Los tiros, en general, van ahora por donde los disparaba a comienzos de 2005, lejos del gamberrismo de Rock N Roll y de la introspectiva atmósfera de Love is hell vols. 1&2, es decir, por donde caminaba junto a su nueva formación, The Cardinals, en las canciones de Cold roses. Puede interpretarse que el paso que el músico da ahora es coherente, ya que bocanadas de cada trabajo anterior salpican su nuevo disco y así no se olvida de cuanto ha compuesto hasta la fecha, son ráfagas cubiertas en este caso por el apoyo instrumental más country que rock de sus nuevos socios de estudio.
No hay canciones malas en Easy tiger, tampoco las hay estupendas. Pero todas son olvidables, cortas, sin momentos álgidos porque no parece haber lugar para ellos. Neal Casal y Sheryl Crow se cuelan en la grabación como amigos muy secundarios. El aura del Neil Young más bucólico (el de After the gold rush o Comes a time) flota en el ambiente. Será este disco, algo así como de reflexiva transición, poco recordado en el conjunto de la obra de Ryan Adams, uno más. ¿Puede ser que aquello que llamaron ‘americana’ sea ahora un estilo que vive sus horas más moribundas? Seguramente.
Nota: 6/10
1 comentario:
Sabía que no tardaría en ver una reseña de este disco por este lugar...
Saludos.
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