El calor celestial de Emmylou Harris vuelve a emanar con un nuevo disco, de nuevo al fogón de su veterano productor, Brian Ahern, con el que esta maravillosa dama del country americano se desvía, sólo un poco, de los retales sonoros más escabrosos que había bordado a las órdenes de Daniel Lanois primero y Malcolm Burn después. All I intended to be, al que contribuyen las colaboraciones de Dolly Parton, Vince Gill y las hermanas McGarrigle, nunca alcanza la magnitud de Wrecking ball (1995) o Red dirt girl (2000); se revela como una lógica continuación de Stumble into grace (2003) que se va enfriando con el paso de las canciones, pero que se convierte, cómo no, en una nueva gran noticia si nos devuelve la aureola angelical de Emmylou Harris.
Nota: 8/10
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