¿Cómo es posible que podamos ganarle simpatía a una madre joven que vende marihuana a sus vecinos para mantener su alto nivel de vida en una lujosa urbanización de los suburbios tras la muerte de su esposo? ¿Por qué nos va cayendo mejor su irritante cuñado, ocupado en drogarse y sacar tajada al negocio de la esposa de su hermano sin ningún tipo de cautela delante de sus sobrinos? Y esos mocosos, el pequeñazo travieso ya le suelta a su madre que no quiere tardar en consumir; y el mayorcito salido empieza a tontear con las sustancias con tanto descaro como con los encantos de sus novietas. Ah, y los vecinos, cornudos e infieles, falsos perfectos, puritanos de postal infectados de vicio. Nadie es perfecto en Weeds, por supuesto, pero es que nadie actúa con corrección. Y sin embargo, no hay espacio en los 24 minutos que dura cada episodio de esta serie americana para que la moral cuestione los actos de estos nada ejemplares personajes.
¿Por qué? ¿Por qué aplaudo esta serie? Porque así son los personajes y así se muestran, sin lugar a que nuestras reservas y censuras se precipiten a condenar acciones y reacciones. Cada uno elige lo que es sin apenas remordimientos de conciencia, al fin y al cabo se trata de sobrevivir y no importa el modo. ¿Es tan honrado hacerlo con iniciativas benéficas y altruistas como con medidas delictivas y egoístas? Cada uno escoge.
Weeds es una serie creada por Jenji Kohan, guionista y productora de Las chicas Gilmore, que nunca he visto. Con Weeds me he lanzado con imprevista tolerancia a las calles y casas de esa ficticia ciudad donde siempre luce el sol y cada fachada esconde las miserias de quienes viven detrás. Mary-Louise Parker, la madre pija que vende hierba, está irresistiblemente atractiva en su papel, frágil bajo la máscara que tapa sus intenciones perniciosas, vencida ante sus entrañables proveedores pero vencedora en cada empeño por no renunciar a su acomodada vida. La otra ganadora de la función es su vecina, interpretada por Elizabeth Perkins, cínica y patética, de lengua mordaz y cuerpo venenoso.
He terminado la primera temporada. Me pondré con más.