Su banda rueda a las mil maravillas. Son los músicos que dieron a luz Modern times y la carretera los ha mejorado en estos años. La banda de negro con el bajista Tony Garnier como escudero, el confidente del maestro. Combinan la contundencia con la dulzura, mecen el swing, agitan el rockabilly. Denny Freeman juguetea con su limpia guitarra, George Recile se reinventa con las baquetas, Stu Kimball permanece callado, sobrio y eficaz, y Donnie Herron le da a todo con un exquisita destreza, con el banjo y el violín como animosos complementos.
Dylan canta lo mejor que puede. Y se agradece. No se ahoga, no se atasca ni balbucea. Sus muecas y movimientos son un misterio, no sabes si está molesto o se siente cómodo (yo creo que esta vez sí le gustó la actuación y el público). Fue el tercer concierto de su larga gira española y de momento repite entre cinco y siete temas de los 17 que componen el repertorio. No fallan los clásicos lavados de cara, suavizados (Girl of the north country) o desbocados (Highway 61 revisited). Nuestro podio no es fácil de concretar: bien valdría It’s alright Ma (I'm only bledding) con medalla de oro; Things have changed, plata; y Ain’t talkin’, bronce.
Repertorio:
1. Leopard-Skin Pill-Box Hat
2. Lay, Lady, Lay
3. Lonesome Day Blues
4. Girl Of The
5. The Levee's Gonna Break
6. Stuck Inside Of
7. Moonlight
8. It's Alright, Ma (I'm Only Bleeding)
9. Spirit On The Water
10. Things Have Changed
11. Handy Dandy
12. Highway 61 Revisited
13. Beyond The Horizon
14. Summer Days
15. Ain't Talkin'
16. Thunder On The Mountain
17. Like A Rolling Stone
Dufresne y yo fuimos testigos. Gracias Dylan. Una vez más.
3 comentarios:
Enhorabuena por haber disfrutado en el sur de Galiza las canciones del hombre que toca de espaldas canciones poco conocidas.
¿Nuestro amigo Zen-Tello andaba por ahí?
Si sus importantes asuntos de la tenencia de alcaldía le dejaron viajar al sur, seguro que entró en el recinto de incógnito para comprobar que el artista canta de lado, mira (aunque poco) al público y, eso sí, no dice nada. De lo contrario, no sería Dylan. Menos mal que dentro de poco Melendi vendrá por aquí por el norte y Tello vibrará a tope con la jovialidad y buena educación del genial artista que A Coruña merece ver.
Saludos.
Bueno, eso si al "melendinudo" no le da por beber whisky antes de la actuación. Entonces hace volver la caravana del grupo.
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