Este Elvis, Perkins, vale, será un cantautor americano más, otro que agranda el montón de músicos que hacen equilibrios sobre la cuerda que tiene al pop-rock y al folk americano por extremos. Incluso en la base de ese montón de autores, enterrados por la aparición de más, se hallan escondidos o semitapados algunos tipos primerizos que parecen esbozar prometedores futuros. Como este caso.
Hay en Ash Wednesday una brisa otoñal que convierte el disco en una experiencia introspectiva. De su música recogida nace un vínculo fino y tembloroso que enlaza al autor con el oyente silencioso y atento. Berry Berenson, madre de Elvis, falleció en uno de los aviones que se estrelló contra las Torres Gemelas de New York y su espíritu (cuentan las notas informativas del disco) reposa en las notas de este disco descansado, en canciones tan parejas a esas largas semblanzas de Van Morrison (While you were sleeping, Moon woman II o la propia Ash Wednesday) o tan carnavalescas como May Day! Lo que el chico pueda dar de sí en adelante, de momento, me interesa.
Nota: 7/10
PD. La siguiente invitada también tiene el cine y la música como labores de profesión.
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