En su primer largometraje Corbijn, esclavizado al blanco y negro (esta vez frío y sin granulado) escapa de la estética videoclipera habitual para centrarse con seriedad y contención en el entorno musical de Joy Division. La brutal irrupción del punk o Tony Wilson y su contexto discográfico son pasajes muy secundarios, porque lo que más le interesa al director, quizá porque su libreto se basa en las vivencias narradas de la viuda de Ian Curtis, en la compleja personalidad del cantante. Ahí el film encuentra en el actor Sam Riley su mejor baza, no sólo por el acercado parecido físico con Curtis, sino por la debilidad, tristeza y desolación que transmite con la contenida interpretación de un personaje incapaz de asimilar el camino de la vida o la fidelidad del amor. La película, es una pena, no arriesga más y evita otros desarrollos paralelos que hubieran sido interesantes. En cambio, se agradece su honestidad y su sencillez, algo de lo que carece, por ejemplo, la más inaccesible I’m not there.
domingo, marzo 30, 2008
SOUNDTRACK 59: CONTROL
sábado, marzo 29, 2008
VOLUME ONE 127: SATURDAY NIGHTS & SUNDAY MORNINGS (COUNTING CROWS)
Esta última entrega hace justicia a su título. La primera mitad abarca canciones enchufadas, música de compañía en el inicio de la fiesta nocturna después de una agitada semana de trabajo. Las guitarras basculan (aunque siempre he pensado que a Counting Crows le sobraba una), se oxidan inusitadamente en la bomba inicial, 1492, o potencian las pintorescas letras de Adam Duritz en las no menos fantásticas Los Angeles y Cowboys. Después el disco, con distinto productor, se relaja hasta apagarse casi hasta el final y se sustenta en canciones de resaca y melancolía en domingo por la mañana, el recuerdo de éxitos y más bien fracasos de la madrugada gastada. Sólo el último corte, fenomenal Come around, permite volver a enchufarse para el próximo sábado por la noche.
Nota: 7/10
jueves, marzo 27, 2008
VOLUME ONE 126: THE FELICE BROTHERS (THE FELICE BROTHERS)
Hace unos meses comenté que su anterior trabajo, Tonight at the Arizona, me había perturbado por su primitivo registro sonoro y sus nada disimuladas fuentes de inspiración, Bob Dylan y The Band, así de claro y fuerte. Podría repetir mis impresiones con este disco homónimo del clan Felice, de nuevo transformados en trovadores del lejano Oeste americano, rústicos personajes de western y animadores del saloon en una noche de sábado, pero… pero… ahora percibo que el grupo no ha sabido distribuir su atractivo material sin caer en el empacho o la descompensación, y la hora bien larga que dura este tercer disco pesa demasiado en cuanto la música llega a su fin.
The Felice Brothers (Team Love, 2008) contiene temas soberbios (Frankie’s gun!, Wonderful life, Ruby Mae, Murder by mistletoe, Tip your way… ya son bastantes), honestos sucesores de clásicos de The Band pasados por el filtro más depurado del 'americana' actual, pero son quizá demasiados los que hay en el disco que pretenden convertirse en la canción de cierre del local cuando el suministro de alcohol se ha agotado. Ian Felice sigue cantando igual de mal, peor que el Dylan de John Wesley Harding, pero su recitado a veces agónico es natural y con ese gesto transmite una encantadora fragilidad, la que tiene el disco pese a su poco calculada duración.
Nota: 7/10
miércoles, marzo 26, 2008
VOLUME TWO 36: FACES
No crecí con los Faces en mi tocadiscos, tardé también en tener sus cds, pero en cuanto uno sucedió a otro y la lista se acabó pronto porque el grupo perdió el buen rollo del principio, pasé una temporada muy colgado a sus canciones, a esa camaradería juerguista ahogada en el blues de raíces y el rock and roll de aguardiente. A Rod Stewart le había crecido la barba cantando soul antes de morder de la manzana del rock, a la que también daba bocados Ronnie Wood de la mano de Jeff Beck. Ronnie Lane, Kenny Jones e Ian McLagan venían de invadir los USA con la psicodelia mod de los Small Faces (a estos nunca les he cogido el truco). De tanta fuente nació un manantial de creatividad que en apenas cinco años, de 1970 a 1974, dejó correr desde Londres un caudal de sensacionales canciones de rock expulsadas desde las entrañas e interpretadas con tanta devoción como alegría, una profundidad y emoción que hicieron mella en numerosos herederos venidos al circo del rock décadas después.
