jueves, noviembre 30, 2006

VOLUME ONE 43: THE ROAD TO ESCONDIDO (JJ CALE & ERIC CLAPTON)

Cale gana a Clapton, pero esto no es un combate con el éxito en juego sino una sesión de estudio entre viejos amigos, la primera desde que se conocen. De eso hace más de treinta años. Tan imprevista parecía ahora esta unión como bienvenida en cualquier momento. La han bautizado The Road to Escondido (Reprise, 2006).

Eric Clapton tiene más fama y fortuna que JJ Cale y también una insistente necesidad de tener listo cada año un nuevo disco, algo que no le urge tanto a su colega; sea un directo con casi todo su compendio conocido (el rutinario One more car, one more rider), sea tributo de versiones de un clásico del blues (el insípido Me & Mr. Johnson), sea material original (el anodino Back home del año pasado), el genial guitarrista británico se ha empeñado desde finales de los noventa en encadenar discos más bien banales (sólo Reptile, de 2001, contenía unas cuantas piezas de mercancía de lujo), quizá más por vicio de profesión que por necesidad monetaria. En 2006 le propuso a su amigo JJ, quien tan generosamente en los setenta compuso y luego le prestó las canciones After midnight y Cocaine, un trabajo a la par, pero Cale acabó aportando más temas de su firma (11 de 14 por uno y medio de ‘mano lenta’) y untando con su inmaculado sonido de guitarra y la sedosa sencillez de sus canciones el resultado de talentos conjuntos. Por eso Cale antepone su nombre al de Clapton, a quien parece haber invitado para crear un álbum irresistiblemente agradable.

Hacia Escondido se dirigen pues estos dos monstruos de la guitarra, haciendo autostop en la cubierta del disco y componiendo blues y rock para la carretera. Como si fueran hermanos gemelos, Cale y Clapton emparejan sus voces y en muchas ocasiones sus cuerdas. Ahí se distingue un suave solo de Clapton, ¿o es de Cale?; esta primera voz es de Cale, ¿o es Clapton?. Blues para trasnochados (Heads in Georgia), swing de vagabundos (When the war is over), música pantanosa (Hard to thrill, Anyway the wind blows) como la que cubría el magnífico To Tulsa and back de Cale (2004), como hacía años que no descubría la mejor versión de Eric Clapton. Las colaboraciones amistosas del guitarrista Albert Lee y el teclista Billy Preston poco antes de morir embellecen un disco que no necesita de moderna bisutería para ser genuino.

Nota: 8/10

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