jueves, agosto 03, 2006

VOLUME ONE 28: THE DEEP END (MADRUGADA)

Esta vez ha sido Dufresne quien me ha servido de enlace con Madrugada. No con esas horas propensas al riesgo y a los dudosos pero amenos hábitos, ni tampoco con un grupo español o latino, sino con una sensacional banda noruega de rock.

Hoy toca descubrir algo grande. Escandinavia enterró a Abba hace bastantes años (pese a sus inesperados y a menudo frescos revivals) y desde Suecia, Noruega y Finlandia se han propagado hacia el sur de Europa formaciones de todo tipo y estilos. Próximos al Ártico nacieron Madrugada a mediados de los noventa y a finales de la década debutaron con su primer trabajo largo, Industrial silence (1999). Desde entonces han actuado más como foráneos que en terreno propio y no han tardado en convertirse en candidatos a banda de culto por gracia del fervor que su creciente pero aún modesta horda de fans le brinda lejos de su país. Es tan lógica la admiración cuando de las tripas de Madrugada brota un rock que enlaza a Nick Cave con David Bowie, al hondo rugido del australiano con la elegante seguridad del británico.

The deep end (2005) abrirá todavía más al grupo la puerta de la popularidad, quién sabe si a los vicios de la fama o a las virtudes que la misma también crea. Para empezar supone un sorbo energético contra toda señal de adormecimiento, una inyección de rock tan sutil como vibrante. Cave (músico que siempre se me resiste) asoma en la solemnidad con que el pelado líder del trío, Sivert Hoyem, canta de cabo a rabo del álbum; Bowie en la elegancia más pop que tiñe exquisitos cortes como Hold on to you o Sail away; incluso los Walkabouts piden permiso para ser recordados en Slow builder; y hasta la banda hace más trepidantes los ritmos pegadizos de Franz Ferdinand en Hard to come back, tema con el que Madrugada suele empezar sus conciertos y que incluye un apropiado verso cantado en castellano ("¡Es duro, es duro de empezar!"). Parte de la maestría que no esconde The deep end se debe a la producción de George Drakoulias (The Black Crowes o Tom Petty entre muchos), quien americaniza el sonido más pantanoso que se intuye al grupo antes de este su tercer disco y llena su música musculosa con hammonds y steel guitars.

Gracias Dufresne. Habrá más sesiones de m(M)adrugada.
Nota: 10/10

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si señor.
A veces aparecen grupos de la nada que ya llevan años ofreciendo su música y devienen en una auténtica revelación. Para mi lo han sido sólo unas semanas antes que a ti y por absoluta casualidad. The Deep end es un disco magnífico pero el directo "Live in Trafalmadore" considero que incluso lo es un poquito más...
Bravo por madrugarnos con Madrugada

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Los señores de Madrugada saben poner los pelos como escarpias con temas como Hold On to You. EL disco de The Deep End es una maravilla de arriba a abajo.

Os invito a pasaros por el blog de un colega y mio, en el que hemos habaldo un par de vecse de este grupo.