Es
cosa de mujeres. Las más agradables sensaciones de la música que se
da a conocer este año me las están ofreciendo discos que llevan la
firma de mujeres: Tift, Rose, Valerie, Rhiannon y ahora Laura, Laura
Marling. Con esta inglesa de aspecto inocente me enchufo a las
segundas escuchas, después de digerir mejor las virtudes emocionales
que creo descifrar en el primer contacto, convencido de que me estoy
perdiendo algún fantástico atributo oculto que merece escucharse
con más atención. Me pasó con sus discos anteriores y ahora de
nuevo con el sexto que ha terminado de grabar con 27 años, Semper
Femina (More Alarming Records, 2017).
Cuenta
que el álbum tiene esa tendencia conceptual a indagar y profundizar
en un aspecto concreto: la mujer y la intimidad de la feminidad. No
entraré mucho en ello, me temo. De momento me he dejado absorber por
los paisajes brumosos que parecen salir de las nueve canciones de
este disco, con Laura reencarnándose en Joni Mitchell o en John
Martyn, o en Aimee Mann o en un joven Neil Young. Música que se
desvanece en el aire o se cae de las manos como arena, con la que
quieres echarte a descansar.
Nota:
7,5/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario