Hay
discos, hay músicos en algún momento, que parecen flotar en un
estado de incertidumbre, entre el sosiego y la excitación, sin caer
en la pesadumbre ni levantarse hasta la euforia, pero con una
tremenda, calculada fuerza interior. Siento esto una y otra vez al
escuchar Natural conclusion (Old Farm Pony, 2017), una obra que me
tiene hipnotizado, por la que me dejo arremolinar. A Rose Cousins se
la conoce más en Canadá, donde nació, que en USA. Oí hablar de
ella hace muy poco, pero algo me llamó la atención en la mirada de
una desconocida y, como tantas veces, me decidí a conocer mejor la
música que escondía. Este disco es su último trabajo, el cuarto LP
de su carrera. Animo a que probéis su efecto narcotizante, su
seductora y elegante suavidad. Si le puntúo con un 9 y no con un 10
rotundo es porque ninguna canción alcanza la altura de la fantástica
Chains, la única en la que crujen las guitarras y la percusión hace
temblar la casa; el resto, más relajadas pero todas ellas con un
fuego interno que llega a momentos escalofriantes, navegan en ese
ambiente ilusorio que antes comentaba: el de la música íntima que
no se nos despega.
Nota:
9/10
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