Hoy
tuvieron su primera graduación, una medalla de tela y una orla al
final de la fiesta. El fin de su primer ciclo, el adiós a las
primeras maestras, lágrimas de madres, padres y
abuelas por
verlos hacerse un poco más mayores, por empezar a echar de menos la
entrega enorme de quienes en sus primeros tres años han enseñado a
sus hijos a crecer. La fiesta tuvo banda, el bueno de Félix Arias y
la música de Los Plutones, un trío convertido en Beatles ante una
joven audiencia de niños y padres con floridas camisestas y vestidos
suaves. Música para aprender y jugar, para sentir y empezar a amar
la música. Paperback
writer, Ticket to ride, Ob-La-Di Ob-La-Da, Here comes the sun, We can
work it out, A hard day's night, Yellow Submarine, Hey Jude para el abrazo apretado de
los primeros amigos y la añoranza quebrada de las madres más
sensibles.
Nuestro
hijo saltaba y corría, hablaba y cantaba, bailaba en Ticket y
escuchaba en Submarine, reía y se nos abrazaba en Jude. Nosotros no
nos olvidaremos de estas dos horas. Ojalá él tampoco. Ojalá algún
día, volviendo
atrás, pueda
encontrar en ellas una de las razones por las que le gustan los
Beatles y la música.
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