Hay músicos a los que me
gustaría hablarles a la cara, con sus propias canciones de fondo a
bajo volumen, y preguntarles por qué le han salido tan buenas, por
qué la belleza y honradez que desprenden son tan verdaderas. Hay
músicos a los que prefiero dirigirme en segunda persona,
interpelarles, si me entran las ganas de escribir sobre su obra y el
placer que me proporciona. Ahí está Glen Hansard, en ese grupo
selecto. Dentro de poco asistiré a uno de los conciertos de
presentación de su tercer álbum después de The Frames, del film
Once y de The Swell Season. Me conformaría con un apretón de manos
después de la función.
Between two shores (Anti-,
2018), Glen, te ha salido espléndido. Me apasiona tanto como Rhythm
and repose (2012) y Didn’t he ramble (2015). Creo oír en ti a un
lejano Van Morrison, con o sin sección de viento, cuando se abraza a
sí mismo en un impulso de nostalgia o cuando mira adelante con el
suspiro reflexivo de los hombres sabios. Sí, otra vez canciones sin
mácula, emociones expresadas con la voz conmovedora de tu música
tan cercana. Y eso me encanta.
Nota: 9/10
2 comentarios:
Para mi camino de clasico. Se sabe envolver de la realeza - Springsteen o Vedder - sin perder su personalidad ... y sus discos son una delicia. Saludos
Cierto, buenas amistades. Me espera en Bruselas el mes que viene. Me daré un capricho para experimentar la grandeza de este tipo. Convencido de que será estupendo.
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