Dos ejemplos: Panic at the Disco y The Last Shadow Puppets. De USA y UK. Tienen álbum este año, con portadas sugerentes, de las que animan a probar lo que hay dentro, y contenidos paupérrimos: power pop de saldo con gotas de country barato en el primer caso, pastiche retro británico con orquesta de inclinaciones sesenteras en el segundo. En Panic tocan cuatro flequillos diseñados con disfraces de mayores. En estos Puppets se junta un chaval de Arctic Monkeys y otro de The Rascals. Un desastre de Oeste a Este.
Olvidados estos bocados de música joven, a veces rebobinamos hacia generaciones demasiado emancipadas hasta volver arriesgarnos a conocer la próxima aventura que empañe nuestros días. En esos viajes atrás, los que este blogero emprende a veces y luego comparte (Havens, Otis, the Staples, Faces…), no siempre las flores mantuvieron vivo el jardín, pero es más grato y fácil reconfortarse con las viejas semillas que nunca se marchitan.
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