domingo, julio 22, 2007

JAM SESSION (IV)

El primer tramo vacacional de este verano despistado y puñetero llega a su fin. La tarde otoñal de este domingo lluvioso y antipático de julio encadena en casa, pocos lugares mejores hay donde estar. Muy atrás se llenan de polvo los veranos de nuestra infancia. Atrás quedó el verano continental de hace dos años, atrás la ruta de conciertos por el norte, ahora nos quedamos por nuestro hogar y con nuestra gente, aunque alguna se quede, tras casi un siglo de vida, en el camino y en el más pacífico de los descansos. Poca playa, poco buen cine, mejores sesiones de vídeo (dvd, claro), muchos paseos caninos a falta de tener otra compañía y mucha música, mucha. Un empacho vicioso que acaba por llenar de dolor la barriga y poner al fuego agua para una manzanilla.

De 'crooners' a 'indies' de pacotilla, de clásicos hogareños a fusionistas inclasificables, algún gurú del reagge, supervivencias post beatle, R&B fabricado en serie pero elegante… el voraz interés por conocer un poco de todo. 65 discos que antes no había escuchado se ha querido inyectar el que escribe en 22 días, y ¿sabes qué?, que esto está muy bien, aquello no está mal, esto es una pérdida de tiempo… pero lo que crece últimamente es la confianza prudente y paciente en ese jazz imprevisible que te estropea unas veces y te arregla otras. Con Bitches brew, al fin, de fondo. Me pierdo fascinado en su música.

¿Quién merece la pena? Aunque miremos más allá hacia cada rincón, puede que ni nosotros mismos. Alguien tendrá que descubrirlo. Sospecho que en este parque inagotable de flores hay una rosa que no puede engañar al jardinero que llevamos dentro. Quizá florezca en una de esas travesías de cualquier viaje hacia el fin de la noche.

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