Esto fue irrepetible. Hoy nada suena como aquello sonaba entonces. Instrumentos más sofisticados y tecnologías más cómodas, rápidas y avanzadas no han conseguido transmitir en 45 años una esencia sonora, una sensación de vibración en el aire, como la que salía del primer disco de Manassas.
Fue una
unión única, por cuanto en solo dos años un septeto de músicos que orbitaban
alrededor de los mismos grupos y estilos (rock, folk, country, blues) se
subieron al mismo barco e hicieron andar una banda cuyo sonido propagaba
espontaneidad y camaradería. Manassas parecía predestinada a no durar mucho, y
así fue. Eran tiempos inestables en las carreteras del rock, cuando el abandono
de la inocencia de los años sesenta dio paso a periodos de amargura y las
drogas descarriaban a muchos jinetes. Eran músicos que no sabían tener los pies
quietos ni un hogar en el que asentarse, que salían de un grupo para unirse a
otro o se juntaban y separaban según les apeteciese. Dejaron dos discos al
amparo del sello Atlantic, muy bueno el primero, Manassas (1972), olvidable el
segundo, Down the road (1973). Como se olvidó también en la memoria, con el
paso de los años, aquella banda liderada en gran medida por la ambiciosa
presencia de Stephen Stills.
El nombre de
Stills, de hecho, predomina en las portadas de los dos álbumes por encima de
los del resto de componentes (incluso aparece dos veces). Por entonces el
músico estaba a caballo entre CSN&Y y su propia carrera, con dos buenos
discos ya a sus espaldas (y a cuya altura no llegarían los que vinieron
después). Pero Manassas (Stills y seis músicos próximos) surgió antes de que la
formación hiciera una parada en la pequeña estación de ferrocarril de esta localidad
de Virginia, en donde se había detenido de gira el grupo y donde posó, con las
manos guardadas en los bolsillos de sus abrigos, para la foto de la primera
cubierta. Estaba también Chris Hillman, huido de los Byrds. Dallas Taylor y
Calvin Samuels, que habían tocado con CSN&Y. Y hombres de sesión como Paul
Harris, Joe Lala y Al Perkins, que pasaría por Flying Burrito Brothers e
intervendrían en Souther Hillman Furay.
El cruce de
estos caminos dio como resultado Manassas, un punto anodino en la geografía USA,
un ejemplo de supergrupo efímero cuya herencia ha mojado las alforjas de
multitud de forajidos del country-rock.
2 comentarios:
Me has puesto colorado ... siempre lo entendi como un disco de Stills ... ups!
Supongo que Stills lo considerará suyo, aunque Manassas como grupo es autor de dos discos, los que menciono en el post. Yo tampoco lo he tenido claro. El caso es que un disco estupendo, más su parte folk-rock que la country-bluegrass.
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