jueves, diciembre 04, 2008

SOUNDTRACK 72: MUSIC BY CLINT EASTWOOD

Hasta para componer tiene un estilo inconfundible. Como cuando dirige. Un sello firme y sobrio, parsimonioso y sin efectismos, donde la dirección (o la composición) se ajustan al dictado de lo necesario. El clasicismo, en una palabra. Una marca que deja huella casi sin notarse, sin levantar la voz. Así se ha ganado un respeto mayúsculo entre su mundo y el de quienes lo admiran al otro lado de la pantalla, con muy buenas películas y con fidelidad a un método infalible de apenas perceptible intensidad. Y cuando compone la música de sus películas es también un autor dotado de virtuosismo ajustado y sencillez clásica. Suenan sus notas y son igualmente reconocibles. Tres notas de piano, tres de guitarra y el posterior acompañamiento orquestal, sutil, sin ganas de acelerar. Queda bien esta música en las películas, fuera no. Y ya va siendo repetitiva.

Desde Mystic River (2003) Clint Eastwood firma el score de casi todos sus largometrajes (incluso el de alguno que no es suyo, como La vida sin Grace, del año pasado). Después su buen amigo Lennie Niehaus, firmante de la música de la mayoría de los anteriores films que dirigió, se pone a arreglar y a conducir la orquesta. Últimamente le apoyan su hijo, Kyle Eastwood, y un tal Michael Stevens. Yo apuesto a que incluso en la invención de aquellos acordes y melodías que Niehaus escribía para Sin perdón, Un mundo perfecto o Los puentes de Madison, estaba Eastwood como coautor.

Son éstas precisamente las únicas partituras que guarda mi memoria de las obras dirigidas por Clint Eastwood. No sólo porque las películas son inolvidables, sino porque la música, con su combinación de tenebrismo, melancolía, dolor y esperanza, ensalzaba el resto de virtudes generales. Él mismo o el propio Niehaus no han hecho después, me parece, más que arrimarse de algún modo a distintos fragmentos de estas composiciones sin volver a repetir partes o cortes que se te queden incrustados en la memoria.

Desde aquellos trabajos y hasta Mystic River, y desde éste hasta los que veremos seguidos en los dos próximos meses, El intercambio y Gran Torino, Eastwood ha subido muy arriba (Mystic River) y se ha caído por las escaleras (Cartas desde Iwo Jima); también ha recorrido una línea estable sin resbalarse (Million Dollar Baby, Banderas de nuestros padres, El intercambio). Pero siempre, de algún modo que incluso a veces nos costará explicar, estaremos atentos a sus siguientes pasos.

En Gran Torino, la segunda de sus películas de 2008, que en España podremos ver en enero de 2009, Clint canta. Lo hace mucho tiempo después de hacerlo tan bien en la maravillosa El aventurero de la medianoche (1982). Y ahora, la verdad es que no canta, murmulla más bien como si le costara vocalizar sobre las tres o cuatro notas de piano de rigor dignas de olvidar. No es gran cosa el tema, en el que le acompaña en un fuerte contraste Jamie Cullum. Aquí lo tenéis (pinchad en el último de los cortes que aparecen a la derecha).

1 comentario:

Alberto Abuín dijo...

20 de Febrero, para ser más exactos.