jueves, enero 18, 2018

SOUNDTRACK 208: HARRY DEAN Y LUCKY

-La verdad del universo está esperando.
-Que es…
-Que es que todo va a desaparecer, en la oscuridad, en el vacío. Y nadie está a cargo. Y te quedas con nada.
-Nada.
-Nada. Es todo lo que hay.
-¿Y qué haces con eso? ¿Qué hacemos con eso?
-Sonreír.

Al final de todo, de la vida, vale la pena sonreír. Según la mirada que le has dedicado a la vida. Eso hace Lucky, sonreír en el hastío de sus últimos días, en un agujero perdido del desierto que cruzan las tortugas sin ninguna preocupación, un pueblo de mala muerte donde nada hay que hacer salvo dejar pasar las horas y beber bloody mary en el bar. Ahí vive Lucky a sus 90 años, solo, como un toro al que la gimnasia de cada mañana no le ha llevado aún a la tumba y que en el alcohol, el tabaco, los crucigramas y los concursos de la tele tiene sus vicios.

Harry Dean Stanton es Lucky. El actor falleció en septiembre del año pasado a los 91 años, un año después de haber rodado esta película, Lucky (2016), en Piru, un auténtico agujero muerto del desierto californiano. Harry Dean trabajó en más de 200 películas y series de televisión desde mediados de los años cincuenta, casi siempre como secundario, aunque para mí forma parte de las páginas doradas del cine por haber protagonizado la obra maestra de Wim Wenders Paris, Texas. En Lucky, la única película dirigida por el actor John Carroll Lynch, Harry Dean transmite la tierna fragilidad que aún perdura en la memoria de los abuelos que se nos fueron y deja un par o tres secuencias antológicas para su despedida: una charla con el personaje al que da vida Tom Skerritt (con quien había trabajado hace 40 años en Alien) sobre los recuerdos de la guerra, una ranchera cantada en un cumpleaños y una sonrisa demoledora que dibuja a los seres con quienes comparte sus horas finales en un bar. Lucky, suerte de película.

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