jueves, julio 05, 2007

BONUS TRACK 25: THE TRAVELING WILBURYS COLLECTION

De repente, varios años después de escucharlos por última vez, me encuentro con que los Traveling Wilburys son una música ideal para el verano sin necesidad de tablas de surf. El cuerpo de cada uno le pedirá una música particular en esta fecha; por mi parte, en esta tarde de calor, playa y olas, los hermanos Wilbury se me revelaron mágica e amigablemente refrescantes, un regalo al que es imposible responder con otro de semejante altura. No habrá supergrupo más entrañable que el que formaron ellos durante sólo un par de años. Pocas veces se podrá ver o escuchar unido a un conjunto de músicos que convirtieron la sencillez en grandeza y la inteligencia en un don del que los demás podemos disfrutar tanto.

La reedición de los dos álbumes que publicaron en 1988 y 1990, acompañada de cuatro canciones inéditas y un DVD sobre la gestación del grupo y sus discos, no por urgente es un sobresaliente acierto de los promotores de tal rescate del fondo del baúl. Aquí están de nuevo aquellos dos maravillosos trabajos ahora completados, los Vol. 1 y Vol. 3 que los Traveling Wilburys armaron con oficio, cariño y maestría hace casi veinte años.

Todo empezó con una broma cuando George Harrison llamó a sus amigos Jeff Lynne, Bob Dylan, Tom Petty y Roy Orbison para grabar una cara B de un single de su disco Cloud Nine. Aquel Handle with care quedó tan bien que entre los cinco acordaron grabar más canciones, repartírselas para cantarlas todos juntos en un disco propio. Entonces se rebautizaron (Harrison fue Nelson Wilbury, Lynne fue Otis, Dylan fue Lucky, Petty fue Charlie T. y Orbison fue Lefty) y publicaron primero su Vol.1 en octubre de 1988, dos meses antes de que Roy Orbison ascendiese al cielo del rock & roll. En 1990 se saltaron el segundo volumen para cerrar su legado mítico y fantástico con Vol.3.

Y ahora, toda aquella música resiste con una asombrosa naturalidad el desgaste que produce el tiempo. El primer disco es puro y cristalino como el sonido que cuida Jeff Lynne en la producción. Contiene canciones de amigos para amigos, limpias y preciosas (Tweeter and the Monkey Man, Congratulations y End of the line a la cabeza), con el reparto de funciones y protagonismo bien equilibrado aunque con tendencia al acento beatle. El segundo gana en fuerza rockera, Dylan tiene una pizca más de presencia y guarda también otras joyas como She’s my baby o Wilbury twist. Recuperar a los Traveling Wilburys es rejuvenecer un poco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Su volumen 1 siempre me pareció un disco divertidísimo, y es uno de esos vinilos que me sé de memoria.
Creo que buscaré esta reedición que comentas.
Un saludo.