martes, octubre 16, 2007

GREATEST HITS 30: (Permiso para recordar) WEST END GIRLS (PET SHOP BOYS)

Volvemos a la dinámica de estos dos años...


Hasta una meada rápida antes de que empiece una película en los lavabos de unas multisalas te arrastra por un momento por el túnel rebobinador de la nostalgia. Aunque no es lo mismo que te empuje la casposa The final countdown que la todavía sofisticada West End girls. ¡Por Dios!, ¿en qué edad de piedra vive el zoquete que escoge el hilo musical de un centro comercial? Te bajas la cremallera antes de una peli y ¡hala!, ¡unos cuántos siglos atrás! Lo de resucitar los cueros y las lacas de Europe no tiene nombre, como se pudo comprobar en la reciente campaña publicitaria de una gran compañía que no deja de recaudar y no merece ni publicitarse más. Lo de Pet Shop Boys tiene, para el que escribe, sólo el permiso de un pequeño guiño al pasado, a unos días en los que aquella canción, lo reconozco, me gustó mucho.

Supongo que todos tendremos un punto débil en nuestro historial, una horterada de la que enorgullecernos incluso ahora o aquella canción desenterrada que marcó nuestra infancia o que aún despierta el recuerdo de un/a chico/a. Diría que West End girls, el primer single del dúo londinense Pet Shop Boys y cuyo videoclip había visto una tarde por la tele, me hizo mimar los vinilos cuando tenía trece años y mucho, mucho tiempo por delante para cambiar sabiamente de trayectorias y arroparme con música más saludable.

Sí, el disco en el que aparecía, Please (EMI, 1986), el primero del grupo, me parecía entonces estupendo, me lo pinchaba una y otra vez en una cadena musical que aún tengo pero que ya no funciona. Contiene varios de los temas más reconocibles de la banda, como Suburbia, Love comes quickly y West End girls, claro. Casi todos me parecían elegantes, seductores (fenomenal el segundo de la cara B, Violence), con un revestimiento musical de bruma y misterio que los Pet Shop Boys abandonaron casi de inmediato, en cuanto las pistas de baile ahogaron su sombrío pop de diseño del comienzo para transformar su producción posterior en un cliché del mariconeo. Pero West End girls, aún hoy, y ese videoclip cutrillo con el andrógino post-mod y su lacónico escudero me causa tanta risa como distante aprecio.

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