Hará unos
diez años vi esta película, Somers Town, un caramelo rodado en blanco y negro por
Shane Meadows (This is England, Dead Man’s shoes, Made of Stone) en las calles
de Londres. Dos niños, uno que vagabundea tras escaparse de casa y otro,
polaco, que continuamente hace fotografías, se cruzan y se hacen amigos. Uno de
los aspectos que más me gustó del film fue su música, las pocas canciones
interpretadas por Gavin Clarke que acompañaban el encuentro de los chavales y
la atracción que sienten por la misma chica. De poco me acuerdo, ni siquiera de
las canciones en sí, de las que sí guardaba, yo también, un lejano poder de
fascinación. Una vez encontré la banda sonora, apenas 20 minutos en realidad,
que no he visto comercializada. La he vuelto a escuchar. Seis canciones cubiertas
por un halo de seda que se desliza por el cuerpo, el suave soplo con el que
mimamos el vello de nuestro piel. Vean Somers Town, remuévanse de placer en la
historia y su música.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario