jueves, junio 07, 2007

VOLUME ONE 71: HALF THE PERFECT WORLD (MADELEINE PEYROUX)

Va para un año que el ascensorista de cristal me habló de una versión actual del conocido tema romántico de Leonard Cohen Dance me to the end of love (sé que te encanta, Red). No recordaba el nombre de la intérprete, una chica de espigada figura y frío atractivo que empezaba a ser muy elogiada en los circuitos de jazz americanos. Unos meses después encontré esa versión del tema de Cohen en Careless love (Rounder, 2004), de Madeleine Peyroux, acompañada de otras canciones de autores de altura como Hank Williams o Bob Dylan reinterpretadas por esta mujer nacida en Georgia pero nada sureña ante el micro, sino criada por la mezcolanza de ambientes y culturas que se respiran en el sur de California, Nueva York y París. Allí donde leyeras algo referido a la señorita Peyroux encontrabas una constante comparación en su estilo de cantar con Billie Holiday, así de claro, así de grande. Sólo atreverse a mencionar a un artista de enormes dimensiones como modelo interpretativo de un o una recién llegada provoca en ciertos sectores de la audiencia y la crítica un rechazo muchas veces instantáneo y ciego, pero en este caso la comparación no es gratuita ni disparatada.

Dos años después de aquel disco, el segundo de su carrera tras un largo paréntesis de colapso, Peyroux grabó Half the perfect world (Rounder, 2006), una suerte de complemento a su anterior trabajo cargado también con versiones (Cohen pide permiso otra vez y hasta Charlie Chaplin se gana un recuerdo) entre propias canciones. La prensa (Cuadernos de Jazz entre otras) ha vuelto a ser más que amable con la autora, consciente ella de que su crepuscular parecido con la gran Billie Holiday no sólo es su mejor arma comercial sino la cualidad que convierte sus piezas en delicados lienzos enmarcados con instrumentación precisa. Este nuevo disco confirma a Madeleine Peyroux como una sensual vocalista de jazz pop (o como se quiera denominar), todavía un pelín templada, tímida, pero de muy buen gusto y estilo; no hay más que confirmarlo con la maravillosa River de Joni Mitchell acompañada por K. D. Lang o el (Looking for) The heart of Saturday night de Tom Waits. Toma homenaje.

Nota: 7/10

2 comentarios:

el dijo...

El anterior era un disco que enganchaba y este, por lo que cuentas, tiene muy buena pinta, no estaría de más verla y oirla en directo. Todo se andará.

Saludos.

Anónimo dijo...

De todas las cantantes que van apareciendo es verdad que es la que más se parece a Billie. Pero...no, no lo es. Su voz es demasiado bonita, demasiado clara; aunque se parece en la tristeza, le falta ese timbre que tenía Billie que te ponía los pelos de punta - por lo menos a mi sigue haciéndolo.
Quizá que se parezca tanto a Billie se acabe convirtiendo en un problema a la larga, porque la comparación siempre será inevitable para los que también escuchamos a Billie, y puede que se quede en la mujer que cantaba como Billie, en vez de acabar teniendo un nombre propio.