sábado, junio 16, 2007

VOLUME ONE 72: MEMORY ALMOST FULL (PAUL McCARTNEY)

El simpático videoclip colgado hace unos días un poco más abajo presagiaba el carácter retozón y jovial que cubre el nuevo disco de Paul McCartney, quien a lo tonto supera la veintena de álbumes propios desde los primeros setenta tras sus años de gloriosa vida como beatle. Como ex beatle, en cambio, parece que el bajista y compositor no se ha ganado demasiadas simpatías, al menos no tantas como el bueno de George Harrison, llorado a chorros y venerado tras su no tan lejana muerte. La carrera de McCartney en solitario no desmerece en comparación con la de George o John Lennon, es más, el músico inglés se desmarcó de los convencionalismos al comienzo de su etapa post-beatle y hasta la fecha se ha mantenido, con Wings y otras compañías, bastante activo aunque con periodos olvidables.

Dance tonight es el single indiscutible de Memory almost full (MPL Communications, 2007), el repaso que McCartney hace de varias de sus vivencias y emociones sin caen en la tristeza ni el pesar, sino en la añoranza sonriente de los tiempos pasados pero no perdidos. Al muestrario sombrío de canciones de su anterior disco, Chaos and creation in the backyard, le sucede dos años después una colección de temas sobre los que cae la luz que en el trabajo previo tapaban las cortinas. Además, al más complejo productor Nigel Godrich (Beck, Radiohead) le releva ahora David Kahne, más cercano al autor y más extrovertido en su historial (Bangles, Cher, The Strokes), próximo a la colaboración de Paul con Jeff Lynne en el fantástico Flaming pie de 1997.

La memoria fresca del ex beatle superviviente recoge un arranque de disco magnífico con el single antes comentado y un par de dulces caramelos como Ever present past y See your sunshine. El viaje transcurre sin sobresaltos hasta el corte 8 con Vintage clothes, que inicia una especie de suite de amables temas enlazados que lleva al álbum hasta su clímax más histérico y a la vez nublado con House of wax. Una melancólica pieza posterior y un breve broche que traslada a los tiempos del álbum blanco de los Beatles cierran el disco con la sensación final de que si este tipo hizo cosas grandes hace cuarenta años las que hace ahora al menos tienen que estar bien hechas.

Nota: 7/10

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