jueves, octubre 04, 2007

FER

Hace justo dos años comenzaba a caminar este blog. A ritmo de tres o cuatro posts por semana he querido compartir con cualquiera, con los pacientes lectores o los fugaces visitantes, más de trescientas (hasta ahora) opiniones y sensaciones que la música, el cine y otras cosas de la vida me producen. Para conmemorar estos dos años he decidido tomarme unos días de descanso y dejar que algunas de las personas que suelen caer por aquí para leer o comentar mis impresiones aporten cualquier texto y tema que deseen. Gracias por animarme a escribir y por ser como sois.

El más apresurado ha sido Fer, con quien siempre es un placer comentar un libro, un disco o una película (o muchas). Con él siempre está garantizado un "seguiremos hablando".


Existen las conversaciones recurrentes. Con personas con las que ya las tuvimos una vez o con personas nuevas; y solemos llamar pensamientos a las conversaciones que mantenemos con nosotros mismos más de una vez. A veces, no pocas, recurrimos a una conversación mantenida con otros y la convertimos en un pensamiento, y lo compartido se convierte en propio. Estas son las que más me interesan.

Hace unos diez años, con un tercio de vida por gastar y no perder, tuve una conversación con Rubén Darío que volvió a mi memoria hace poco, recorriendo ese camino que va de lo recurrente compartido a lo propio. Hablamos (¿cómo evitarlo?) de cine, de las películas que desde la infancia te van influyendo y dejando en la memoria un poso que suele transformar realmente lo visto, tanto que acaban pesando más en el recuerdo las sensaciones que el cine nos ha dejado que las propias películas. Y nos surgieron las preguntas: ¿qué pasa con esas sensaciones cuando revisamos las películas que las provocaron? ¿Qué pasa si esa película de tu infancia acaba pareciéndote con los años un bodrio, mala, cutre o chorra? ¿Qué hacemos con esa decepción? ¿Sería más seguro, cobarde y cómodo, no revisar ciertas películas? Y la consecuencia de todas ellas: ¿tenemos que estar siempre rescribiendo nuestra particular historia del cine?

Hace poco, después de unas de estas revisiones que no resultó todo lo bien que me hubiera gustado, reviví esa conversación; pero con unas pequeñas variantes. Acostumbrado, o resignado, a que no siempre los recuerdos sean fieles y a que las sensaciones que me produce una película no sean siempre las mismas, las preguntas se dirigieron a un punto un poco diferente: ¿qué pasa con la crítica que hago hoy? Según todo lo anterior, la valoración que hago de una película puedo estar obligado a modificarla mañana, porque si han cambiado las sensaciones de ayer, mañana pueden cambiar las de hoy, y estoy partiendo de que poco hay de objetivo en los comentarios que todos hacemos sobre el cine, y digo poco y no nada; y si hubiera más porcentaje de objetividad: ¿realmente sería arte?

Y si las críticas y nuestros comentarios no son objetivos, y puede (y es muy probable) que nosotros mismos los modifiquemos mañana: ¿qué sentido tienen todas las críticas y comentarios que hacemos sobre las películas que hemos visto?


Quizá el único sentido es seguir escribiendo y modificando esa historia del cine compartida, esas críticas y discusiones recurrentes con los que ya estaban ayer, y que se enriquecen con los que, estando hoy, verán como mañana cambiamos de opinión. Un saludo a todos ellos.

3 comentarios:

rubén darío dijo...

Me sorprende tu memoria a prueba de años, Fer, pero ya sabes, consérvala bien, que así no se perderán los buenos recuerdos.

Te preguntas muchas cosas y estoy de acuerdo en tu conclusión final. Creo que la historia del cine (o debería decir "nuestra historia del cine") la reescribimos en el momento en que vemos y valoramos una película, primero una vez y luego otra, o con una vez basta, porque está claro que a lo que no nos gusta difícilmente le vamos a dar otro visionado.

Hay quien valora una película por encima, muy rápido, y hay (como nosotros) quien le gusta hablar sobre muchos aspectos de ella, recrearse en ella, comparar la historia que le han contado con algo que conoce o que le ha ocurrido... Reinventar una película podríamos decir.

No sé si en realidad te preocupa, como dices, no encontrarle sentido a todas las críticas que hacemos si están tan fácilmente sometidas a cambios en sus observadores. Yo le encuentro sentido en el momento que la veo y eso me basta, me satisface. A lo mejor mañana vuelvo a ver "La Ley del Silencio" y me parece muy mala, o veo "Deseando amar" y me parece extraordinaria. Supongo que no pasará (jeje), pero si fuese así supongo que no me preocuparía.

¿Verdad que tenemos también discos en casa que en su día nos gustaron y ahora no seríamos capaces de llegar a la cuarta canción? ¿O libros que no volveríamos a abrir?

Ya sabes, "seguiremos hablando". Un abrazo.

el dijo...

Bueno Fer, poco se puede añadir. Personalmente sí acostumbro a regresar a las películas que me gustaron en su momento. No siempre ocurre pero hay un sentimiento mejor todavía que descubrir una gran película, que es volver a verla y darse cuenta de que todavía es más maravillosa de lo que te había parecido la primera vez(o la segunda...) . Cierto que eso no siempre ocurre, pero merece la pena correr el riesgo

Saludos

Pd: Rubén Darío, a lo mejor vuelves a ver la Ley del silencio y Deseando amar y te parecen muy buenas las dos (por otro lado sería lo más racional para un tipo con tu sensibilidad).

Pd: Por cierto Fer, supongo que te habrás enterado del sensacional noviembre jazzístico que nos espera: Ornette Coleman, Alexander Von Schilippenbach (y su Monk´s Casino), David Murray... y todo sin salir de esta tranquila ciudad -prueba evidente de que los botellones apocalípticos y el buen gusto también pueden convivir-.

Saludos.

Anónimo dijo...

Rubén Darío:

Mas que preocuparme si encuentro el sentido o no, me lo pregunto y lo busco. Y la verdad es que el que encuentro y el que tú mencionas no son excluyentes.
En cuanto a "Deseando Amar" y a "La ley del Silencio" te remito al comentario del ascensorista.
Y completamente de acuerdo en lo que dices de los libros y los discos. Pero en su momento tanto unos como otros nos siguieron manteniendo ahí, en esos vicios, pasiones, hobbies o como queramos etiquetarlos. Y que aparezcan más...

Pd: Muy certera por tu parte la inclusión de "Cinema Paradiso"



El ascensorista:

Cierto que muchas veces una revisión es sorprendente, y compensa correr el riesgo.
De nuestras próximas citas jazzísticas ya me había enterado y alegrado, menos de la de Von Schilippenbach - esta sorpresa acabas de dármela. Hay que aprovecharlos y que no se nos pase ninguno.


Un saludo a los dos y seguiremos.