Vendía Rod, guapo y sexy en sus colores vestido y exhibido, tenía un poder enorme para engatusar con su inconfundible voz raspada. Por eso inició casi al mismo tiempo un particular camino en solitario en compañía de sus propios colegas, unos Faces que empezaron a cansarse de ser unos secundarios sin voz, pero con los que grabó entre 1970 y 1974 también unos primeros discos bajo su nombre tanto o más magníficos como los que llevaban el crédito de la banda.
lunes, marzo 24, 2008
LIVE IN 52: GRABAR UNA CINTA
¿Recordáis a John Cusack en la película Alta fidelidad? En una escena, rodeado de vinilos y sus fundas de plástico delante del equipo musical, daba normas al espectador para grabar una cinta a alguien, y no parecían tan fáciles de cumplir. Yo tengo mis propias normas.
1. Que la duración no sea menor de 50 minutos ni sobrepase los 65.
2. 14 canciones como mucho (bueno, 15 lo más).
3. Los temas largos, de más de 6 minutos por ejemplo, deben llegar al final, y nunca más de dos seguidos, pero que el más extenso no sea el último.
4. Que la grabación arranque con fuerza, que el anzuelo sea el primer tema para seguir enganchado al oyente; prohibido empezar con una balada, desde luego, y terminar tampoco.
5. Que la segunda canción no desentone con respecto a la primera, que guarde la misma intensidad aunque sus intérpretes sean dispares.
6. Que a dos o tres temas (no más) cantados por un varón le suceda uno con voz femenina; o que a dos o tres chicas le siga un mozo.
7. Las guitarras acústicas congenian bien con las eléctricas y agradecen darse relevos cada dos o tres cortes.
8. Evitar los clásicos; por supuesto que pueden ser escogidos artistas y grupos conocidísimos, pero merecen seleccionarse antes sus grandes temas menos conocidos.
9. Que la última canción se te queda grabada en el recuerdo y te dé ganas de volver a escucharla (y de paso, la grabación entera).
10. Toda grabación merece un diseño, una cubierta original a gusto del autor, una foto sin rótulos como portada y otra a tono en la contraportada con los títulos de las canciones y sus autores.
Y darle al PLAY.
viernes, marzo 21, 2008
VOLUME ONE 125: ACCELERATE (R.E.M.)
Michael Stipe ha oficializado su homosexualidad tantas veces rumoreada y entonces no tan correctamente admitida, pero apuesto a que las canciones de Accelerate no se van a escuchar en las carrozas del día del orgullo gay, por lo menos hasta que Mika o Scissor Sisters dejen de dar grititos.
Nota: 5/10
jueves, marzo 20, 2008
VOLUME ONE 124: KEEP IT SIMPLE (VAN MORRISON)
Como Woody Allen y sus películas, Van Morrison vuelve cada año con un disco nuevo oficial, con menos riesgo y novedad que el cineasta, con su misma música inmaculada. Desde el 98 no se quitaba las gafas en una portada, diez años después, quizá a tono con la simpleza que reclama en su título, el león de Belfast no cambia el gesto inexpresivo pero descubre su mirada neutra y perdida ¿Y? Keep it simple (Exile, 2008) no aporta nada original (como hace tanto tiempo) a la carrera larga de tan sensacional autor, puede que sólo alguna guitarra puntiaguda acentuando las venas blueseras de casi la mitad de las canciones y otra un pelín más temblorosa en otro par de piezas. Pero en el fondo, una vez (dos veces) escuchado, sus ya débiles rugidos tienden a confundirse con cualquiera de los de los últimos cuatro buenos discos (salvo el anterior Pay the devil).
Me temo que Van the Man ya no va a volver a grabar una obra maestra como aquel The healing game de 1997, aunque quienes no faltamos a la cita anual con Mr. Allen tampoco vamos a perdernos la que aún nos pide Mr. Morrison. Y todavía, todavía, uno lo sigue escuchando y pensando, como Uma Thurman en la adorable Beautiful girls, que su música es una compañía perfecta para compartir nuestra vida íntima.
Nota: 7/10
LAUTREC, VENENO
Si alguna vez os dejáis caer o alguien os hace caer por un horrendo local de copas de mi ciudad, os recomiendo que huyáis de allí de inmediato, como si con sólo pisar el suelo que abarca os contagiaseis con la peste y vuestras horas de vida empezasen la cuenta atrás a ritmo de vértigo. Para empezar, os aseguro que a la mañana siguiente sentiréis un pesado dolor de cabeza, porque allí, lo que sirven, aunque ellos no se lo crean (que no es el caso), no es en absoluto de buena calidad, sino veneno. Si alguna vez habéis caído antes por allí y se os ha ocurrido sacar una foto con el teléfono móvil a un amigo, lo lleváis claro; es probable que la gorda alopécica que por allí pulula con cara de mal follada os haya descubierto en tan deshonrosa y ofensiva acción y se niegue a serviros una copa en lo que queda de vuestras vidas, aunque vayáis por el lugar acompañados del presidente del gobierno, de la infanta real o de cualquier patética estrella de rock local con una cartera repleta de vicio y dinero. ¿Por qué esta pocilga puede abrir hasta más tarde que el resto de mortales que comparten calle y barrio? Exigimos que la patrulla se persone allí a la hora a la que los demás empiezan a hacer cuentas.
Fue bonito mientras duró. Pero todo acaba, todo muere, y la belleza espera detrás de cualquier esquina. Gratis, además.
Esta información va camino de los titulares.
martes, marzo 18, 2008
GREATEST HITS 41: NO ONE (ALICIA KEYS)
Y uno es este No one que la artista vive y siente desde las entrañas, entregada a la devoción personal hacia ese “tú” al que canta, al que protege a su lado y al que sonríe cuando su rostro terso y brillante se dirige directamente a nuestros ojos.
domingo, marzo 16, 2008
SMELLS LIKE TEEN SPIRIT
El olor se muere en un instante, sólo revive en cuanto me cruzo con otro parecido. Pero después de unas cuantas horas ya no huelo nada y nadie me huele a nada. Los jardines se marchitan y cada rostro alegre que desaparece se pierde en la ignorancia. El goce da paso a la náusea y las calles de flores sembradas se convierten en rincones mojados por los excesos orinados. Nuestro olfato, socio maligno del deseo, nos vuelve a hacer una putada, camino de ninguna parte.
viernes, marzo 14, 2008
BONUS TRACK 43: TALKING TIMBUKTU (ALI FARKA TOURE & RY COODER)
Hay música que sólo puedes escuchar en momentos concretos, que es imposible entender o disfrutar en otros contextos. Yo escuché Talking Timbuktu con un libro entre manos primero y a la luz de una lámpara de noche y frente a una pantalla de ordenador y un relato a medias después. En ambos casos este álbum hechizante de blues primitivo, al que las cuerdas de Toure y Cooder le confieren una estela de paz cristalina y las sencillas percusiones (el batería Jim Keltner y el bajista John Patitucci también aportan otros adornos rítmicos menos rudimentarios) trasladan al oyente a las arenas y poblados de Mali, se te pega pronto como el calor del desierto y te vuelve a dejar rezagado por la cantidad de música que aún te queda por conocer.
miércoles, marzo 12, 2008
GREATEST HITS 40: STUPID GIRL (GARBAGE)
martes, marzo 11, 2008
VOLUME ONE 123: SATURNALIA (THE GUTTER TWINS)
Saturnalia (Sub Pop, 2008) navega por las constantes de Dulli con un protagonismo esta vez mayor de Lanegan. Es cuando éste alza la voz por encima de la de su compadre (The Stations, Bête Noire, Seven stories underground) cuando el disco adquiere unas texturas climáticas presentes en los mejores trabajos del ex líder de Screaming Trees en solitario, aunque envueltas por el tejido apelmazado de las formaciones de Dulli. Salvo Seven… los pausados cortes de Saturnalia resultan tediosos y vacíos de sangre, y los más cañeros (Idle hands) acaban por perderse en la bruma de su sonido sobrecargado. Después del último segundo añoré a Lanegan a palo seco, el de Field songs o Whiskey for the holy ghost y no me quedaron más ganas de volver a escucharlo con su colega gemelo.
