lunes, agosto 14, 2006

SOUNDTRACK 17: NATALIE & SCARLETT

De los últimos encuentros nocturnos que he tenido con Diego y Luismi en la basílica del Maeloc y otras capillas de la noche han surgido prolongadas y distendidas charlas sobre nuestros vicios (de todo tipo) favoritos. Tan buenos oyentes como espectadores de cine, me han servido ambos unas cuantas ideas para seguir llenando Tribecasessions de interesantes posts. Ahí va una de ellas, un canto escrito a la belleza y a su deleite contemplativo. Para mirar y soñar.

Eran niñas cuando las conocimos. Sufrían, lloraban, pero resistían y combatían.

A Mathilda le habían quitado la familia pero en un callado y solitario asesino profesional encontró una ocasión para su venganza por el crimen de su hermanito y halló el cariño que todo crío necesita cerca cuando crece. Se vestía de Marilyn, jugaba a ser Groucho, danzaba como Madonna, eran fachadas sexys sobre su pureza angelical. Después aquella tierna Mathilda de 12 años y peinado para bailar el charleston creció sin dejar de ser niña, como una lolita abrigada para treintañeros indecisos, hija incomprendida sin domicilio, adolescente madre soltera, princesa de las galaxias, vecina sensible, streaper sin vocación, criatura rescatada por un vengador terrorista... Cuando llora Natalie te encoge las entrañas y acercas las manos a la pantalla para secarle las lágrimas: cuando ríe miss Portman espanta todos tus dolores y lanzas mil besos desde tu butaca para que aterricen en sus mejillas inmaculadas. Contigo me iría hasta el fin del mundo.

A Grace le cayó un caballo encima, también el peso de un trauma físico y del tormentoso carácter de su animal. Viajó a las montañas para curar el dolor de una fiera herida y acabó recuperando a una madre antes viciada por la arrogancia. El susurrador la recondujo hasta la esperanza y la cría dejó de estar de morros para abrir los labios carnales de una venus risueña de 14 años. Scarlett dejó de cabalgar, ganó la carne que traen las hormonas como freak de ambiente de cómic, ninfa de cine negro con la voz masculina y bajos instintos perversos, heroína perseguida por las arañas... Es un monumento humano, inalcanzable como tentación fatal desde la pluma de Woody Allen, tan cercana y deseable con las curvas torcidas de cualquiera de las mortales acariciadas por las bragas traslúcidas sobre la cama de un hotel de Tokyo. Cuando apunta con sus ojos miss Johansson el corazón se te acelera de querer tanto emborracharte de su hermosura. Contigo me iría hasta el fin de la noche.

Ahora son mujeres adorables, frágiles y exuberantes —limpia y natural Natalie, más fabricada y (sex) simbólica Scarlett— todavía con huellas de niña en su mirada.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy a contestar a tu post como si fuera un slogan protagonizado por Bill Murray o Jean Reno:
Actrices 100%, TribecaSessions 100%
:)

Alberto Abuín dijo...

Ole, ole, ole, eso es escribir bien.

Que la magia de la noche nos traiga alguna reflexión más como ésta, o como otras, escondidas en las líneas de textos con un único lector. Como siempre, no dudo de ello.
Feliz Cine.

Anónimo dijo...

Espero que sea el inicio de una lluvia de ideas compartidas en el templo del "viejo" Red,y alrededores,sobre todo si esas ideas nos conducen a más odas a la belleza en su máxima expresión (Severson Dobel)

Anónimo dijo...

Red dice ole, ole, ole eso es escibir bien y yo digo ¿solo bien?
La belleza femenina pocas veces ha tenido una descripción tan acertada, precisa, natural e, igualmente, bella como la que acabo de leer.
Para mi, dos mujeres y dos bellezas muy distintas pero que provocan sensaciones similares, quizá por que las hemos visto crecez y hacerse mujeres en personajes tormentos o delicados y ahora fusionan sus rasgos celuicos con sus presencias terrenales y es que precisamente por eso creo que gustan tanto, porque ambas podrían ser nuestras compañeras de trabajo, de clase o las camareras del bar que frecuentamos y no un lejano deseo prefabricado.
Saludos a Diego y Luismi: bravo por ellos tab por inspirar este post.

rubén darío dijo...

Ole, ole, ole, digo yo también. Veo que hay "portmaníacos" y "scarlatinos" de sobra. Será que somos todos buenos amantes de la belleza.
Saludos a todos ellos y hasta próximos encuentros en cualquier templo de nuestras noches.

Anónimo dijo...

Ole, Ole, y Ole. Estoy de acuerdo que es una maravillosa descripción de la belleza. Estoy segura de que a cualquier mujer le gustaria que un hombre la describiera de esta forma (por lo menos a mi si).

Anónimo dijo...

Thank you very much for this post.
Like spanish people say: ole, ole, ole.

Kisses,
N & S