jueves, agosto 16, 2007

LIVE IN 41 / VOLUME ONE 83: ‘ALIVE’ AT THE GORGE 05/06 (PEARL JAM)

No sé que me pasa que cada vez más a menudo me ataca el virus de la caducidad y se propaga hacia solistas y grupos de los que nunca pensé que me podría cansar (¿aburrir?). Incluso aunque su música no tenga como fecha de nacimiento la maldita década de los ochenta (ya no disfruto de un tirón ni con The River o con Appetite for destruction), incluso aunque haya surgido en el nuevo siglo (eso que llamaron ‘americana’ me parece el débil afluente sin originalidad de un estilo que permite muchas manifestaciones). Pero… ¡demos gracias a los amplificadores!, con PEARL JAM NO ME SIENTO ENFERMO, aún me sigo sintiendo muy VIVO.

La oficialidad de sus conciertos acaba de alcanzar el grado absoluto de reverencia con la publicación de siete cds como soporte de tres conciertos de su anterior gira y ofrecidos en su casa, el estado de Washington, concretamente en la ciudad de George y en el Anfiteatro Gorge, un impresionante auditorio al aire libre para 20.000 personas. Ni más ni menos que 100 canciones abarcan las tres actuaciones, la primera en septiembre de 2005 y las otras dos en dos días sucesivos en julio de 2006. Temas clásicos, versiones míticas, piezas olvidadas, las mejores canciones de su último disco de estudio, sudor, entrega, devoción, supremo rock and roll. Todo ello llena Live at the Gorge 05/06 (Monkey Wrench, 2007), una prueba más de la magnitud recuperada de una banda capital, una razón más, insisto, para estar vivo.

Podría encontrar leves manchas, como la repetición inevitable de temas en tres conciertos, la pequeña diferencia de calidad entre dos interpretaciones de una misma canción con casi un año de diferencia o el discutible orden del repertorio del primer evento. Pero se olvidan enseguida estas nimiedades cuando se escuchan con una frescura envidiable cortes pocas veces oídos en vivo como Satan’s bed, Dirty Frank, Not for you, Alone, In hiding, Whipping o el Crown of thorns de Mother Love Bone.

Pearl Jam, esos chavales, están totalmente renacidos y su vitalidad en escena se contagia como una bendita plaga a quienes les escuchamos a tantas millas de distancia. Eddie Vedder, nuestro salvador, nos hace respirar todo el aire del rock desde su tarima frente a la multitud. Su banda entera monumentaliza temas como Even flow, Crazy Mary o el Fuckin’ up de Neil Young (y tantos más) y su escudero Mike McCready se proclama ahora número uno de los héroes de la guitarra. Nosotros, al otro lado, flotamos en una esfera de auténtica VIDA.

Nota: 9’5/10

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sé de alguien a quien le encantará esta reseña (además de a mí).Abrazos.

Jim Garry dijo...

Coincido contigo Ruben Darío, Pearl Jam siguen siendo una apuesta segura en directo, independientemente del disco que presenten. Además lo bueno es que suelen variar mucho el repertorio.

Y su discografía es bastante recomendable, incluso en sus discos más flojos (Yield y Binaural, en mi opinión) encuentras 3 o 4 canciones muy buenas.

Saludos.