Se va el año para nunca volver. Bah, uno más, ni bueno ni malo, sin revoluciones que hayan alterado el transcurso cotidiano de los días, con la suficiente buena salud como para seguir esclavizados a nuestros vicios favoritos. Me quedo con unas pocas cosas:
Las buenas conversaciones… los conciertos de Iron & Wine, Nick Cave y Bob Dylan en Barcelona, Oporto y Vigo, y sus respectivos viajes con Dufresne… El lector y Chesil Beach… los cuervos negros con pinturas de guerra… Ricky Gervais… Brusiño en la ventana… y THE WIRE, THE WIRE, THE WIRE!!!
En 2009 seguiré viendo esta serie extraordinaria. Me quedan aún tres temporadas reservadas para horas de madrugada, las mismas que invertí en empaparme de los capítulos de sus dos primeras partes desde hace unos meses. Algún día del año próximo, cuando llegue al último segundo, le dedicaré un texto como dios manda a esta obra monumental e irrepetible, un hito de la televisión al que todas mis alabanzas y ovaciones ahora me parecen todavía cortas.
Que tengáis todos un buen año. Saludos.