Nota: 5/10
lunes, marzo 10, 2008
VOLUME ONE 122: WARPAINT (THE BLACK CROWES)
Warpaint roza la perfección y eso se debe al tiempo de madurez alcanzado por la banda. Quizá fuera entonces necesario un paréntesis tan largo si después de que se cerrase íbamos a encontrarnos con este gran disco de regreso. Con Chris y Rich aguantan Steve Gorman a la batería y Sven Pipien al bajo. Adam McDougall se une a los teclados y Luther Dickinson (North Mississippi Allstar, más espíritu sureño) agarra otra guitarra. Justo en el juego entrelazado de guitarras, en la combinación de estructuras sucias y limpias y en la templanza ganada por la voz de Chris Robinson residen los mayores encantos de este trabajo brillante que se paladea mejor cuantas más veces se pincha.
¿Temazos? El inicial Goodbye daughters of the revolution, Evergreen o la maravillosa despedida, Whoa Mule, por ejemplo. Sólo una insulsa penúltima canción y algún desvarío guitarrero impiden a Warpaint ser mejor de lo que es.
Nota: 9/10
viernes, marzo 07, 2008
VOLUME ONE 121: ATTACK & RELEASE (THE BLACK KEYS)
Falta el bajo (aunque diría que no en todos los cortes), pero en su ausencia son los teclados psicodélicos, las percusiones variopintas, las cuerdas finas y gruesas o las flautas traveseras las que llenan de sustancia las canciones indescriptibles de este disco irregular pero de atmósfera atrayente. Pronto se enciende pero pierde fuerza y cuando el ritmo decae de golpe despierta. A nada ni nadie se puede comparar cualquier corte y un lejano rastro de blues marchito parece esconderse en el pulso que da cuerda a estos temas nada convencionales.
Nota: 7/10
BYE BYE
La memoria retrata mejor la belleza que cualquier flash en la oscuridad.
martes, marzo 04, 2008
SOUNDTRACK 58: MY BLUEBERRY MOON
Comento de paso que este anhelado estreno se convierte en el trabajo más modesto y menos petulante de este sobrevalorado director de cine, lo que no quiere decir que sea una obra merecedora de los excesivos elogios que ya la han bañado. Las huellas de identidad de su cine están presentes en la poco convencional relación sentimental que bordan los personajes principales interpretados por la cantante Norah Jones y el británico Jude Law, maderos a la deriva que se encuentran en una acogedora cafetería neoyorquina. En tres partes divide el director oriental la odisea emocional que recorre Norah Jones, pero sólo la primera y el colofón (además de un breve fragmento intermedio) contienen los únicos pasajes de autenticidad natural del ajustado metraje de la cinta. Los demás episodios, algo forzado el segundo con Rachel Weisz y David Strathairn e ingenuo y poco consistente el tercero con Natalie Portman, no guardan coherencia con la premisa inicial que plantea el film. Como mal mayor, y que empapa toda la película, hay que destacar y censurar la cargante puesta en escena habitual en Kar Wai, esa sobreexposición agotadora de colores o ese abuso presuntuoso de ralentis que no hacen más que invitar a la distracción.
Pero a lo que iba. Que hay que aplaudir al menos la apropiada selección musical del director para su película, no sólo por rescatar para el cine, aunque con una partitura muy escasa, a Ry Cooder, sino por aderezar las imágenes que ilustran su historia con temas de Amos Lee, Otis Redding, Cat Power, Mavis Staples o Norah Jones. Por encima de estos autores manda esta vez Cassandra Wilson y su versión de ensueño de Harvest moon, que la cantante incluyó en su disco de 1995 New moon daughter. Basta cerrar los ojos e imaginar que es la música de la noche en el corazón del bosque. Aquí os la dejo en una actuación en vivo.
lunes, marzo 03, 2008
VOLUME TWO 35: JIM WHITE
Cuentan que Jim White fue surfero profesional, también taxista, modelo y boxeador. Desde 1997 ha grabado cuatro discos y compuesto la música para un documental (Searching for the wrong-eyed Jesus) en el que enseña otra de sus facetas, la de predicador. The Handsome Family o Johnny Dowd, parientes de oficio poco estimulantes, serían los referentes menos seductores a los que se acercan las canciones y la música ensortijada de Jim White. Calexico, Lucinda Williams o el propio Joe Henry vendrían a ser compañías similares y pruebas de garantía.
Por eso la obra de este autor requiere la complicidad de un oyente paciente, no para convencerle de su calidad, sino para descubrirle en cada paso la riqueza de ambientes que ofrece y de paisajes por los que lo conduce: caravanas abandonadas, iglesias rurales, vastos campos de cultivo, vidas estancadas y una noche infinita frente al volante.