No diré que su filmografía es ejemplar, seis de las doce películas que le he visto me parecen fallidas, pedante alguna (9 songs), desnortada otra (El perdón), insustancial (Welcome to Sarajevo, Jude, Tristram Shandy) o recurrente (I want you) las otras. Pero la facilidad que tiene el director británico para echarse a la espalda cualquier proyecto, cualquier argumento de inspiración real o con un punto de partida ficticio y exponerlo en imágenes con una narración que simplifica y agiliza su aparente complejidad, le convierten en un todoterreno cinematográfico capaz de recorrer cualquier superficie sin pisar en falso incluso en sus siempre interesantes tropiezos.
Un tipo que en quince años de carrera y a la edad de 46 ya ha rodado un western insólito, la radiografía sexual de una pareja, un thriller obsesivo, la adaptación académica de un clásico literario, un ‘breve encuentro’ futurista, una comedia absurda, un docudrama de denuncia, la odisea de un sueño en busca de Occidente, las crónicas caleidoscópicas de una corriente musical o un drama urbano coral, además de algún que otro incómodo producto que no me he visto (Go now!, Besos de mariposa, With or without you), a ritmo de uno o más films por año, me va a interesar siempre con cualquiera de sus próximas propuestas. El arrollador ímpetu de su última obra, Un corazón invencible, completa mi podio selecto del trabajo de Michael Winterbottom, encabezado por Código 46 y Wonderland. Acaba de rodar una película de terror, la próxima de Winterbottom.
1 comentario:
La esperamos.
Saludos
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