Hoy lees en varios textos que Kurt hubiera cumplido 50 años si no se hubiera volado la cabeza de tan deprimido que estaba. Hoy lees a alguien en un titular que se pregunta si Cobain es el más sobrevalorado de los autores del rock. Sí, qué deprisa pasa todo. Sí, hoy me pregunto qué queda de los espíritus juveniles que vociferaba el líder de Nirvana y no consigo distinguir su huella del polvo que se lleva el viento.
Hoy yo me he
acordado de Jeff Buckley, que el año pasado hubiera cumplido 50 años si no se
hubiera ahogado en aguas del Mississippi (claro que él no dejó un hermoso
cadáver junto a un arma y un mensaje fúnebre). Hoy añoro más su música resistente
y quebradiza que las estaciones veloces no consiguen alejar y muy pocos
recuerdan o convierten en una bonita efeméride.
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