Chicas. Alabadas ellas, para lo bueno y lo malo. Ya no somos niños, pero la edad no nos prohíbe mirar sin despegar la vista a una hermosa pasajera de nuestros días cuya belleza creemos que nunca más va a pasar de nuevo ante nuestra mirada. Así llevo unos días con Sera Cahoone, sin apartar el oído de su música, recreándome en los ángulos de su cara y el contorno de sus líneas corporales, recreándome en los ecos metálicos de su sonido folk lustrado y el compás de su voz tierna y reposada. Su primer disco lleva su nombre y su fecha es 2006, aunque no soy el primero en acabar de descubrirlo. Es de Colorado, pero adoptada por la lluviosa Seattle, colega de los Band of Horses (buen primer disco el suyo) y de Iron and Wine, con quienes ha girado, precoz batería de ambientes muy indies, y ahora solista y autora.
Y Sera Cahoone, el álbum, es una corta presentación de paisajes americanos y travesías emocionales. Le bastan pocos instrumentos y armonías básicas (escobillas por baquetas, slide quejumbrosa, banjo, finas armónicas y una acústica dominante) para emparentarse con una Neko Case menos torrencial o una Cat Power más campestre y menos sofisticada. No me despego de esta chica, aún no me atrevo a escuchar su segundo álbum, de este año, por miedo a que me guste menos que su primer trabajo.
Nota: 9/10
2 comentarios:
No le tengas miedo al segundo disco: yo haré tu mismo viaje y empezaré por este. Y compartiremos impresiones.
El miedo duró poco tiempo y el segundo disco, "Only as the day is long", es igual de bueno.
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