Lo que más me ha conmocionado del rock camaleónico y un punto vanguardista de este grupo belga es que nunca sabes por dónde van a salir, no sabes qué sorpresa te puede deparar el tema siguiente o qué giro puede tomar una canción en la mitad de su duración. Ubicados en el corazón de Europa y quizá con las vías receptoras más abiertas a cualquier experimentación, parecen inidentificables. ¿Ingleses, escandinavos, yanquis? Nada de nada. Me queda media discografía por escuchar, pero con su otra mitad diría que dEUS no suenan a nadie y nadie suena como dEUS. Y eso me gusta de verdad.
Un poco del hard rock musculoso de Monster Magnet se puede distinguir cuando pierden la compostura. Si se tranquilizan podrían recordar otro poco a Stereophonics. Son dos conexiones, si cabe débiles, que hallo al dejarme tragar por sus hechizantes líneas de bajo, sus explosiones en mitad de canción o por el remolino ambiental que forman la variedad de trucos instrumentales.
Tom Barman lidera el grupo y lo mantiene a flote tras cambios en la formación. Me cuesta quedarme con su voz, moldeable sin cojear a cualquier perfil que tomen las canciones. The ideal crash (1999) es esquivo y sorprendente, juega con el oyente. Pocket revolution (2006) combina la vehemencia con la elegancia y Vantage point (2008) llega a un grado de madurez contagiosa con su variopinta gama de ritmos y colores. Un placer.
1 comentario:
Estos sí son buenos. De hecho me voy a escuchar "Popular culture". ¿Has pensado ya lo de la Juve?
Publicar un comentario