En
1992 se grabó un fantástico álbum de blues-rock que, conociendo
los hechos, los protagonistas y el entorno, vino a convertirse en eso
que de algún modo ensalzador
y caprichoso se conoce como disco de culto. ¿Es
de culto Arc Angels, el
único disco de estudio del grupo del mismo nombre? Podría ser. De
culto o no, excepcional
pero no maldito, merece
el rescate esta obra extraordinaria, ejemplo de una confluencia de
músicos nada
corrientes que crearon
un solo trabajo juntos
y probablemente no
estaban llamados a producir más.
En
Arc Angels, texanos de nacimiento y carrera, estaban dos jóvenes
guitarristas que
acabarían fortaleciendo sesiones y giras para otros músicos,
el zurdo Doyle
Bramhall II y el
diestro Charlie Sexton,
y la base rítmica de la banda del malogrado Stevie Ray Vaughan, el
bajista Tommy Shannon y el baterista Chris Layton. Producidos por
Little Steven, dieron
aire y libertad al rock y al blues con los que habían crecido y dado
sus primeros pasos en los escenarios locales, en Dallas, Austin y
otros lugares del estado sureño. Firmaron un disco vibrante, sin
fecha de caducidad, legado de un encuentro que al final se quedó en
los apéndices de las hemerotecas del rock.
No hay comentarios:
Publicar un comentario