viernes, agosto 18, 2006

VOLUME ONE 30: HIGHWAY COMPANION (TOM PETTY)

Momento especial y estelar del año musical (y pronto habrá más). Quienes hayáis seguido cada semana las crónicas y reseñas, homenajes y retratos que este blog quiere compartir con vosotros, no os habrá costado descubrir los puntos fuertes de devoción que os desvela este apasionado de la música entretenido en escribiros. Aunque no le he dedicado un post particular, sí he hecho alusiones a su grandeza casi incomparable. Bienvenido de nuevo, Tom Petty. Sí, grande entre grandes, tu música es el calor de un amigo, la placidez de la tranquilidad.

Tom Petty ha salido de su caos y abandonado el bosque en el que ha vivido una temporada como ermitaño, se ha encerrado en el estudio cuatro años después de su último álbum (nunca había tardado tanto en grabar) y ha vuelto a empaquetar una docena de nuevas canciones cinceladas con la destreza de un artesano y el detallismo de un maestro.

Otros grandes se equivocan alguna vez, pero Tom Petty es de los músicos de los que se puede asegurar que no tiene un disco malo. Quizá ninguno de su amplia producción sea perfecto y en cada uno figuran temas prescindibles o aparece un bache inevitable, pero escuchando su música uno (al menos yo) siempre exclama "qué fácil es ser tan bueno". Highway companion (American Recordings, 2006) es una muestra más de confirmación, el decimoquinto trabajo de Petty y el tercero que firma sin sus Heartbreakers, aunque siempre los tiene a mano para precisar de su ayuda.

Tras una fértil serie de colaboraciones con Rick Rubin en los excelentes Wildflowers (1994), She´s the one (1996) y Echo (1999) y el tropiezo algo distante y apagado que supuso The last DJ (2002), Tom Petty ha vuelto a unir ideas, talento, melodías y emoción con su inseparable Mike Campbell y con un viejo socio como Jeff Lynne, su colega de los Traveling Wilburys y líder de la ELO. Lynne tiene también su propio sello a la hora de dirigir la producción de un disco y sus resultados son siempre cuidados y estilosos, de suave intrumentación y mezclas elegantes; es música impoluta envuelta en terciopelo. Así suenan discos de Petty como Into the great wide open o el maravilloso Full moon fever. Así suena también Highway companion. El bueno de Tom luce arrugas de cansancio a sus 56 años, pero de su garganta sigue brotando aún el timbre joven aunque pausado de un vagabundo de la carretera. Reparte instrumentos con Campbell y Lynne para dar cuerpo y sustancia a joyas primorosas como Saving grace, temas dylanescos como Down South o Ankle deep, hipnóticas travesíascomo Night driver y entristecidas baladas como Square one (¡qué envidia de canción para quienes les cuesta alcanzar tal belleza con tanta sencillez!).

Tom Petty, compañero en cada autopista que recorramos.

Nota: 9/10

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