Ha muerto Robert Mulligan, un gran director con su nombre a pie de página. Tenía 83 años. Rodó 20 películas desde 1957 y otros tantos episodios de televisión antes. Tiene un trono en el cine, ocupado por Matar un ruiseñor (1962), la obra insuperable entre las obras maestras. Gregory Peck, nuestro querido Atticus Finch, el padre que siempre quisimos tener, es y será el faro cuya luz deberíamos seguir, pese a que no miremos siempre hacia ella.
Mulligan dirigía con calurosa sutileza, mostraba las cosas y a las personas con mimo exquisito, como si perdonara su atrevimiento o sus pasos en falso y les diese siempre otra oportunidad. Amores con un extraño (1963), La noche de los gigantes (1968) o Stony, sangre caliente (1978) son otras buenas películas suyas. Y después de Matar un ruiseñor siguió bordando el cine con hilos de maestría en Verano del 42 (1971) y El próximo año a la misma hora (1979), otras dos proezas de extrema ternura, inocente y arrebatadora la primera, madura y amarga la segunda.
Muchas gracias por tus películas, Mulligan.
2 comentarios:
¡Cuántos recuerdos y nostalgia me traen el cine de este director! Te recomiendo, que creo recordar que no la habías visto, "El Otro"; en la cual da una vuelta de tuerca, dentro de sus temas, hacia el suspense o casi el terror. Yo voy a intentar revisarla, como homenaje, y también "Verano del 42" o por n-sima vez "Matar a un ruiseñor"
"El otro" la vi hace mucho tiempo, la tengo olvidada, es de esas películas que me gustaría recuperar algún día. Además de tres o cuatro de Mulligan que aún no he visto.
Seguiremos hablando otro año más. Saludos
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