Al grano: esta gafitas es Laura Veirs, paisana de Pearl Jam en la lluviosa Seattle, cuya música se ajusta más a los días nublados que a las jornadas de sol. Tiene disco Laura este año, el sexto de su carrera, el tercero con el interesante y flexible sello Nonesuch. Saltbreakers es su título. Estupendo, por cierto, como también lo era Year of meteors hace dos años. ¿Indie pop? Como queráis, rock suave con adornos electrónicos, pop-folk versátil e inconformista.
Por suerte, olvidados quedan los experimentos oscuros y raritos de Laura Veirs en Carbon Glaciar en 2004. Como ocurría en su anterior disco, este Saltbreakers juega con letras emocionales acopladas a composiciones seguras, sin titubeos, viajes burbujeantes (la inicial Pink light con percusión de campanillas y palmadas), alegres paréntesis (la guatequera Saltbreakers), giros a lo Belle and Sebastian (la bailable Wandering kind) o acertadas salidas de tono (la rockera Phantom Mountain). El eco juvenil de la voz de Laura Veirs vuelve a convertir la tibieza de su música en un breve reposo vacacional.
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