martes, octubre 02, 2007

VOLUME ONE 94: MAGIC (BRUCE SPRINGSTEEN)


Nota: Gracias por estar ahí, Bruce.

Las canciones de Bruce Springsteen se viven en vivo, delante de él, a sus pies, aunque tengas que sentarte en la última fila de la grada o hacerte un hueco en el fondo del campo desde donde a él no le ves más que la coronilla. Sus canciones respiran en un concierto, donde abrazas a tu hermano y a tus amigos, donde las lágrimas son de alegría mientras besas a tu novia o a tu mujer. Pocas veces como ésta casan mejor el rock y el amor.

Mi crecimiento musical ha tomado muchos caminos, desvíos y afluentes que siempre avanzan o regresan y desembocan en el gran río del rock & roll. Por sus aguas he nadado con Bruce Springsteen siempre a mi lado, por si me ahogaba. Primero en cassete, luego en vinilo y en cd, en mis días de alegría y tristeza he encontrado un refugio en el porche de Mary, en la Reina de Arkansas, en Kitty que vuelve, la habitación de Candy, el coche del patrullero, Bobby Jean, el local de otra Mary, ciudades con suerte, motores rugientes o en la cama de María.

El tiempo corre para todos y la E Street Band de entonces ya no es la de ahora. No es mejor ni peor, solo que no es la misma. Ahí están Roy, Steve, Danny, Max, Garry, Clarence, Patti, Nils y Bruce, pero The rising no suena como Rosalita ni Radio nowhere como Born to run. Si las luces se apagan, eso sí, y el jefe cuenta ‘one, two, three, four’ antes de que Max baquetee, entonces ellos siguen siendo la banda de rock más grande de este mundo.

Magic (Sony, 2003) une de nuevo a Bruce con sus leales camaradas cinco años después del agraciado regreso que fue The rising tras dieciséis años de separación. Ahora ya no hay tragedias que recordar ni víctimas que honrar, ahora no sobra ni un segundo de un álbum alegre y soleado, otra descarga eléctrica de Springsteen que no es ninguna sorpresa (¿se la pedíamos después de las sí prodigiosas Seeger Sessions del año pasado?), un disco que le revela como un chaval retozón en piezas como Last to die y Gipsy biker o como un viejo zorro en las muy tranquilas Magic y el tema final oculto que homenajea a un amigo fallecido. Las postales de los veranos lejanos, la búsqueda de la felicidad y la recurrente vuelta al hogar cubren la música de Magic, que sólo en Livin’ in the future regresa paradójicamente al espíritu del Born to run al casi autoplagiar Tenth avenue freeze-out.

Nota: 8/10

Siempre tuyo, Boss.

4 comentarios:

Unknown dijo...

No decepciona, pero no sorprende tanto como con The Rising. No sé, llámame raro, pero después de Seeger dejaría un poco más de tiempo para sacar este disco.

Un abrazo.

rubén darío dijo...

A mí también me sorprendió que tardase tan poco en volver con la E Street Band después del maravilloso experimento anterior. Pero en fin, a Bruce ya no se le pueden poner peros (ya se los pusimos a comienzos de los noventa), sobre todo si sigue demostrando que no se le acaba la gasolina.

Unknown dijo...

Eso desde luego... los clásicos de toda la vida son los que siguen dando caña... si señor, esperanzador.

Anónimo dijo...

De acuerdo con vuestra impresión sobre Magic y casualmente coincido en destacar los tres temas que has mencionado tribecasessions...