Un
‘beatle’ en mi ciudad. Historia sin historia. Déficit
de carisma. Ringo
Starr.
¿De verdad puede emocionar hoy un concierto de Ringo? No, de verdad. Nostalgia, la justa, efímera. Fiesta, de esa manera… Ganas de agradar, un rato bien pasado, resultón, pero olvidable. Una All-Starr Band eficiente, de altura media (Steve Lukather de Toto, Colin Hays de Men at Work, Graham Gouldman de 10cc), con la que volvimos a unos ochenta lejanos y perezosos.
Nunca antes había visto a un ‘beatle’ tan de cerca. En fin, a 40 metros. Me falta Paul. Espero que algún día… aún hay tiempo.
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