canta con la nariz taponada o sin haberse sonado los mocos. Busca al verdadero Jesús en los caminos de su mapa, quizá lo encuentre, y a nosotros también, evadidos por su música intimista en cualquier carretera secundaria.

Nota: 8/10

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